Yevgeni Prigozhin se ha convertido en un señor de la guerra cada vez más incómodo. Pasó por la cárcel en su juventud, y cuando logró salir se las arregló para convertirse en un acaudalado empresario hostelero cercano al líder ruso, Vladimir Putin. El llamado chef de Putin, quien orquestará la granja de trols que intervino en las elecciones en EEUU en 2016, fundó el grupo Wagner, formado por mercenarios adiestrados en África. Son los que han llevado a cabo la ofensiva en Bajmut, donde todavía se libran encarnizados combates casa por casa. Aunque se da por hecho que antes o después habrá un repliegue de las fuerzas ucranianas, es tal el coste humano y material que la previsible victoria rusa será pírrica.
De momento, lo que emerge es una división cada vez más evidente entre Prigozin y el Ministerio de Defensa, encabezado por Serguei Shoigu, junto a las Fuerzas Armadas rusas y su mando en Ucrania, hoy en manos de Valery Gerasimov, que reemplazó por sorpresa a Sergei Surovikin, el llamado carnicero de Siria en enero, apenas cuatro meses después de ser designado como número uno de las fuerzas rusas en Ucania.
Prigozhin lleva días quejándose de falta de munición y acusa a las Fuerzas Armadas rusas de esta falta de asistencia: o es exceso de burocracia o traición, sostiene. Incluso ha lanzado una amenaza muy seria: si Wagner se retira, la línea de frente rusa se desmorona. En un video publicado en YouTube, el jefe de Wagner señala que «la situación no será buena para todas las formaciones militares que protegen los intereses rusos, hasta las fronteras de Rusia y quizá más allá».
En un comentario publicado en Telegram, Prigozhin señala que sabe que se ha dado la orden de enviar munición el 23 de febrero, pero aún no ha llegado. Por esta razón habla de que no sabe si la demora se debe a problemas burocráticos o bien los están boicoteando.
El Grupo Wagner es quien lleva la iniciativa en la cruenta batalla por Bajmut. E lpropio Prigozhin ha dicho que la guerra en esta ciudad de Donetsk, que tiene sobre todo relevancia simbólica, se ha convertido en una «picadora de carne«. Según fuentes ucranianas, en este frente mueren 500 soldados rusos cada día. Aunque Prigozhin asegura que ya han cercado la ciudad, los ucranianos siguen resistiendo. Fuentes militares ucranianas informaron a El Independiente que «no hay retirada táctica, sino rotaciones».
Como la munición sigue sin llegar, Prigozhin ha dirigido una carta este lunes «al comandante de la operación militar especial» y ha enviado a un representante suyo a los cuarteles generales del mando ruso. Ni siquiera le han abierto la puerta.
Recuperar el control
Prigozhin, que hasta ahora ha contado con el apoyo de Putin, ha permitido al ejército ruso ahorrarse un gran desgaste de efectivos. El jefe de Wagner ha reclutado a criminales en las cárceles a los que se iba a perdonar la condena si resisten seis meses en el frente. Pocos lo logran, como confesaba un convicto reclutado a su esposa en una conversación telefónica. Uno de los detenidos por las fuerzas ucranianas confesó que solo había recibido un mes de entrenamiento con una única tarea: cómo avanzar arrodillado por un bosque.
El jefe de Wagner choca con los modos de Shoigu, que acaba de visitar Mariúpol, y Gerasimov, y sin embargo congenia con el líder checheno, Ramzán Kadirov, otro señor de la guerra. Shoigu lleva décadas al lado de Putin y se mueve bien en los despachos. Sin embargo, Prigozhin se acerca a la línea de frente. Es un nacionalista a ultranza que recela de los burócratas, que dan órdenes a distancia de la batalla.
Las FFAA rusas quieren tener el control de todas las acciones y estar coordinadas, y Prigozhin quiere un papel protagonista»
francisco gan pampols, teniente general en la reserva
Para el teniente general en la reserva, Francisco Gan Pampols, el choque entre el jefe de Wagner y Defensa se debe a que «las Fuerzas Armadas rusas quieren tener el control de todas las acciones y que estén coordinadas, y Prigozhin quiere un papel protagonista». Desde que comenzó la invasión rusa de Ucrania, hace ya más de 12 meses, el Ejército ruso no ha podido atribuirse ninguna victoria gloriosa, salvo la toma de Mariúpol, tras un brutal asedio que puso en el foco el heroísmo de los ucranianos. Tuvieron que retirarse de la región de Járkov, de Jersón, y ahora tienen en el punto de mira afianzarse en Donetsk. Son los mercenarios de Wagner quienes forman los grupos de asalto en Bajmut, una localidad que llegó a tener 70.000 habitantes, y desde donde tendrían Kramatorsk al alcance de la artillería.
El secretario de Defensa de EEUU, Lloyd Austin, ha dicho este lunes que la retirada ucraniana de Bajmut no cambiará el curso de la guerra. «No supondrá un retroceso estratégico», ha remarcado. Después de una serie de reuniones con el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, el alto mando ucraniano ha acordado «mantener la operación de defensa y reforzar las posiciones en Bajmut».
«Wagner, gracias a los influencer que cantan sus glorias, ha vendido sus avances, que no son tan relevantes. Ha transmitido la imagen de que ellos son mucho más efectivos que el ejército ruso, al que suelen acusar de falta de profesionalidad. Prigozhin se ha presentado como un gestor eficaz que logra lo que no consigue el ejército. Tanto Kadirov como él se presentaban como una alternativa eficaz. En realidad los avances de Wagner han sido lentos», indica Jesús Manuel Pérez Triana, analista de seguridad y defensa y coautor de La guerra de Ucrania II. De la conquista de Lugansk a la contraofensiva ucraniana.
Todo indica que ahora intentan cortarle las alas. Prigozhin ha acaparado demasiado el foco»
jesús manuel perez triana, analista militar
«Todo indica que ahora intentan cortarle las alas. Ha acaparado demasiado el foco. Primero le impidieron reclutar presos, como solía hacer. Ahora tiene problemas con la munición. Lo que me parece exagerado es lo que dice de que sin Wagner la línea de frente rusa se desmorona», añade Pérez Triana. Además del portazo del que se hace eco el propio Prigozhin, otra señal de que está perdiendo apoyos en el Kremlin es el hecho de que los medios oficiales han recibido la orden de que no se hagan eco de lo que dice o hace el jefe de Wagner, a no ser que sea absolutamente necesario, según ha informado el medio independiente meduza.com.
A su vez, según difundió el medio independiente Verstka, el Ministerio ruso de Defensa preparó a principios de año un informe sobre Prigozhin. El dossier sobre el jefe de Wagner estaría listo y tendría información comprometedora, preparada para divulgarse en cuanto sea oportuno. Es una señal de que el Kremlin lo tendría todo en marcha para hacerle caer en cuanto crea que gane más si Prigozhin desaparece. De momento aún le resulta útil.
Según Taras Kuzio, experto en asuntos políticos, económicos y de seguridad de Ucrania y profesor de Ciencias Políticas en la Academia Mohyla de la Universidad Nacional de Kiev, «si Prigozhin puede criticar es porque a Putin le parece bien. Le ha hecho un gran favor al poner la carne de cañón en Bajmut. Si a Putin no le gustara, rápidamente caería por una ventana». Otra hipótesis es que el líder ruso utilice estos enfrentamientos para mantener a raya tanto al Ejército y el Ministerio de Defensa como a los señores de la guerra.