Rosa María Payá nació en La Habana en 1989, el año en el que cayó el Muro de Berlín, el acontecimiento que precipitó una serie de cambios que acabaron en el derrumbe de la Unión Soviética e impulsaron el camino hacia la Unión Europea de sus antiguos satélites en Europa. Sin embargo, su país, Cuba, siguió inamovible. A pesar de la muerte de Fidel Castro, en noviembre de 2016, el castrismo sobrevivió, hoy encarnado en la figura de su hermano Raúl, que continúa manejando las riendas. La cara visible del régimen es Miguel Díaz-Canel, secretario general del Partido Comunista, que acaba de ser reelegido para un segundo mandato de cinco años como presidente con la promesa de garantizar «la continuidad de la continuidad» en la constitución del nuevo Parlamento cubano.
En esa Cuba castrista no hay lugar para la disidencia, como demuestra la represión desencadenada contra los promotores de las marchas del 11-J de 2021, muchos de ellos miembros del Movimiento San Isidro. El régimen contestó la protesta con detenciones y alentando el exilio de activistas como Yúnior García o periodistas como Abraham Jiménez Enoa. En esas protestas muchos cubanos rindieron homenaje a Oswaldo Payá, padre de Rosa María y fundador del Movimiento Cristiano Liberación, haciendo una L de Libertad con los dedos pulgar e índice.
Rosa María Payá, que sigue la estela de su padre y abandera la plataforma Cuba Decide, se emociona al recordarlo. Un año después de la muerte de su padre el 22 de julio de 2012, que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos investiga si fue asesinado por la seguridad del Estado como la familia sostiene, Rosa María Payá se trasladó a vivir a Estados Unidos. Mantiene un contacto estrecho con la isla y trabaja para impulsar la transición por medio de un plebiscito vinculante. Rosa María Payá ha asistido en Madrid este viernes a la inauguración de la exposición, organizada por Cuba Decide, dedicada a las familias de más de 1.500 presos políticos en Cuba, Venezuela y Nicaragua en la Fundación Carlos de Amberes.
Cuba Decide es una plataforma conformada por muchas organizaciones de oposición, líderes religiosos, activistas LGTBI, y ciudadanos no afiliados a instituciones de la sociedad civil. Coinciden en movilizar a los cubanos dentro y fuera de la isla para generar la presión necesaria para poder celebrar un plebiscito que conduzca a celebrar elecciones. Hay promotores dentro, unos miles, y fuera de la isla. Algunos en la isla están en prisión, un centenar aproximadamente de mil encarcelados, como José Daniel Ferrer, líder de la Unión Patriótica de Cuba, o del Partido por la Democracia de Pedro Luis Boitel, y varios miembros del Movimiento Opositores por una Nueva República.
En Cuba hay más de 1.000 presos políticos. Algunos están en la cárcel por compartir una entrada en Facebook»
«Hay una absoluta desesperación en la isla. A nivel económico hay una crisis profunda, con una inflación de más del 200%, la última vez que la midieron, con desabastecimiento, problemas para conseguir medicinas, una sanidad cada vez más deficiente y una lamentable situación social y humanitaria. Los cubanos sufren además una represión brutal desde julio de 2021. En Cuba hay más de 1.000 presos políticos. Algunos están en la cárcel por compartir una entrada en Facebook. Al mismo tiempo, en 2022 se registraron al menos 3.000 protestas públicas, según la Fundación de Derechos Humanos en Cuba. Entre septiembre y octubre de 2022 hubo más protestas que en julio de 2022, pero no se ha informado de ellas», señala la activista cubana, quien considera que el pueblo cubano ve que solo saldrá de la crisis si sale de la dictadura, y para ello requiere el apoyo de las democracias del mundo, entre ellas el gobierno español. «Los cubanos en las calles demandan libertad y democracia, un demanda justa. Hay una contradicción humana entre un pueblo que pide cambios y un régimen autoritario».
En la exposición, relata, están recogidas las voces de activistas del Movimiento San Isidro, como Maykel Osorbo y Manuel Otero Alcántara, en prisión en Cuba, así como «las voces de muchos héroes anónimos porque la mayoría no forma parte de la oposición organizada sino que pertenece a una ciudadanía determinada a alcanzar la libertad». Afirma Rosa María Payá que hay muchas sinergias y colaboración entre los diferentes movimientos de la oposición cubana, cada una con sus planteamientos ideológicos. «Estamos unidos por un presupuesto básico, porque en el centro de la agenda de casi todos está la defensa de la libertad, la democracia y los derechos humanos. Cada vez queda más claro desde el verano de 2021».
