El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su vicepresidenta primera, Yolanda Díaz, cerrarán este viernes la campaña electoral de las municipales en Barcelona. Una circunstancia inédita que ilustra hasta qué punto es importante para ambos el resultado en Barcelona, con una izquierda en caída libre en Madrid. Pero además la batalla por Barcelona es doblemente descarnada porque PSC y Comunes salen aquí empatados en primer lugar y con estrategias divergentes.
El socialista Jaume Collboni no ha ocultado en campaña su preferencia por pactar con Xavier Trias la futura alcaldía. Y Ada Colau se esmeró en sus guiños a Esquerra y a Ernest Maragall en el debate electoral de TV3, intentando visualizar un bloque alternativo en la lucha por una alcaldía que nadie podrá gobernar en solitario, según las encuestas.
Barcelona puede ser, por tanto, el escenario de la primera ruptura real del bloque de izquierdas que ha permitido gobernar a Pedro Sánchez, con el PSC pactando contra ERC y los Comunes, si la dirección de Ferraz no lo remedia. En la sede de los socialistas catalanes aseguran que esta vez el PSC pasará por delante, con la vista puesta en unas autonómicas que podrían precipitarse si los de Salvador Illa vuelven a ganar las elecciones en Cataluña.
Bastión socialista
Más allá de los intereses de Illa, -que ya ganó en las últimas autonómicas y ha empezado a ensayar la pinza con Junts contra el minoritario gobierno de ERC en la Generalitat- el PSOE necesita recuperar Barcelona, la segunda ciudad española. Una ciudad que los socialistas no gobiernan desde hace 12 años y que Collboni se ha propuesto recuperar a base de exhibir las siglas socialistas y la herencia de los alcaldes más emblemáticos de la ciudad, con Pasqual Maragall a la cabeza.
La victoria en Barcelona serviría además para ratificar la estrategia de diálogo con el independentismo del Gobierno Sánchez, forzado por la necesidad de apoyarse en los votos de ERC. Un aval frente a las críticas de PP y Vox y un inmejorable punto de partida para que Cataluña vuelva a ser el granero del PSOE en las elecciones generales de final de 2023.
Colau, referencia de Sumar
El resultado en Barcelona es igual de trascendente para Yolanda Díaz, que ha convertido a Colau en el gran referente de su proyecto político, Sumar. Desde las propuestas en vivienda a la movilidad, Barcelona es la referencia frente a Madrid en los discursos de Yolanda Díaz. Y la única capital en la que la izquierda a la izquierda del PSOE tiene opciones de hacerse con la alcaldía.
Además, al contrario de lo que sucede en Madrid o Valencia, Colau ha conseguido que Podemos y Comunes vayan juntos en Cataluña, tras la fragmentación suicida de las últimas elecciones municipales que barrieron a Podemos del mapa municipal catalán en 2019.
El promedio de de las últimas encuestas da un empate entre Collboni y Colau a 10 regidores para un ayuntamiento de 41 ediles. Ambos se sitúan unas décimas por encima del 20% de los votos, con Trias en tercer lugar y una proyección de 9 regidores.
Batalla Colau-Collboni
En este contexto, los socialistas confían en los indecisos y en movilizar el voto útil anti-Colau -un 70% de los barceloneses reclaman un cambio de alcalde, repiten- al que no han dejado de apelar en los últimos días. Los morados, en la movilización de su electorado, el más fiel, que sirva para contrarrestar el rechazo a la alcaldesa, que se reparten PSC, Junts, PP, Cs y Valents, amén de Vox.
Con estas cifras sobre la mesa, Colau y Collboni han desatado abiertamente las hostilidades en los últimos días de campaña, con puñales cruzados que fueron especialmente evidentes en el último debate de candidatos. Falta ver si Sánchez y Díaz entran también en el cuerpo a cuerpo este viernes.
Díaz lo hará junto a Colau, Jaume Asens y Bob Pop en el Parque de Sant Martí, uno de los distritos clave de la victoria de Colau en 2015 y de la recuperación del PSC en 2019. Sánchez en Pabellón de la Vall d’Hebron, paradójicamente, el escenario del gran mitin con el que Pablo Iglesias inició su fructífera relación con Barcelona en 2014.