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La tercera guerra mundial de Pink Floyd: 30 aos de insultos, denuncias y globos con forma de cerdo

En el verano de 1986, el periodista Hugh Fielder estaba entrevistando al guitarrista de Pink Floyd, David Gilmour en su barco ‘Astoria’, anclado en el Tmesis, en el que tiene tambin un estudio de grabacin. La conversacin fue interrumpida por dos llamadas telefnicas importantes que hicieron que Gilmour se tuviera que ir a otro camarote. Fielder no podra or la conversacin, pero, se daba cuenta de que, se tratara de lo que se tratara, la conversacin era tensa. Tras la primera llamada, Gilmour volvi serio. Despus de la segunda, no se contuvo ms y salt a Fielder:

-Es el cerdo, Roger est reclamando el puto cerdo!

Un equipo de abogados contratado por Roger Waters, el hasta entonces lder del grupo, estaba examinando los documentos legales de una dcada atrs, cuando en 1976 Pink Floyd invent a ‘Algie’, un globo de helio en forma de marrano de 12 metros de largo que escap, en mitad de la sesin de fotos de la portada del disco Animals , posiblemente porque Pink Floyd quera publicidad para el disco, aunque las versiones difieren en esto, como en casi todo lo que tenga que ver con esa banda britnica.

‘Algie’ vol y vol, y acab provocando cierto caos areo en Londres cuando los pilotos que aterrizaban y despejaban de Heathrow informaban a la torre de control de que no haban tomado drogas, pero que, de verdad, haba un cerdo volando a cinco kilmetros de altura (en ingls, adems, “cuando los cerdos vuelen” tiene el mismo significado que en espaol “cuando los burros vuelen”). En 2008, cuando Waters actu Coachella, volvi a escapar. Es un cerdo que ama la libertad.

Y en 1986, Pink Floyd y Roger Waters se estaban separando, en un divorcio al lado del cual lo de Shakira y Piqu es una fiesta de cumpleaos. Waters y Gilmour haban tratado de lanzar sus carreras en solitario y haban fracasado miserablemente. Pero, mientras el bajista y lder -Waters- quera que la disolucin fuera definitiva, el guitarrista -Gilmour- pensaba que era mejor volver a trabajar juntos. “Toda mi carrera est en Pink Floyd, y no voy a dejarla tirada ahora”, dijo en 1987, pese a que el vdeo promocional de su -perfectamente olvidable- disco y gira About Face (Por la Cara), de 1984 le presentaba como “el ex guitarrista de Pink Floyd” y l mismo haba afirmado en la cadena de televisin ‘MTV’ que la idea del grupo era “risible”.

El fiel de la balanza lo movi el batera, Nick Mason, que, pese a ser amigo personal de Waters, se fue con Gilmour. Y Waters, uno contra dos, perdi en los tribunales. Desde luego, ste podra haber seguido pleiteando. Pero el problema es que eso le hubiera costado una fortuna que hoy, 35 aos despus, se estima en unos 400 millones de euros. Y Waters, aunque tenga los principios ticos muy elevados, aprecia el dinero. As lo dijo en 2004: “Si hubiera seguido, me habran aniquilado econmicamente”.

Entretanto, Gilmour y Mason lanzaron su propia versin de Pink Floyd. Fue un xito histrico. Y que no repartieron con nadie. El teclista del grupo, Richard Wright, que haba sido expulsado en 1980 por su adiccin a la cocana, qued como mero msico de sesin con un sueldo fijo y sin apenas royalties. Gilmour, Mason, y el productor Bob Ezrin se lo llevaron crudo porque, como el propio guitarrista explic a la revista britnica Q en 1990, “nosotros habamos corrido el mayor riesgo y, la verdad, queramos la mayor tajada”.

Y as Pink Floyd (sin Waters) cre la frmula de xito de los ‘dinosaurios’ del rock de los ltimos 30 aos: sacar un disco y hacer una gira gigante en la que se tocan los clsicos en un escenario lo ms monstruosamente grande posible. Un adefesio para Waters, que pone un cuidado obsesivo en sus representaciones, que suelen ser una mezca de imgenes y msica ms cercana a la pera (tecnificada, eso s) que a un concierto de rock al uso. Pero, tambin, una frmula que los Rolling Stones han perfeccionado ms que nadie, pero al que se adhieren desde Queen hasta U2, con la ventaja de que, desde hace unos aos, ya no es necesario ni que saquen disco. Tan rentable es la estrategia que en 1999 Waters volvi a los escenarios y, desde entonces, lleva ya cinco giras en las que toca lo menos posible de su carrera en solitario y todos los grandes xtos de Pink Floyd.

Y, en cuanto a ‘Algie’, Gilmour y Mason, aparte de pagar a Waters 800 libras (que hoy, corregido a la inflacin, seran unos 2.000 euros) por cada una de las 299 veces que los Pink Floyd lo sacaron a volar por sus conciertos despus de que l dejara de formar parte de la banda, le pusieron cara de jabal, con colmillos, y unos enormes genitales desde los que, en 1987, el gorrino me a la audiencia en un concierto en Philadelphia. El cambio de sexo del cerdo tiene razn de ser: solo alguien tan patolgicamente obsesivo como Waters habra pedido “una cerda inflable”. Por consiguiente, si lo que vuela es un gorrino macho, es ms difcil que ste pueda interponer una denunca. Claro que es algo que el ex-lder nunca perdon. En 1992, durante la promocin de su disco Amused to Death (Muertos de Risa), en el que toca el recientemente fallecido Jeff Beck, segua clamando la paternidad del gorrino inflable. “Han saqueado mis creaciones sin que yo pudiera hacer nada. Mi nica pattica victoria es que tuvieron que poner testculos al cerdo”, declaraba a Q.

