Sobre las 13 horas del mediodía de este miércoles, el Hospital Sant Joan de Déu ha recibido a Oliver. El pequeño, de dos años y medio, que vive en México con sus padres, ha volado a España con su madre Lena en un avión medicalizado para operarse de urgencia. En la capital catalana le esperaban su padre Alejandro Romero y también su tío, David. Fuentes del centro hospitalario han explicado a Europa Press que le están realizando pruebas al menor y, una vez tengan los resultados, podrán concretar los detalles de la operación.
En México, los médicos le dieron «entre quince días y un mes de esperanza de vida». Un día de pronto le costaba andar, estaba débil y había perdido el apetito. Por eso, el pasado 13 de octubre, sus padres lo llevaron a un hospital en Playa del Carmen, en la Península de Yucatán en México, lugar donde viven desde hace un año.
Las pruebas que le hicieron al niño concluyeron que tenía un tumor cerebral en la fosa posterior e hidrocefalia, es decir, acumulación de una cantidad excesiva de líquido cefalorraquídeo en el cerebro.
Los médicos mexicanos se negaban a operar al pequeño por falta de medios y, al descartar un hospital privado por no poder costearse los 100.000 euros que les pedían, los padres llegaron incluso a pedir ayuda a la Embajada española para poder trasladarlo a su país de procedencia. Al leer la noticia del niño, un empresario español pagó más de 196.400 euros para que viajara en un avión medicalizado hasta Barcelona, donde le esperaba un equipo de neurocirujanos del hospital Sant Joan de Déu de Barcelona para operarle.
El vuelo debía despegar el lunes de Cancún, pero debido a varios retrasos, no ha sido hasta hoy miércoles cuando ha llegado el niño a España.