No era del todo mentira que íbamos a salir mejores de la pandemia, por lo menos, hay una persona que ha salido mejor: Luz Casal. Durante el gran confinamiento de 2020 la cantante dedicó su tiempo a hablar con gente que estaba pasándolo mal, que esas semanas eran muchas personas. Una experiencia que ahora le ha servido para armar un tema –Hola, qué tal– con el que impregna un disco cargado de realidad: Las ventanas de mi alma.
“Hola, qué tal, a parte de reflejar la experiencia vivida de las llamadas durante el confinamiento es el hilo conductor de otras canciones como Dame tu mano y quizás Un poco más de amor, en las que he necesito decirle a la otra persona que escuche, decirle al que vaya a un concierto que yo estoy aquí también -si fuera necesario- para escucharle, para ayudarle o para hacer fuerza. Dos somos más poderosos que uno solo», nos confiesa. Eso es lo que hace este disco abre de par en par el alma a sus seguidores.
P: La pandemia te ha tocado bastante.
R: Sobre todo emocionalmente, porque yo después de lo que iba escuchando me daba cuenta de que estaba en una situación privilegiada. Estaba con muy pocas cosas materiales, con una pequeña maleta y tirando de la ropa de una sobrina. Pero verdaderamente no necesitaba mucho más, tenía el mar en frente, podía ver como los pájaros iban aumentando de número casi cada día. Yo estoy bastantes veces sola, no tengo una mala relación con estar sola. Entonces digamos que no salir de un mismo lugar en 15 días no es algo inaudito en mi vida.
Ahí salieron canciones como Un lugar perfecto, que es como un poco chocante no estar viviendo un momento en que tu ausencia de libertad de movimiento podría producirte la reacción contraria: estoy en un lugar infame, estoy en el no lugar. Pues a mí me salió la letra de Un lugar perfecto en el que estoy bien e incluso te estoy invitando a que, si quieres, estaré aquí y aquí te espero.
P: ¿Te ha enriquecido personalmente?
R: Sí, estoy segura, hablar con más de 2000 personas, escuchar lo que me decían e imaginar su situación y luego sacar conclusiones de qué fortaleza o qué fragilidad o qué vulnerabilidad tenía esa persona es enriquecedor para alguien que se expresa a través de la música, pero que necesita expresarse contando con la otra persona. Me dio la oportunidad de estar muy concentrada, de tal manera que hice muchas canciones, canciones que pertenecen a sensaciones, a situaciones e imágenes que no eran la realidad que yo vivía, ni siquiera la realidad que me contaban. Es un álbum luminoso, un álbum esperanzador. Espero que mis defectos los pula, espero que mi franqueza te guste, espero que sepas que estoy aquí por si me necesitas y así, una tras otra. Incluso una letra como Duele, que parece que es triste porque acabas diciendo que no tienes a nadie que te felicite en tu cumpleaños, tiene su otra manera de entenderlo. Así que me ha aportado muchísimo más que el hecho de privarme de la libertad de movimientos. Eso está clarísimo.
P: ¿La pandemia te ha llevado a un nivel espiritual distinto?
R: Quizás, superior al que tenía.
P: ¿Y musicalmente?
R: También, porque he tenido muchas satisfacciones que me noquearon al principio. Eso de poder entender que lo que acababa de ocurrir musicalmente y a nivel de letra estaba bien. Eso te da un subidón. Musicalmente he avanzado, es la primera vez que, por ejemplo, compongo un bolero. En el disco anterior me había hecho el propósito de componer una morna [tipo de canción caboverdiana parecida al fado], aquí salió el hacer un bolero. Hay un crecimiento tanto a nivel de composición como de letras.
P: Cómo vives tu posición en el mundo de la música después de tantos años.
R: Con calma. Por un lado te sientes más que recompensada. Me siento agradecida, pero lo más importante es el presente que vivo y ,en ese sentido, estoy pasando ahora el examen de ver qué significa un nuevo álbum para la gente, no sólo para los que son muy seguidores, sino para aquellos que se puedan aproximar a mí por primera vez. Y el estar en gira ya, eso es lo más importante. Mi responsabilidad ahora estar en hacer conciertos con lo máximo de entrega, lo máximo de honestidad, lo máximo de risa, lo máximo disfrute. etc. Luego, esperar los resultados, la nota del trabajo realizado.
P: El plan vital se mantiene, continuar, continuar…
R: No me alejaré de la música nunca, estoy convencida. Lo que no sé si seguiré haciendo de la misma manera música. Estoy segura que por mi espíritu y mi manera de ser me gustará meterme en berenjenales inesperados, seguro, pero no sé cuáles son. Tampoco me preocupa, pero sé que mi proyecto sigue estando en hacer canciones y en mostrarlas en vivo, en cantar, en tener contacto con la gente. Luego hay otra manera de estar en la música y es hacer música en soledad y que luego la música sea, por sí misma, la que le llegue a la gente. Pero de momento necesito yo misma esas canciones ponerlas sobre un escenario.
P: Haces mucha música en soledad que sale de ti, pero que no llega a la gente.
R: Sí, claro.
P: Qué cosas nos estamos perdiendo.
