La 2 estrena este jueves Encuentros, un programa de entrevistas a personalidades del mundo de la cultura dirigido por la nueva presidenta interina del Consejo de Administración de RTVE, Elena Sánchez, copresentadora junto a Jesús Marchamalo.
El programa, según han asegurado fuentes de RTVE a Europa Press, se grabó entre el 1 de marzo y el 31 de julio y su decisión de emisión estaba tomada «hace meses», antes de la dimisión de José Manuel Pérez Tornero como presidente de RTVE y del nombramiento de Elena Sánchez.
Según explica la corporación, ‘Encuentros’ recupera la tradición de las entrevistas en profundidad con personalidades de la vida cultural española quienes desvelan aspectos de su infancia, del ambiente familiar en el que crecieron, del nacimiento de su vocación, así como recuerdos vitales y profesionales que ayudan a entender no sólo su personal visión del mundo, sino también la sociedad de su tiempo.
Es un formato «actualizado, moderno y atractivo» del tradicional espacio de entrevistas, según informa RTVE. Para esta primera temporada se han grabado doce conversaciones en plató, ilustradas con fotografías e imágenes de archivo y grabaciones en exteriores.
Entre los primeros invitados destacan Antonio López, Rosa Montero, Santiago Muñoz Machado, María Blasco, Antonio Muñoz Molina, Luis Landero o Mª Ángeles Durán.
La idea de la corporación es que Encuentros se convierta en un fondo documental audiovisual de pensadores y creadores contemporáneos en español, que guarde y atesore la memoria literaria, artística, intelectual de una generación a través de la mirada de personajes relevantes de nuestra cultura.
El primer programa comienza con el pintor realista Antonio López, quien, a sus 86 años, «conserva la mirada de niño con la que ha enseñado a apreciar la belleza de lo cotidiano». El programa repasa su vida, el inicio de su vocación, su proceso creativo y su obra.
Antonio López (Tomelloso, Ciudad Real, 1936) ingresó de adolescente en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. Allí conoció a los pintores y escultores que en adelante fueron sus amigos y que configuraron junto a él la llamada Escuela madrileña, un movimiento que nunca buscaron crear.
En ese grupo estaba quien sería su mujer, la pintora María Moreno, compañera de vida y cómplice artística. Su obra transita entre el dibujo, la pintura y la escultura en una representación objetiva de la realidad, ya sea representando figuras humanas, interiores, objetos cotidianos, árboles frutales o paisajes urbanos.
Trabaja siempre de pie frente al motivo en obras que, en muchas ocasiones, son interrumpidas y retomadas a lo largo de los años.