Diez meses ha durado el último comisario jefe de los Mossos d’Esquadra, Josep Maria Estela. Es el sexto relevo en la jefatura de la policía autonómica en cinco años. Una inestabilidad que ha desquiciado a los agentes de base, como denuncia el portavoz del sindicato USPAC, Albert Palacio, y que ha llevado a denunciar la situación incluso al sindicato de mandos, Sicme, habitualmente reacio a cuestionar las decisiones de la jefatura política del cuerpo.
El sindicato SAP-Fepol denuncia también el espectáculo de filtraciones y guerra interna filtrada a los medidos vivido en las últimas semanas y afea al Govern haber cesado en diez meses al comisario jefe que ellos mismos nombraron. Todos ellos reclaman «un periodo de estabilidad» en el cuerpo y reclaman más respeto a los mossos de base.
Desde Interior se atribuye el cese de Estela a su oposición a la «feminización» del cuerpo impulsada con el consejero Joan Ignasi Elena, el primero de ERC al frente de Interior. Desde los sindicatos cuestionan esta versión, y apuntan a la voluntad de colocar en su lugar a la primera comisaria jefe de los Mossos. Un puesto que podría ocupar la recién ascendida Rosa Bosch, cuando complete la formación como comisaria.
El detonante del cese de Estala ha sido el nombramiento de los seis nuevos comisarios del cuerpo, la semana pasada. Cuatro mujeres y dos hombres que no contaban con la confianza del entonces comisario jefe. El número dos del cuerpo y ex comisario jefe, Eduard Sallent, asume «de forma interina» la jefatura del cuerpo, a la espera de una nueva remodelación de la prefectura «cuando los nuevos comisarios completen su formación» han indicado desde Interior.
La primera comisaria jefe de los Mossos
Cuando Elena dio el golpe de timón en la dirección de los Mossos con el cese de Josep Lluis Trapero y otros 30 mandos del cuerpo ya anunció la voluntad de «feminizar» la policía autonómica. Pero entonces solo había tres comisarias en el cuerpo, Cristina Manresa -jefe de la región policial Central-, Alicia Moriana -jefa de la Escuela de Policía de Cataluña- y Marta Fernández -jefe de la región policial de Barcelona.
Ninguna de las tres accedió a la nueva prefectura «coral» diseñada por Elena. Sí lo hizo la intendente Rosa Bosch, ahora recién ascendida a comisaria. Los comisarios son el único escalafón del cuerpo en el que no se ha impuesto la reserva de cuota del 40% de mujeres, recuerda Albert Palacio, pero finalmente han sido cuatro mujeres y seis hombres.
«Si quieren feminizar el cuerpo que empiecen por nombrar una consejera y una directora de la Policía» añade con sorna, recordando que toda la cúpula del departamento es masculina. Con una excepción, la incorporación de Tamara García como secretaria general del departamento en sustitución de Oriol Amorós, que con la salida de Junts del Govern ha vuelto al departamento de Acción Social.
Ruido y mezquindad
«No dejéis que el ruido mediático y la mezquindad os distraigan de vuestro día a día. Todo esto pasará» apuntaba la carta que el propio Estela dirigió este lunes a los 17.000 agentes del cuerpo. Lo hizo tras ser cesado por Elena en una reunión de apenas tres cuartos de hora, en la que Estela se negó a dimitir como le exigía el consejero.
Era el desenlace tras meses de desencuentros y la impresión de que Estela nunca tuvo realmente las riendas del cuerpo de Mossos. La primera batalla perdida por Estela se produjo a final de verano, cuando reclamó el cese de Sallent. El director de la policía autonómica, Pere Ferrer, se negó a prescindir de Sallent, que había asumido la jefatura de los mossos en la anterior legislatura y tuvo que ser relegado cuando Trapero volvió al cuerpo.
El nuevo enfrentamiento por la promoción de nuevos comisarios era la confirmación de que la «prefectura coral» que presentó Elena hace diez meses suponía en realidad que Estela no tendría el poder en los Mossos. Tras estos enfrentamientos muchos señalan la batalla abierta con los comisarios que durante años dirigieron el cuerpo junto a Trapero tras la purga emprendida por el nuevo consejero cuando cesó al mayor de los Mossos.
Elena defiende la politización de Mossos
De hecho, Joan Ignasi Elena nunca ha negado que su mandato al frente de los mossos lleva una fuerte carga política. Carga que él defiende por la necesidad de «feminización» y relevo generacional. Y que desde USPAC ven como un intento de control y sumisión para recuperar el apoyo de la CUP y los Comunes en el Parlament.
«Nos están vendiendo por cuatro votos en el Parlament» apunta el portavoz del sindicato, Albert Palacio, quien recuerda que este proceso solo consigue abundar en la pérdida de autoridad de los mossos.
Hace una semana, el propio consejero lanzaba una advertencia a los comisarios rebeldes de la cúpula en una intervención parlamentaria. Cuestionado por el PSC, Elena aseguró que no permitirá «injerencias polítiicas en la operativa policial». Pero añadió que no permitirá la intervención policial en las decisiones políticas.
«Eso sería propio de una época que ya está superada» concluyó Elena tras negar que hubiera inestabilidad en la jefatura de los Mossos. Diez días después ha cesado al comisario jefe.
Críticas políticas
El nuevo relevo al frente de los Mossos solo ha conseguido el apoyo de ERC, partido del consejero. Toda la oposición ha cuestionado una gestión marcada por el enfrentamiento de la cúpula política del departamento con la jefatura policial.
La portavoz del PSC, Elia Tortolero, reclamaba la comparecencia de Elena en el Parlament para explicar esta nueva crisis en la policía autonómica. «Es el quinto jefe de Mossos en cinco años», lo cual es el reflejo de un «fracaso» y de una «tendencia muy preocupante a politizar temas tan importantes como la seguridad» advertía.
Su compañero de filas y es consejero de Interior, Ramon Espadaler, va más allá y denuncia que ni Elena ni su número dos, Pere Ferrer, «han dado la cara» para explicar los motivos del cese. Espadaler señala a Elena como responsable de la crisis y reclama la asunción de «responsabilidades políticas» por la inestabilidad en el cuerpo.
Los comunes también exigirán explicaciones sobre la crisis de los mossos en el Parlament. Sin embargo, su portavoz, Joan Mena, atribuye la crisis a «las batallas entre ERC y Junts», que «están afectando a la cúpula de los Mossos».
«Ya basta de politizar a los Mossos, una policía ejemplar en malas manos» lamentaba Carlos Carrizosa, líder de Cs en Cataluña. «Estas noticias afectan muy negativamente a la imagen del Cuerpo y la moral de sus miembros».
En la misma línea, la líder de Valentes, Eva Parera, denuncia la politización de los Mossos. «Es una vergüenza que ante la grave situación de inseguridad que se vive en gran parte del territorio catalán, el Govern se dedique a purgar el cuerpo de Mossos para encontrar mandos más cercanos a sus políticas ideológicas» lamentaba este lunes.