Díaz-Canel, operador del castrismo
Ahora que empieza el segundo mandato de Miguel Díaz-Canel ya hay más elementos para juzgar su papel. «Díaz-Canel es un operador del castrismo. Está puesto a dedo por Raúl Castro. Confesó desde el primer momento públicamente que las decisiones más importantes en el país las sigue tomando Raúl Castro, en referencia a la familia Castro y al grupo de generales que está en el poder en Cuba. Lo que ha hecho Díaz-Canel es poner una cara visible a la orden de combatir a la ciudadanía cubana y reprimirla al máximo. Es lo que vemos en la práctica y en el perfeccionamiento de la legalidad castrista para justificar esa represión».
¿Tiene algo Pedro Sánchez en contra de que haya elecciones libres en Cuba?»
¿Será la muerte de Raúl Castro el momento de iniciar esa transición? «Hay posibilidad de iniciar una transición hoy. El pueblo cubano está ofreciendo esa oportunidad. Es cierto que Fidel Castro ya no está, ni Chávez, ni muchos generales, y Raúl Castro (91 años) desaparecerá algún día, pero la mayor oportunidad para Cuba no viene de la biología, sino del pueblo cubano que arriesga hasta su propia vida por un camino democrático. Ahora bien, el grupo en el poder en Cuba tiene las armas y está dispuesto a usarlas contra el pueblo cubano, como hemos visto. Por eso es necesario el apoyo de la comunidad internacional, y hablo a la Unión Europea, al gobierno español, para que se ponga de parte del pueblo cubano y presione en la misma dirección para que haya elecciones libres. Llevamos más de 70 años sin celebrarlas. ¿Tiene algo Pedro Sánchez en contra de que haya elecciones libres en Cuba? Invitamos a todos los partidos en España a responder a un camino de apoyo al pueblo cubano». Insiste en que su llamamiento no es ideológico, sino que es a favor de los derechos humanos de los cubanos, y eso lo defiende el pueblo español, y el europeo.
Alude la activista al documento fruto del espacio Pasos de Cambio, en el que se ponen en común las propuestas de la oposición y de la sociedad civil cubana, que presentaron a los partidos políticos, al gobierno y al Alto Representante para Política Exterior y de Seguridad, Josep Borrell. Piden activar la cláusula de derechos humanos y parar el diálogo político y de cooperación de la UE con el régimen de La Habana, ya que entienden que esos millones de euros que llegan a Cuba sirven para financiar la represión. Apelan a las empresas españolas en Cuba para se comprometan en la defensa de los derechos humanos. Y piden la liberación de los presos políticos en Cuba. Pero su demanda no ha sido atendida.
Para la fundadora de Cuba Decide, los más de mil presos políticos muestran cómo el castrismo conserva el poder a partir de la violencia y la represión. «Ahora, tan seguros de su poder no están cuando tienen que acudir a métodos tan extremos para mantenerlo. El mundo democrático debería abrir los ojos a la vulnerabilidad de la dictadura cubana, a cuán vulnerable es esa estructura de 64 años que no tiene reemplazo y ha tenido que aplicar la violencia extrema y el terrorismo de Estado para permanecer en el poder contra un pueblo desarmado que lo único que ha hecho es cantar ‘patria y vida’, y gritar libertad en las en las calles. En realidad, es una estructura muy vulnerable que nunca ha estado bajo la presión diplomática, política, económica. Es hora de que el régimen cubano sufra esa presión. Hay que forzar al régimen para someterse a la voluntad soberana de la ciudadanía».
Presión internacional
Para lograrlo, el pueblo cubano seguirá en la lucha no violenta, pero la comunidad internacional tiene la llave con su poder económico, político y diplomático. Rosa María Payá apela a que la Unión Europea aplique sanciones «contra los violadores de derechos humanos, quienes son además los mejores aliados transatlánticos de Putin».
Cuba ha puesto su aparato de medios estatales al servicio de la causa del Kremlin y ha presionado a Estados aliados africanos para que se abstuvieran en las votaciones en Naciones Unidas. «No tiene ningún sentido ni desde el punto de vista de derechos humanos, ni geopolítico, ni de defensa de los intereses europeos, sancionar a Putin y no sancionar a su mejor aliado en las Américas, que es el régimen cubano».
Con orgullo Rosa María Payá alude a que la L de liberación, el símbolo de su padre, se ha popularizado en las manifestaciones en Cuba, Venezuela, y en Nicaragua. «Es una evidencia tangible de que el camino que avanzó sigue vivo en el pueblo cubano. Como iniciativa lo que hacemos es recoger una idea que viene del Proyecto Varela, donde se concretaba como un referéndum, y unos meses antes de ser asesinado mi padre lanzó la campaña por un plebiscito vinculante en Cuba. Era el último desafío posible a una dictadura que ha cerrado toda la ley para hacerse inamovible. Pregúntale al pueblo, retó mi padre. Es la herramienta que Cuba Decide propone para transitar a la democracia. Para que funcione hay que forzar a los dictadores a hacer lo que no quieren hacer».