R: No lo sé, no tengo ni idea [ríe]. Son casi siempre ideas que en unos casos no están desarrolladas y en otros no sabes para qué sirven. No soy pianista y tengo bastante pudor en tocar el piano delante de casi nadie, pero cuando me siento al piano raro es que no se me ocurra algo. Es casi imposible, incluso cuando hago ejercicios de voz. Nunca llegaré a los grandes compositores que amo y que me llegan cada vez que los escucho. A mi modo, creo que tengo una manera espontánea que de alguna manera conmueven, porque a mí me conmueven.
P: Si ahora tuvieras que empezar, ¿cómo imaginas tu recorrido?
R: Me imagino que, circunstancialmente, por las influencias tal y como está el mundo me imagino que sería de otra manera. A lo mejor optaría por expresarse en otros géneros. Para mí la voz es mi vehículo más importante, luego está quizás la otra parte que voy desarrollando cada vez más -y con bastante satisfacción para mi ego- que es el escribir y componer. Pero me imagino que como en cada generación hay una manera de expresarte, unos sonidos, un lenguaje que sería diferente en cosas.
P: ¿Cómo ves tú a las generaciones nuevas?
R: Tengo muchísimo interés y no tengo la pretensión de juzgarlo desde mi punto de vista. Cuando escucho canciones o escucho intérpretes o músicos de las nuevas generaciones y, sobre todo de géneros distintos al que yo hago, en muchos casos, me parece que está muy bien. A mí me interesa y escucho música actual, porque me parece que, de no hacerlo, me perdería cosas interesantes. Hay maneras de vestirse, pues no es lo mismo llevar una manga suelta que pegada, al menos yo me muevo de otra manera. Así pasa con la música haces gestos que con un bit determinado parece que tienes que hacer así [pone la mano como un rapero]. Yo no lo hago así porque no tengo canciones que me provoquen hacer así. Entonces cuando lo veo me mola.
Hay que trabajar el futuro, lo que no está bien hay que mejorarlo, cada uno con sus posibilidades
P: Te daría pereza volver a ser joven y tener que luchar, porque tú has peleado mucho.
R: Hacer ese tipo de comparación siempre te lleva o bien a pensar que has desperdiciado grandes momentos o a pensar que esos son unos patanes. En ninguno de los casos mola. Ninguno de los casos es bueno. O sea, tú tuviste unas circunstancias en tus comienzos y una chica ahora que empieza tiene otras ventanas a las que asomarse o otras circunstancias. Es como analizar un episodio histórico desde tu punto desde el hoy. Pues es que era otro momento, se comía de otra manera. No hago ese tipo de consideraciones o de comparaciones. Yo empecé en un momento en el que había unas características, unas situaciones y ahora son de otra manera.
No se me olvida que tenía que sacar la cabeza con mucho esfuerzo. Tengo mucha consideración por la gente joven.
A mí lo que me interesa -de todas las posibilidades que haya generacionales en relación a la música, al comportamiento, a los gustos, a los modos, al lenguaje o lo que fuere- es que lo que me ofrezca me interese. Y hay muchísima, muchísima gente que me interesa y que cuando se lo dices la gente te dice ¡pero si tu vienes del rock! Pero qué más da. Yo también escucho las canciones que compuso Mendelssohn y no me despeino. Por eso me gusta, es otra época, otro momento histórico, otro país, otro género de música y luego escucho la canción de Quevedo, es una grandísima canción, con una voz súper personal y con un bit estupendo. 900 millones de personas no pueden estar equivocadas, o sí, pero da igual, porque a mí la canción me gusta.
P: ¿La gente joven es tan peleona como antes ?
R: Creo que la gente joven, casi todas, en toda la historia lo que buscan es no ser parecidos a sus padres y tener su propia vida, o sea, intentar encontrar cuál es su sitio en el mundo vestirse de una manera diferente, tomar como referencia a lo mejor medio siglo antes… La gente joven siempre tiene algo que ofrecer a los que tenemos más edad. No se me olvida que tenía que sacar la cabeza con mucho esfuerzo. Tengo mucha consideración por la gente joven.
P: Has sido más luchadora o feminista.
R: ¿No van las dos cosas en el mismo paquete? Yo creo que sí.
P: Las mujeres de ahora son más luchadoras o más feministas.
R: Supongo que también van unidas, una quiere que una determinada injusticia deje de serlo y a veces hay que luchar metafóricamente o salir a la calle e intentar cambiar leyes, normas que están obsoletas a día de hoy. Eso, va todo junto.
P: ¿Cómo ves el futuro?
R: Hay que trabajar el futuro, lo que no está bien hay que mejorarlo, cada uno con sus posibilidades. Lo que no me gusta intento hacer lo posible para que mejore, desde mi pequeñez. Al futuro, no lo veo mal, lo que pasa que hay que estar alerta ante muchísimas cosas como dice la canción Un poco más de amor, con esa letra de Carmen Santonja. Quiero que ocurra un milagro para que la mentira no sea tan protagonista y, a ser posible, no lo sea en ningún caso. Y que callen los fusiles y no saques tanta miel, porque se va a acabar.
Que no uses y abuses de ciertas cosas que se pueden acabar. Y aunque tu disfrutes, a lo mejor tu hijo no. Ese tipo de reflexiones puestas en canción que pueden mejorar. Yo creo muchísimo en los pequeños detalles transformadores, más que en las grandísimas revoluciones.