Mieko Kawakami es poeta y cantante, trabaj hasta en una tienda de electrodomsticos y est considerada como la nueva estrella literaria de Japn
Haruki Murakami, el eterno aspirante al Nobel de Literatura, confes que leerla por primera vez le produjo “puro asombro”. The Economist la ha bautizado como “la nueva estrella literaria de Japn”, The New York Times la encumbr a “icono feminista” tras su best seller internacional Pechos y huevos y su novela Heaven estuvo nominada al premio Booker en 2022. Pero Mieko Kawakami (Osaka, 1976) se sacude de encima las etiquetas.
La primera: “Me da un poco de miedo que digan que soy la nueva representante de la literatura japonesa porque no es as”. La segunda: “No me gusta que me encasillen como escritora feminista porque no me gusta que me metan en una categora” (“hago literatura humana”, precisa). Y, ciertamente, la suya es una trayectoria inclasificable, que desafa cualquier convencionalismo y se aleja de lo que se esperara de una autora que hizo su debut literario como poeta all por 2006.
Porque Kawakami es escritora, pero tambin cantante, y antes se coloc tras el mostrador de una tienda de electrodomsticos y la barra de un bar.
“Mi historia seguramente sea poco habitual”, admite entre risas y, ya en serio, pregunta: “En Espaa los escritores son todos universitarios?”. Es que a ella siempre le ha llamado la atencin lo que le cuentan sus colegas de Estados Unidos, donde parece que difcilmente puede uno salirse del camino marcado: “Van a un curso de escritura en la universidad, buscan un agente… Si no, es muy complicado ser escritor. Desde luego, es una profesin a la que no pueden aspirar los pobres”.
Y lo dice quien, encima, compara su proceso creativo con algo tan infantil, pegajoso y delicioso hasta el empacho como el algodn de azcar. Ella compone letras (con o sin msica) dando vueltas a la varilla. “Cojo un tema, me vienen ideas, pienso las escenas… y eso se va haciendo grande e hinchndose, tomando forma como el algodn de azcar”.
Entrevistamos por Zoom a Kawakami con motivo de la publicacin en Espaa de su novela Heaven(Seix Barral), una historia desgarradora de acoso escolar vista a travs de los ojos de sus dos vctimas: dos adolescentes que se descubren como amigos al compartir el dolor y las preguntas por la violencia de sus compaeros. El azcar de Kawakami result no ser dulce.
Se declara fan de Murakami: “Aunque nos llevamos unos 30 aos, lo importante lo aprend de l, pero estoy tratando de hacer algo distinto”. Su estilo, de hecho, poco o nada juega con el surrealismo del reconocido escritor japons. Lo suyo va de servir la realidad en crudo (sin edulcorar, claro). “Mi intencin no es expresar lo que es Japn sino transmitir la esencia del ser humano. Y la soledad de la vida es lo que compartimos en todo el mundo”.
Como la que une a estos dos estudiantes en Heaven, para quienes la amistad se resume en limpiar juntos su propia sangre derramada en el gimnasio para contentar a sus acosadores. Tras los golpes, hay que fregar el suelo para borrar la huella del delito, para ocultar que a uno de los dos le han pateado la cabeza como si de un baln se tratara. Esa es su soledad.
El protagonista vctima de las humillaciones la vive as: “Probablemente aquellas lgrimas se debieran a que nosotros no tenamos ningn lugar adonde ir y solo podamos vivir en aquel mundo de aquella manera. Eran lgrimas causadas por el hecho real de que no haba ningn otro mundo que elegir. Eran lgrimas por todo, por absolutamente todo lo que exista”.
Para Kawakami, “donde hay una luz muy fuerte puede haber sombras tambin”. “Es algo importante en mis historias: si quieres escribir sobre la luz, necesitas sombras y, si quieres escribir sobre sombras, necesitas luz”. En Heaven, amistad y violencia son inseparables la una de la otra. La violencia hace amigos: entre quienes la padecen y entre quienes la usan.
La autora reflexiona sobre por qu est tan extendida entre los jvenes. “En el caso de Japn, creo que tiene que ver con la desesperacin. Japn es un pas rico pero no tiene esperanza. El patriarcado es un desastre, hay demasiada desigualdad y los jvenes estn perdidos. No saben cmo tienen que vivir. Algunos se dedican a robar y a lo mejor consideran que es una especie de revolucin. Estn haciendo un poco de Robin Hood. Hasta ese punto hemos llegado”.
Hay un pasaje en el libro que llam especialmente la atencin en su pas: el dilogo que mantienen la vctima y uno de sus verdugos, en el que este ltimo explica sus propias razones para serlo. “No tiene sentido. Pero, qu hay de malo en que no lo tenga? Si lo bueno es precisamente eso”. El sinsentido de la violencia es lo que da sentido a la violencia. Segn la autora, “el acosador habla de la violencia como si fuera su hobby; es injusto, pero es la realidad”.
La bsqueda de ese significado es lo que devora por dentro a quien no entiende por qu la crueldad se ensaa con l. Para su amiga, la otra vctima del bullying, no hay ms explicacin que la divina: “Debe de existir un dios que lo vea absolutamente todo y que, al final, d un sentido a todo lo que hemos sufrido, a todo lo que hemos aguantado”. La luz es oscuridad.
Kawakami elige a esta joven, Kojima, para dar forma a otra de las ideas que sobrevuelan su obra: la presin sobre el cuerpo femenino. En el caso de la adolescente vctima de abusos, es ella la que elige dejar de comer como manera de ser y responder a un mundo que no la entiende. De nuevo, la autora subraya que es un tema con el que sus lectoras de todo el mundo se sienten identificadas. Ahora bien, ella seala con el dedo acusador a su propio pas: “El feminismo en Japn es algo totalmente ajeno a una parte de la sociedad”.
“Los polticos siguen siendo hombres. La economa sigue en manos de los hombres. Y la mejor manera de sobrevivir como mujer es gustarle a un hombre. Esa es la opcin ms probable de conseguir la felicidad”, lamenta Kawakami, quien denuncia que en Japn sigue arraigada la mentalidad de que una mujer que se arregla lo hace “para encontrar a un hombre que la mantenga”. “Muchas mujeres aspiran a ser amas de casa porque, en Japn, cuanto ms se trabaja, ms empeora la salud”.
A Kawakami le cuesta detenerse. El machismo se cuela por cualquier rincn: “En japons, la palabra marido significa literalmente amo. Esto ya nos dice mucho de cmo es la cultura japonesa”, asegura. Cmo si no entender un pas que tarda 11 aos en autorizar la pldora del da despus y solo unos meses en dar va libre a la Viagra?, se pregunta. “Es un pas para abuelos. Por eso ya nadie tiene hijos, no se pueden criar en este entorno. Los hombres tampoco saben lo que es educar a un nio, por lo que al hablar de conciliacin solo dicen tonteras”.
El discurso de Kawakami va incluso ms all para desmontar la imagen que suele trascender del pas asitico, empezando por la del avance tecnolgico: “En Japn hay la sensacin de que ya no hay innovacin. Hubo un tiempo en que s ramos creativos, pero ahora Corea o China nos estn ganando la partida y Japn se va a convertir en un pas para turistas”. Kawakami, en crudo.
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