El 8 de junio de 2019 Ismael Molina mató a su padre y prendió fuego a su propia casa antes de marcharse de allí, dejando el cadáver dentro. Sólo unas horas más tarde confesó el asesinato ante los Mossos d’Esquadra, asegurando que no había visto «otra opción» más que acabar clavándole «un cuchillo por la espalda».
Aquel fue un caso extraño, que conmocionó a todos los vecinos del municipio barcelonés de Vilanova i la Geltrú, que no llega a los 70.000 habitantes. Y aunque el autor material de los hechos había admitido el crimen, el caso estaba lejos de estar resuelto. Detrás se escondía toda una trama donde se entremezclaron varios elementos: manipulación, mentiras, dinero, mafias y enfermedades mentales.
Susana Peix, escritora y bibliotecaria, conocía a Ismael desde muy pequeño. Había sido compañero de clase de su hijo mayor desde los tres años hasta los dieciocho. Y aunque cuenta que no había hablado mucho con él, lo recuerda como un niño «introvertido y grandullón», que con tan sólo cruzar un par de frases podrías catalogar como «muy buena persona» y alguien «bonachón». Por eso, cuando se enteró de lo sucedido pensó que era «imposible». Sin embargo, a medida que comenzaron a conocerse más detalles del caso surgió una idea en su cabeza: escribir un libro para contar la versión de Ismael de la historia.
Ismael aceptó. Y comenzó a narrar con todo detalle un relato absolutamente inverosímil. Había asesinado a su padre porque su amiga Alba le había manipulado durante meses, hasta acabar haciéndole creer que se trataba de un peligroso mafioso que había puesto a toda su familia en riesgo. Por eso Ismael no había visto otra opción más que acabar quitándolo de en medio, por su propia seguridad y la de las personas que más quería en el mundo. Un relato al que se apoya en un elemento clave. Aunque por aquel entonces nadie lo sabía, Ismael padece esquizofrenia paranoide.
«Estaba en medio de un brote. Sufriendo. Por eso la lectura del libro es poner el foco en las enfermedades mentales. Una persona en su sano juicio jamás se hubiera creído todo eso«, relata Peix. «Además, le cogió todo en un momento de vulnerabilidad. Sus amigos y familia pensaban que se había metido en temas de drogas, o incluso en una secta. Pero nadie de su entorno sospechó nunca lo que realmente le pasaba. Por eso les dio tanta rabia a todos cuando se enteraron», añade la autora.
Un grupo policial secreto y dos niños
Siempre según el relato de Ismael, que Alba acabara por convencerle de matar a su propio padre fue sólo la última de sus manipulaciones, que estaban basadas en mentiras cada vez más enrevesadas. Antes ya le había convencido de donar dinero a un supuesto grupo policial secreto, del que Ismael quería formar parte.
También se hizo pasar durante meses por una chica, llamada Julia, que acabó convirtiéndose en la novia virtual de Ismael. Hablaban a través del móvil, pero nunca llegaron a conocerse en persona. A pesar de ello, cuando Julia le pidió una muestra de su semen para tener hijos con él, Ismael no dudó y le entregó un bote a Alba para que ella se lo diera a Julia. Tan sólo cuatro meses después, Julia le avisó de que había sido padre de gemelos. Y él siempre se lo creyó todo.
Los que no lo hicieron fueron sus amigos, que vieron muy extraño que con el paso de los meses su novia virtual no quisiera quedar nunca en persona, a pesar de que aseguraba que vivía en la misma ciudad. Cuando comenzaron a investigar un poco llegaron a encontrar por Internet fotos que Julia le había pasado a Ismael como si fueran suyas. Sin embargo, cuando se lo decían a Ismael él nunca les creía.
Su reacción fue alejarse poco a poco de sus seres queridos y enfrentarse a ellos, hasta el punto que llegó a marcharse de su casa y vivir unos días en la calle. Peix asegura que el propio Ismael le dijo que en ese momento que si su supuesta novia le hubiera pedido que se quitara la vida lo hubiera hecho. Estaba dispuesto a todo.
Pruebas que no estaban en el sumario
Todo este relato está recogido en el libro que Peix ha escrito. Enemiga íntima: una novia virtual, una estafa y un asesinato, acaba de ver la luz y cuenta, además del testimonio en primera persona de Ismael, con pruebas policiales y declaraciones de gente de su entorno.
«El sumario es muy caótico, hay muchas manchas de información. Cuando lo leías no entendías qué pasaba. Por eso cuando hablé con Ismael la prioridad fue hacer una línea temporal. Empezamos a colocar las pruebas que teníamos, como chats de conversaciones, declaraciones e incluso algunas cosas que no estaban incluidas en el sumario. Y luego él fue explicándome escenas que habían sucedido y las fuimos encajando en la línea temporal», explica la autora.
Ismael tardó meses en procesar todo lo ocurrido. Sólo cuando logra estabilizarse es cuando comienza a contar toda esta historia. «Él seguía protegiendo a todos, pensando que todo esto existía. Y a través del trabajo de los psiquiatras se le fue desmontando. Hubo un momento en el que llamó a su abogada por teléfono. Fue una conversación de tres minutos donde le preguntó si Julia y los niños existían de verdad. Cuando ella le dijo que no, Ismael cuenta que fue como una especie de efecto dominó. Ahí es consciente de que su amiga, que prácticamente era su hermana, es en realidad una enemiga íntima, y que su padre era inocente. Fue un shock», relata Peix.
Ismael pasó casi tres años en un módulo psiquiátrico de una prisión. En el juicio la Fiscalía pidió su absolución y 29 años de ingreso en un centro psiquiátrico. Finalmente fue absuelto por trastorno mental, aunque le aplicaron libertad vigilada por 19 años, un tiempo en el que deberá realizarse constantes exámenes psiquiátricos y psicológicos. Alba fue absuelta, aunque hay pendiente un recurso presentado tanto por la Fiscalía como por la acusación particular.
«A día de hoy sigue en tratamiento. Es muy consciente de todo lo que ha pasado, y ahora dice que está viviendo, cuando hasta hace poquito sólo sobrevivía. Está controlado médicamente, se siente muy protegido con una red de gente a su alrededor que con cualquier síntoma sabe que harán saltar las alertas. Le tranquilizan», asegura Peix.
La autora concluye explicando que el libro busca poner encima de la mesa el tema de las enfermedades mentales y el peligro de las redes sociales: «Esto es para escuchar la historia de Ismael y que no vuelva a suceder. Porque mucha gente sólo ve a un chaval que ha matado a su padre y está en la calle. Pero detrás hay una montaña rusa brutal. Yo me creo la versión de Ismael, por eso he hecho este libro«, concluye la autora.