Un precio fijo «de entre 62 y 67 euros el MWh» para su energía eléctrica sería una solución que los nucleares verían con buenos ojos -siempre y cuando sus gastos se mantengan- para la reforma del mercado eléctrico. «La vicepresidenta del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha dicho que hay que cambiar el mercado eléctrico y tiene razón. No puede ser que para los productores de energía eólica o fotovoltaica el coste variable sea 0 y para nosotros de 30 o 40 euros por MWh producido. El mercado necesita una renovación, aunque hay que discutirla. Es un tema muy complejo y habría que sentarse y hablarlo para que no sigan arrinconando a las nucleares», señalan fuentes del sector a El Independiente.
La propuesta del Gobierno basada principalmente en la elaboración de contratos a largo plazo para mitigar la volatilidad en los precios de la energía trae de cabeza a los agentes implicados, especialmente a los nucleares, ya que de consolidarse esta fórmula el mercado diario se reduciría considerablemente y las centrales nucleares o de ciclo combinado tendrían un peso mínimo. De ahí el interés en querer fijar un precio para acatar el sistema impulsado por Ribera. «Cada MWh que producimos, nos paguen lo que nos paguen, nos cuesta solo en impuestos 25 euros. Si cobras a 3 euros el MWh y a ti te cuesta 40, tienes que parar. Como los nucleares no podemos hacer eso, lo que hacemos es bajar carga porque hay suficiente producción para la demanda», indican las fuentes consultadas, que aseveran que si se les exige tener su energía a disposición del mercado «hay que ver qué costes tenemos y pagárnoslos de manera que cubramos este gasto y que podamos tener una rentabilidad razonable».
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, subrayó el pasado verano que el sentido de la tan comentada reforma del mercado eléctrico es frenar la subida de una factura de la luz que «se diseñó para otras circunstancias» y que al ligar el precio del gas al de las otras energías toca estos «precios desorbitados». La Asociación Empresarial Eólica (AEE) y la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA Renovables) han pedido al Gobierno participar en el diseño de la reforma para que haya consenso en los cambios, sin afectar a las instalaciones renovables actualmente en operación y a las futuras. Asimismo, la Asociación de Empresas de Energía Eléctrica (Aelec) ha advertido de que la reforma podría incrementar la incertidumbre regulatoria y afectar a las inversiones que el sector tiene que llevar a cabo para ejecutar la transición energética.
Las fuentes del ámbito nuclear consultadas por este diario entienden que si su energía tiene que estar disponible el Estado ha de allanar su viabilidad. La capacidad de las nucleares para adaptarse a las necesidades del mercado es menor que en casos como los de la energía hidraúlica o eólica, ya que no se puede «pulsar el botón de apagar así como así»; sin embargo, las centrales nucleares garantizan el suministro eléctrico las 24 horas todos los días del año, por lo que son una fuente estable que opera en base, no dependiente de factores meteorológicos externos, lo que ayuda a la gestión y a la estabilidad del sistema eléctrico. «Podemos estar funcionando a menor carga pero no subir y bajar carga continuamente. El diseño del combustible está pensado para unas condiciones generales, se pueden hacer variaciones, pero con limitaciones». Además, otro de los aspectos que lastra la generación de energía nuclear es que el pago de impuestos es por producción y no por facturación o beneficios. «Las empresas propietarias de la energía nuclear prefieren bajar la carga en vez de venderla a sus clientes porque el precio está muy bajo. Sale mejor producir lo menos posible de nuclear y comprar en el mercado electricidad procedente de otra energía porque está a 3 euros el MWh y generar la nuclear vale 40 euros el MWh».
Según datos de Foro Nuclear, el parque nuclear español consta de siete reactores en operación en cinco emplazamientos, con una potencia bruta instalada conjunta de 7.398,7 MWe (7.117 MWe netos), cerca del 6,31% del total de la potencia eléctrica instalada en el país. Genera cada año entre 55.000 y 60.000 GWh -más del 20% de la electricidad consumida en el país- convirtiéndose desde hace más de una década en la primera fuente de producción en nuestro sistema eléctrico.