Desde sus primeras referencias hasta una réplica de la capa española con la que fue enterrado. El Museo Casa Natal Picasso abre una ventana más al origen del genio malagueño con una reordenación que añade 100 obras del artista, hasta un total de 205 objetos originales sumando los del autor y otros creadores. Una infancia en el taller bajo el brazo de su padre, José Ruiz Blasco, profesor de dibujo en la Escuela de Bellas Artes de Málaga -y en contacto constante con artistas-, su conexión con el mar Mediterráneo y en definitiva, la importancia de Málaga en la personalidad y la obra del artista, son los aspectos que destaca la Casa Natal.
Según el director de la Agencia Pública de la Casa Natal de Picasso y otros equipamientos museísticos y culturales, José María Luna, se trata de la intervención más importante desde la reinauguración del inmueble en 1998. El nuevo recorrido acerca los estímulos y las condiciones que forjaron tanto al Picasso artista como a su persona. De la sala 1 en la planta baja con Pablo, crecer en el taller donde se muestran obras originales de Denis Belgrano, Emilio Ocón y Joarquín Martínez de la Vega, este último definido por Picasso como «padrino de bautismo como pintor», a las salas 2 y 3, La modelo y El artista y La modelo, en una inmersión total en el universo de Pablo Picasso a través de la relación con la modelo y el desnudo femenino gracias a la exposición de dibujos originales como el del cuaderno nº7 de bocetos para Las señoritas de Aviñón, el único existente en España de los 16 que dedicó el artista a estudios preparatorios de la archiconocida pintura.
«Esta es la historia yo nací de un padre blanco y un vasito de aguardiente andaluz». Con este extracto de uno de los primeros poemas de Picasso se abren las salas 4, 5 y 6, referentes a su entorno familiar. La primera de ellas cuenta con gotografías de cuando era niño, objetos familiares o retratos que hacía un adolescente Picasso de 14 años a sus padres. Además de este tipo de elementos del día a día, Estilo de vida (Sala 5) sitúa al visistante en el salón principal de la casa, con balcones a la Plaza de la Merced. La sala de estar de los Ruiz Picasso se presenta amueblada con piezas del siglo XIX, con el busto de una Virgen Dolorosa que siempre formó parte del hogar, y con una colección de óleos que pertenecieron en su mayoría a la familia.
La firma ‘Picasso de Málaga’ reproducida a gran escala da nombre a la sexta sala y reafirma el sentimiento del artista por su ciudad natal. Mediante una cronología ilustrada, se explican las diversas estancias en Málaga, desde su nacimiento hasta sus últimos días en 1901. Se conservan prendas y otros objetos personales de su infancia, como una camisa de bebé, su fajín umbilical o uno de los zapatos con los que aprendió a andar.
Acercarse a Picasso significa aproximarse a las palomas y al Mediterráneo. Las palomas han sido un tema recurrente en la obra del artista malagueño, con las que alcanzó una dimensión universal al convertirse en símbolo de la paz. El escritor Louis Aragon eligió la litografía de una paloma blanca para el cartel del Congreso de la Paz de París de 1949 y la imagen tuvo un éxito popular enorme que el artista acogió con entusiasmo, multiplicando sus variantes en años sucesivos. Asimismo, el Mediterráneo es la ventana de Málaga al mundo que tanto influyó en Picasso, tal y como se ilustra mediante grabados y pinturas.
Uno de los elementos que Picasso debe a su padre es la afición a la fiesta de los toros. El deslumbramiento que le produjo puede adivinarse en sus primeras obras infantiles con escenas taurinas, como el pequeño óleo sobre madera ‘El picador amarillo’ (1889-1890).
Su pasión por este espectáculo se refleja en una enorme producción poblada de toros y caballos, picadores y toreros. A veces trató el tema como un placer estético, pero en otras muestra una lucha a vida o muerte «que trasluce desgarros interiores, un enfrentamiento primordial que llega hasta el Guernica». En la sala novena se exponen cerámicas y grabados con tema taurino, siendo especialmente destacable la serie El toro, un hito en la producción litográfica de Picasso «en la que asistimos a la depuración absoluta de la figura del animal».
Un retrato del malagueño firmado por Juan Gyenes, cuya colección de fotografías sobre el pintor forma parte de la colección del museo, y dos citas de Rafael Alberti y Mercedes Guillén despiden de la Casa Natal Picasso. Alberti mantuvo una estrecha amistad con Picasso en los años 60. Guillén, una intelectual en el exilio, halló la protección del artista en el duro París de 1939 y contó siempre con su amistad. «Sus palabras dan voz al sentimiento de comunión del artista con su Málaga natal, que el Museo desea transmitir con fuerzas renovadas en este nuevo montaje expositivo», han añadido.