«Hemos subido una burrada los precios. Pero si no los hubiéramos subido, el desastre en la cadena de producción hubiera sido impresionante». Es la confesión del presidente de Mercadona, Juan Roig, durante la presentación de resultados de 2022.
Según ha revelado el presidente de la compañía valenciana, su margen ha bajado un 0,6%, lo que supone un golpe de 140 millones en sus cuentas para evitar repercutir en los clientes todo el peso de la inflación. En 2021 ya bajó un 0,5%.
Por otro lado, Roig ha respondido a las críticas de Unidas Podemos. «Los beneficios es una cosa imprescindible y necesaria. Cuanto más se tenga, mejor. Más impuestos pagas, mejores sueldos puedes pagar, más reformas puedes hacer y más dividendos puedes repartir entre los accionistas que han puesto dinero para obtener un rendimiento», ha aseverado.
La secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, criticó hace unos meses a los grandes supermercados por los precios de los productos básicos. En este sentido, tachó de «capitalistas despiadados» a sus propietarios, a los que acusó de estar «haciéndose de oro».
«Es indecente que el señor Juan Roig se esté llenando los bolsillos siendo un capitalista despiadado, y hay que decirlo claro, son capitalistas despiadados», llegó a aseverar la número uno del partido morado. Pero Roig ha insistido en que «si no hay beneficio, no se puede reinvertir ni mantener una empresa ni actualizar sus activos».
Unidas Podemos y la vicepresidenta Yolanda Díaz han reclamado a la gran distribución que elaboren una cesta de productos básicos a precios fijos, a imagen y semejanza de lo que ha conseguido pactar el Gobierno francés con las grandes distribuidoras. En España solo Eroski ha puesto en marcha una iniciativa similar.