El Gobierno puso fin a las negociaciones del salario mínimo interprofesional con los sindicatos este martes después de que CEOE se plantara ante el Ejecutivo. Finalmente, el Ministerio de Trabajo, UGT y CCOO cerraron la subida del SMI en un 8% y se quedará en 1.080 euros, una cifra que la patronal entiende desmedida y que, por eso, se negó en rotundo a sentarse en la mesa.
Las estimaciones de los sindicatos es que a subida del salario mínimo interprofesional a 1.080 euros brutos mensuales en 14 pagas beneficiará en media anual en torno a 2.272.000 personas asalariadas, de las cuales 1.926.000 trabajan a tiempo completo y 348.000 trabajan a tiempo parcial.
Además, las perspectivas de los sindicatos explican que el sector más beneficiado después de subir el salario mínimo es el de la agricultura. De acuerdo a las estimaciones que manejan desde CCOO, casi la mitad (46,9%) de la población asalariada a jornada completa en la agricultura se verá beneficiada por la subida del SMI. En el sector servicios se beneficiará el 14,5% de los asalariados a jornada completa, y que concentra el grueso (77%) de la población beneficiada.
El sector agrario era uno de los puntos más discordantes en las negociaciones entre Gobierno y patronal. Una de las condiciones para sentarse a dialogar era que se aprobaran deducciones para el sector agrario, de manera que las empresas de este sector pudieran reducir un 20% la cotización que aportan por trabajador que cobre el SMI a la Seguridad Social. Una petición que el equipo de Yolanda Díaz no aceptó y que, por tanto, no entró en el nuevo pacto del SMI.
Mayores costes
La subida del salario mínimo interprofesional en el sector también ha caído como un jarro de agua fría en las organizaciones agrarias. La patronal ASAJA cree que esta subida “va a tener una repercusión muy negativa en los convenios colectivos del campo que se están negociando a nivel provincial, ya que supone una intromisión del Gobierno en la independencia de la negociación a la que resta margen de maniobra a sus legítimos representantes (empresarios y trabajadores)”.
Por otra parte, ASAJA advierte al Gobierno que este tipo de subidas reiteradas pueden conllevar otras, no tan deseadas, como son las subidas en el precio de los alimentos, algo que el propio Gobierno está intentando combatir con la reciente puesta en marcha de la bajada del IVA para algunos productos básicos de la cesta de la compra.
El economista Daniel Lacalle, en conversación con este periódico, remarca que la subida del salario “se trasladará al precio de los alimentos” después de que el sector agrario sea uno de los más castigados “por los estrechos márgenes con los que trabajan diariamente”. Además, el experto remarca que el nuevo pacto firmado será “una losa” para los empresarios del sector y supondrá un “coste mayor que el del incremento en los precios de la energía”.
Con todo, Lacalle advierte que también repercutirá en los puestos de trabajo en el sector: “Habrá menos demanda y, por tanto, se producirán restricciones al acceso en el empleo” del campo.
La teoría del empleo también es compartida por Lorenzo Amor, presidente de ATA. “Cada vez existen menos afiliados. Es verdad que podemos tener más empleo, pero menos horas trabajadas y lo que, desgraciadamente, podemos ver es que muchas pequeñas empresas y autónomos no pueden aguantar esta subida que está junto con otras, como la subida costes financieros, energéticos y de producción. Esto va a provocar que no se pueda mantener el empleo, remarca en conversación con este periódico.
Y es que, el mercado laboral español perdió 86.900 personas en la rama de la agricultura en 2022, que cerró el año con 752.200 ocupados, pero el paro agrario descendió también un 9,6% anual, 15.500 parados, hasta 145.600 personas, según la última encuesta de Población Activa (EPA). Según los datos que maneja ASAJA, solo con los efectos de la anterior subida del SMI (febrero 2022) se perdieron 25.000 empleos en el campo.
Economía sumergida
Antonio Garamendi, que fue muy crítico con Yolanda Díaz el día que se firmaba el nuevo acuerdo, aseguró que el nuevo convenio provocará que “mucha gente se tenga que ir a la economía sumergida”.
“La subida del 4% en dos espacios que es increíble que no se tengan presentes: el campo, los ganaderos, los agricultores… Ellos no llegan al 8 %; y, por otro lado, las contrataciones públicas, como los contratos de limpieza, donde las empresas les obligan a subir los salarios con un margen de beneficio muy bajo. Es increíble”, dijo en una entrevista en Cadena Cope.