La disidencia se paga cara en Marruecos. Las autoridades del país vecino han dictado orden de prohibirle viajar al extranjero al ex ministro Mohamed Ziane, tras sus duras declaraciones contra la élite política en El Independiente, en la que denunciaba la absoluta ausencia del rey Mohamed VI y le exigía su inmediata abdicación.
Así lo ha confirmado el propio Ziane en declaraciones a este diario. «Te confirmo que de manera arbitraria me prohíben salir del territorio nacional», ha manifestado el abogado y fundador del Partido Liberal de Marruecos. El político, de 79 años, conoció la medida cuando se disponía a tomar un vuelo hacia el extranjero. La policía le informó de que existían una orden judicial de evitar su viaje.
«Todo esto son presiones. Buscan intimidarme. Aseguran que hay otro nuevo proceso abierto contra mí, pero no sé más», denunciado Ziane. «El motivo seguro está relacionado con mis ideas, que son las que confirmé en la entrevista con este diario», alega el político. «Yo no voy a modificar mis opiniones porque sería un harakiri político», advierte.
Ziana ha sido sometido a una brutal campaña de difamación a manos de la controlada y amordazada prensa marroquí desde que se publicara la entrevista en esta cabecera el pasado octubre. El poder mediático exigió entonces la cárcel para el abogado lanzando, además, un reguero de insultos, desde «hereje», «loco» o «terrorista» hasta «traidor» y «quintacolumnista».
En la conversación con este diario, Ziane denunciaba la ya prolongada ausencia de Mohamed VI -que reside en París y solo acude a Rabat para presidir ceremonias puntuales-, que calificaba de «anormal» y le exigía al monarca alauí que decidiera si quería seguir en el trono o prefería vivir su vida lejos de sus responsabilidades.
«Hay un procedimiento en curso ante el poder judicial, por el cual fui sentenciado a tres años de prisión, solo porque expresé mi opinión y mi posición», señala Ziane, que ha decidido interponer una demanda «contra todo aquel que pretenda atentar contra su libertad de circulación, que es un derecho aprobado por la constitución del Reino y que debe ser respetado por todas las autoridades, incluida Su Alteza». En su artículo 24, la constitución marroquí establece: “Se garantiza a todos, conforme a la ley, la libertad de circulación por el territorio nacional, la estabilidad en él, la salida y el retorno a él”.