Oswaldo Payá, inspirado por la transición española, veía posible utilizar las reglas del sistema contra el sistema. Hoy por hoy el régimen impide esta fórmula. La Constitución que impuso Raúl Castro en 2019 dice que el Partido Comunista es el rector de la sociedad y el Estado, y que no se pueden usar plebiscitos para cambiarlo. El plebiscito, como bien explica la activista, está fuera de la Constitución pero existe en el derecho internacional. Hay que forzar por eso a la dictadura a aceptar el proceso. «El apaciguamiento no funciona. Los dictadores solo responden a la presión», remarca Payá.
Si quieren acabar con los abusos en derechos humanos en Venezuela y Nicaragua, han de empezar por Cuba»
La plataforma Cuba Decide está reclamando a la comunidad internacional una oportunidad como la que tuvo la oposición venezolana cuando Juan Guaidó tuvo el reconocimiento de más de 50 países como presidente encargado y Caracas empezó a sufrir sanciones de EEUU y la UE. «El régimen cubano nunca ha estado ni bajo la mitad de la presión que ha estado Nicolás Maduro, cuando Nicolás Maduro es un discípulo del régimen cubano, en muchos momentos totalmente controlado por el régimen cubano. La dictadura cubana ha sido muy hábil en abrir frentes como el venezolano o como el nicaragüense, o como las conversaciones de paz con Colombia, donde lo que se está discutiendo en todo momento no es la principal contradicción, que es precisamente la de esa dictadura contra el pueblo cubano. La comunidad internacional ha de tomar al pulpo por la cabeza y la cabeza del pulpo autoritario en nuestro continente vive en La Habana, tiene su centro de coordinación en La Habana, y probablemente es mucho más vulnerable en La Habana de lo que es en cualquier otro rincón de nuestra región. Si quieren acabar con los abusos de derechos humanos en Venezuela o Nicaragua, han de empezar por Cuba».
A juicio de Payá, el gobierno español está silenciando las violaciones de derechos humanos en Cuba y defiende el acuerdo de cooperación con la isla que beneficia en gran parte al régimen.
«Pedimos que se pongan de parte del pueblo cubano que quiere decir ponerse de parte del pueblo ucraniano y de parte del pueblo español. Si la agresión rusa de Ucrania, no mueve a España, no sé qué lo hará. La invasión rusa de Ucrania ha demostrado que los autoritarismo nunca se queda en sus fronteras. Y estos regímenes están coordinados mucho mejor que el mundo democrático. Europa puede debilitar a los aliados de Putin dejando de financiar al régimen de Putin», añade.
Con la Administración Biden en Cuba Decide han tenido conversaciones con Brian A. Nichols, número dos del Departamento de Estado sobre el Hemisferio Occidental, y secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, debido a que en EEUU están preocupados por la crisis de migrantes que provoca la dictadura cubana y sus aliados. Cuando Ortega levantó la restricción de visados en Nicaragua, creó la crisis migratoria más grande en la frontera sur de EEUU. Entre noviembre de 2021 y diciembre de 2022, 367.000 cubanos quisieron cruzar a EEUU por la frontera sur.
«Tolerar al régimen cubano es un factor desestabilizador en Venezuela, Nicaragua y la frontera de EEUU. Apoyar un cambio democrático en Cuba es un asunto de seguridad nacional. Nos escuchan pero no pasan a la acción. Podrían recurrir a sanciones personalizadas como propone la ley Magnitsky. Conversan con La Habana sobre temas migratorios y nos preocupa porque el régimen cubano utiliza el arma migratoria», indica.
Si algo hemos aprendido los cubanos es a no confiar en Mesías»
Rosa María Payá es una mujer con una gran determinación que se ve impulsando la transición dentro de la isla. Recuerda que la última vez que intentó entrar en La Habana fue en el verano de 2021 pero no se lo permitieron. Antes estuvo en 2018 y apenas podía verse con nadie debido a la vigilancia a la que estuvo sometida. Pero está convencida de que verá una Cuba democrática. «El cambio va a venir, antes o después, y el gobierno y los empresarios españoles, querrán estar en el lado correcto de la historia». No cree que vaya a ser espontáneo ni fácil, y depende del pueblo cubano, «y del apoyo los demócratas del mundo». Confía en que el cambio en Cuba tenga como protagonista al pueblo y no dependa de un líder. «Si algo hemos aprendido los cubanos es a no confiar en Mesías».