El Banco Central Europeo ha puesto bien a los ‘beneficios caídos del cielo’. El organismo anunció que las operaciones de financiación a plazo más largo con objetivo específico (TLTRO III, por sus siglas en inglés) que “necesita ser recalibrado” para reforzar la transmisión de la política monetaria a las condiciones de los préstamos bancarios. Con esta herramienta, los bancos recibían dinero del BCE a coste cero (o incluso cobrando un interés del 1%) a cambio de que canalizarán ese dinero a la economía.
Fuentes del Banco Central Europeo señalan que los bancos europeos habrían ganado unos 30.000 millones de euros con esta herramienta. En el caso de los bancos españoles, que habrían obtenido una liquidez de 232.000 millones de euros para la concesión de crédito elegible (es decir, a empresas y hogares, excepto para compra de vivienda), los beneficios estarían entre los 2.300 y 2.500 millones de euros, según las mismas fuentes.
El pasado 27 de octubre, el banco central explicó en un comunicado que desde el 23 de noviembre de 2022, el tipo de interés de estas operaciones estará indexado a los tipos de interés clave medios del BCE aplicado durante ese periodo. Es decir, el tipo de interés que paga la banca por la liquidez se incrementará respecto al que estaban pagando hasta ahora. Las contrapartes deberán informar a su respectivo banco central nacional antes del 16 de noviembre de 2022 de su intención de utilizar esta opción de reembolso.
El objetivo es impedir que la banca obtenga unos beneficios extraordinarios con el carry trade (coger el dinero de las subastas y depositarlo en el BCE con un interés del 1,5%). Los analistas de Jefferies creen que esto será como una oportunidad perdida para la banca para incrementar su rentabilidad a través de un carry trade sin riesgo
Asimismo, apuntan en el comunicado que el Consejo de Gobierno también ha decidido ofrecer a las entidades de crédito fechas adicionales para los reembolsos anticipados voluntarios. En todo caso, el Consejo de Gobierno evaluará periódicamente la forma en que las operaciones de financiación con objetivo específico están contribuyendo a la orientación de su política monetaria. Como recordatorio, la mayor parte (TLTRO III, alrededor del 60% del saldo vivo actual) vence en junio de 2023.
El BCE anunció está medida a pesar del riesgo legal de la decisión, ya que puede materializar en forma de litigios iniciados por los bancos en contra de la autoridad por cambiar las condiciones de un programa ya en marcha. «Este instrumento desempeñó un papel importante durante la fase más aguda de la pandemia», señaló la presidenta del BCE, Christine Lagarde, añadiendo que, en vista de la extraordinaria subida de la inflación «necesita ser recalibrado» para reforzar la transmisión de la política monetaria a las condiciones de los préstamos bancarios.
Chiara Romano, directora asociada de instituciones financieras de Scope Ratings explica que es “una medida drástica”. Dejando de lado las incertidumbres jurídicas, Romano destaca los riesgos que una solución de este tipo puede tener para la credibilidad de las futuras operaciones TLTRO. “La TLTRO ha demostrado ser una herramienta inestimable para apoyar los préstamos en entornos difíciles y evitar el riesgo de deflación”, apunta. Dada la corta duración restante de las líneas actuales, cambiar los términos de forma retroactiva sería innecesariamente duro.
Por su parte, Martin Wolburg, economista senior de Generali Investments, explica que los cambios anunciados en las condiciones de la TLTRO III permitirán que el balance se reduzca más rápidamente y contribuirán a transmitir el endurecimiento de las condiciones políticas a la economía real. “Un efecto secundario positivo mencionado explícitamente por Lagarde es que, si los bancos deciden reembolsar antes, habrá más garantías disponibles, mitigando en cierta medida la reducción de las garantías”, apunta.