Han pasado 35 aos y la guerra entre Waters y Gilmour sigue ms feroz que entonces. Ahora ya ha entrado la esposa del guitarrista, la escritora Polly Samson, que escribi las (horrorosas) letras de las canciones de dos de los tres discos de Pink Floyd en los que Waters no particip: The Division Bell (1994) y The Endless River (2015). El lunes, Samson se despach a gusto en Twitter: “Desgraciadamente, @rogerwaters, eres antisemita hasta tu podrido corazn. Tambin un defensor de Putin, y un mentiroso, ladrn, hipcrita, evasor fiscal, misgino, cantante en playback, enfermo de envidia, y megalomanaco. Basta de tonteras”. Gilmour retuite: “Todo es demostrablemente cierto”.

Esta sbita explosin de furia lleva aos cocindose. Pero empez a alcanzar el punto de ebullicin en 2017, cuando Waters pidi a Gilmour que le permitiera usar la pgina web de Pink Floyd en Facebook para promocionar su disco Is This The Life We Really Want? (Es sta la vida que de verdad queremos?) y la gira ‘Us+Them’, en la que renda homenaje, precisamente, a los 40 aos de Animals. Gilmour se neg. Y, para aadir un poco ms de lea al fuego, s us la web de Pink Floyd para promocionar su carrera en solitario y los libros de Samson. Aquello puso a Waters fuera de sus casillas. Luego, para aadir sazn, Gilmour vet que la reedicin remasterizada de Animals, que sali a la venta el ao pasado, llevara un breve texto sobre cmo haba sido la grabacin del disco escrito por el historiador ‘oficioso’ de Pink Floyd, el periodista Mark Blake.

Pero, adems, est la poltica. Lo que es llamativo, porque tanto Gilmour como Waters como Mason (que ha sobrevivido a la guerra de sus ex compaeros y ha logrado restablecer su amistad con Waters gracias a lo que l llama “mi extraordinaria habilidad para hacer ‘el don Tancredo’) se autodefinen como “socialistas” y, adems, “ateos” (“el nico dios en el que creo es Bob Dylan”, ha dicho Mason). Pero Waters ha ido moviendo la aguja de su brjula ideolgica cada vez ms hacia la izquierda, a pesar de haber llegado a cobrar hasta 3.000 dlares la entrada en algunos conciertos del tramo estadounidense de su hiperideologizada gira ‘This is not a drill’ (‘Esto va en serio’) que llega a Espaa en marzo.

En la ltima dcada y media, ha pasado de hacer boicot a Israel -algo en lo que se sitan otros creadores relevantes, como Brian Eno, Ken Loach, o Lorde- a calificar la poltica de ese pas hacia los palestinos de “genocidio”. Ha defendido a Nicols Maduro. Y, en febrero de 2022, primero se burl de quienes decan que Rusia iba a invadir Ucrania para, despus, justificar el ataque de Mosc a su vecino del Sur. Ayer, Waters compareci en Naciones Unidas invitado por Rusia, para declarar que la invasin “no ha sido algo que no fuera provocado”.

Son posiciones que le han costado dinero. En 2018, su contrato para que la radio alemana retransmitiera uno de sus conciertos fue cancelado. UN ao antes, como l mismo declar a EL MUNDO, American Express se neg a prestar servicios financieros para el pago de las entradas de su gira en EEUU. Sus dos conciertos en Polonia en su actual gira han sido cancelados. Y el multimillonario estadounidense Steven Cohen prohibi que Waters dirigiera una operacin humanitaria llamada ‘Stand up for heroes‘ (‘Pongmonos en pie por los hroes’), en la que el ex Pink Floyd daba conciertos beneficioso con soldados mutilados en las guerras de Irak y Afganistn. Cohen dijo que si, Waters segua participando en esos actos benficos, l retirara su apoyo financiero a la iniciativa, pese a que sta no era poltica.

Pero acaso lo que haya encendido la llama sea Ucrania. La nuera de Gilmour es de ese pas, y en 2022, l y Mason se reunieron para resucitar Pink Floyd y grabar la primera cancin del grupo desde The Endless River en apoyo de ese pas. Sea como sea, Waters sigue girando a la izquierda. Ahora dice que antes tocara en Mosc que en Tel-Aviv, a pesar de que su entonces saxofonista, Ian Ritchie, declar en agosto de 2018 que, cuando la banda actu en la capital, rusa, sus servicios de seguridad les pidieron que usaran internet lo menos posible, para evitar que les infiltraran los ordenadores.

Entretanto, Gilmour se ha ido aislando ms y ms. Sus apariciones pblicas -musicales o no- son cada da ms espordicas. Algunos lo atribuyen a su estado de salud -77 aos el mes que viene y un corazn frgil, segn l mismo ha reconocido, por dcadas de cocana-, y otros a la influencia de Samson, al que acusan de jugar un papel, salvando las distancias, como el de Mara Kodama con Borges, al que aisl de sus amigos en sus timos aos de vida. Un Borges cuyo disco favorito, que le ponan en todos sus cumpleaos, era, precisamente, The Wall.

La guerra de Pink Floyd empez, as, con un cerdo volante y ha acabado con el trasfondo de la mayor guerra que ha sufrido Europa en siete dcadas. De la comedia a la tragedia. Si Gilmour, Waters, y Mason lograran reunirse y hacer un disco sobre eso, sera su obra maestra.

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