Junts afronta hoy la reunión de la ejecutiva que debe decidir la pregunta que se planteará a la militancia para decidir si abandonan, o no, el gobierno de la Generalitat. Lo hace en un contexto de máxima tensión con ERC, especialmente tras la polémica conmemoración del 1-O organizada por el Consejo de la República (CxR) a mayor gloria de Carles Puigdemont, y la negativa de Pere Aragonès a aceptar la restitución de Jordi Puigneró como vicepresidente de la Generalitat.
Entre el jueves y el viernes de esta semana, los 6.000 militantes de JxCat están llamados a una consulta en la que se decidirá el futuro del Govern. Este sábado el partido remitió finalmente a Aragonès la propuesta anunciada el jueves para negociar un acuerdo in extremis con ERC.
Una propuesta con dos puntos clave de difícil digestión para los republicanos: restituir a Puigneró y dar al CxR -es decir, a Carles Puigdemont- las riendas de la estrategia independentista en caso de que la mesa de diálogo fracase. Fracaso que tanto la CUP como Junts dan ya por descontado.
Sin acuerdo con ERC
El propio Puigneró ha revelado este lunes en una entrevista de Rac1 que Junts mandó el domingo por la noche -cuando finalizaba el plazo fijado para negociar con Aragonès- una última propuesta que el presidente rechazó. En esa propuesta se retiraba la petición de reintegrar a Puigneró en el Govern, pero no exigencia de que sea Puigdemont quien comande la estrategia independentista.
Aragonès y Jordi Turull mantuvieron una conversación el domingo por la mañana que no fructificó y se mantuvo el desacuerdo. Fue anoche cuando se produjo el último intento por parte de Junts.
Fuentes de Presidencia han replicado que a última hora de la noche del domingo Junts envió «un mensaje de texto, breve y genérico» modificando algunos aspectos del documento, pero critican que no era una propuesta elaborada como la que mandó Junts el sábado, sino que se limitaba a un mensaje de Whatsapp.
«No resuelve nada y plantea muchos más dudas todavía. En cualquier caso, estaremos atentos a lo que decida Junts», añaden estas fuentes. JxCat mantenía el resto de condiciones: escoger su delegación a la mesa de diálogo y coordinación con ERC en el Congreso para negociar conjuntamente los Presupuestos Generales del Estado.
División en Junts
Laura Borràs ha reclamado por su parte el cumplimiento del pacto de investidura para seguir en el Govern. Borràs ha advertido en Catalunya Ràdio que «si se rompe el Govern, cada cual tendrá que asumir su responsabilidad» y defiende que esa decisión «no es desleal» porque a su juicio ERC no ha respetado el acuerdo.
La presidenta de JxCat ha reconocido la existencia de dos posturas encontradas en el seno de su partido, a favor y en contra de la salida del Govern. Esta última postura la ejemplifica la consejera de Exteriores, Victoria Alsina, que este lunes ha anunciado su inscripción como militante de JxCat -fue nombrada como independiente, como Jaume Giró, que se afilió hace unos meses- .
Alsina ha explicado esta decisión para poder participar en la reunión de la ejecutiva de este lunes -como consejera entra de forma directa en la ejecutiva- para defender la continuidad del Govern de coalición. «Me hago militante con el mensaje inequívoco de la necesaria permanencia de Junts en el Govern, precisamente para asegurar el rumbo de este gobierno hacia la independencia y la representación del 52%» ha relatado Alsina, que anuncia que hará «campaña activa para convencer a la militancia de Junts de que debemos estar en el Govern».