La expansión de las gasolineras de bajo coste sigue creciendo. Basta con repasar los datos. En los dos últimos años, este tipo de estaciones de servicio han aumentado un 50% en apenas dos años. En términos absolutos, estas gasolineras, que permiten un repostaje más económico con la misma calidad de combustible, superan ya los 1.900 puntos de distribución en toda la Península, Baleares y Canarias, casi dos de cada diez.
Entre las causas de este crecimiento la asociación indica que se debe “a la buena acogida de este modelo entre los consumidores, que han visto cómo en épocas en la que los precios estaban disparados, éstos se han conseguido ajustar y proporcionar un ahorro real a los consumidores”, explican desde Asociación Nacional de Estaciones de Servicio Automáticas (Aesae).
Pero, ¿cuál es el modelo de estas gasolineras y por qué pueden ofrecer gasolina más barata que las principales petroleras de nuestro país como Cepsa o Repsol? Las gasolineras low cost, basan su negocio en la reducción de costes de explotación. Estructuras pequeñas, sencillas, automatizadas, que permiten contener los costes y trabajar con márgenes muy pequeños. El resultado es el mismo producto con un servicio similar (incluso algunos apuntan que mejor que las tradicionales) a un precio más competitivo.
Con esta metodología y con unos carburantes que tienen menos aditivos para mejorar su rendimiento hace que los precios sean mucho más competitivos que el de las gasolineras tradicionales. Recientemente este periódico publicaba que el litro de gasolina es hasta 15 céntimos más barata que en una estación de Servicio o Repsol, una vez que han caído los descuentos que iniciaron las compañías con la crisis energética.
Durante estos meses, el sector de las estaciones de servicio ha sido especialmente beligerante con el Gobierno por las formas en las que se impusieron los descuentos a los clientes en las bonificaciones de 20 céntimos y con las grandes gasolineras ya que las low cost consideraban que hacían competencia desleal. Estas gasolineras entendían hace poco más de uno año que los combustibles que ofertan al mercado estaban por debajo del precio que ellos mismos adquieren al por mayor.
A la cabeza de estas gasolineras baratas hay 4 empresas:, Ballenoil, Petroprix, BonArea y Plenoil, pero… ¿Quiénes están detrás de ellas?
Ballenoil: experiencia en petróleo y lavado de coches
Juan Sanz y David Querejeta son dueños de un imperio que ya cuenta con una red de 200 estaciones de servicio y que no para de crecer. Según sus últimos resultados públicos la empresa superó la barrera de los 334 millones de litros aditivados vendidos, lo que supone un incremento del 42% con respecto al año anterior, y superando también la cifra de 16 millones de repostajes.
Juan Sanz conoce perfectamente el sector del petróleo. Durante 15 años formó parte de la plantilla de ExxonMobil y durante la crisis financiera puso punto y final a su etapa en la compañía multinacional. Fue en 2010 cuando se puso en contacto con Querejeta, dueño de la empresa Ballena Azul que se dedicaba al autolavado de coches manual para meterse de lleno en este sector como empresario.
Según la empresa, sus carburantes “ayudan a limpiar válvulas e inyectores de los vehículos, para mantener siempre el funcionamiento óptimo del motor, mejorar su rendimiento, reducir las emisiones contaminantes y para lograr un ahorro significativo en el consumo y en las operaciones de mantenimiento”.
Petroprix: de ingeniero ‘teleco’ al imperio del carburante
Otra de las grandes empresas de las estaciones automáticas es Petroprix. La empresa cerró 2021 con una facturación de 360 millones de euros (hace dos años apenas superaba los 200 millones) gracias a registrar casi 15 millones de repostajes y vendiendo más de 350 millones de litros.
Petroprix es la tercera empresa con más EESS en España y tiene 130 gasolineras. Cuenta con más de 130 gasolineras automáticas, basadas en la tecnología para mejorar el servicio a sus clientes y tienen presencia en Andalucía, Comunidad Valenciana, Castilla La Mancha, Castilla y León, Galicia, Asturias, Cantabria, Navarra, País Vasco y Cataluña.
Detrás de esta compañía se encuentra el jiennense Manuel Santiago, ingeniero de telecomunicaciones. Durante buena parte de su vida laboral estuvo en multinacionales como Valeo y General Electric para, luego, dar el salto a las energías renovables con una empresa de plantas renovables.
Durante su etapa de empresario contrató a un equipo de ingenieros y programadores y buscó la alternativa de aplicar la tecnología en un mercado donde no se hubiera implantado. Y encontró la fórmula perfecta: gasolineras automáticas. EESS sin empleados, sin tiendas que vendiesen naranjas ni servicio de lavado de coches, pero que ofreciesen mejores precios a los clientes y, sobre todo, mucha rapidez gracias a un software propio.
Plenoil: un consejo de administración de Forbes
Otra de las grandes empresas de gasolineras low cost es Plenoil, con importantes hombres detrás. Según consta en el registro mercantil los dueños son Leopoldo Pérez de Villaamil y Alfaro y Álvaro Sainz de Vicuña Bemberg entre otros grandes empresarios. El último nombre es uno de los más ricos del país, y está incluido en la lista Forbes y uno de los empresarios más importantes durante el franquismo.
“Nuestro objetivo siempre ha sido ofrecer a los consumidores un producto necesario para su movilidad al mejor precio posible. Para ello, seleccionamos minuciosamente nuestras ubicaciones, próximas a zonas urbanas, para acercar el combustible a nuestros clientes y evitar que realicen desplazamientos innecesarios; garantizamos un servicio seguro y velamos por ofrecer la máxima calidad del combustible”, explica el CEO de Plenoil, José Rodríguez de Arellano.
La empresa obtuvo una facturación de 970 millones de euros en el ejercicio de 2022, lo que supone un total de más de 692 millones de litros de combustible vendidos y más de 30 millones de operaciones registradas en toda su red.
BonÁrea: de las gallinas a los carburantes
Cataluña es el territorio preferido de la otra gran compañía del low cost. BonÁrea dispone de 525 establecimientos, de los que 60 son estaciones de servicio. Los otros son restaurantes, agrocentros o tiendas de carretera.
Al frente de esta empresa se encuentra Jaume Alsina que fundó la empresa en 1959, en el que su principal nicho de mercado era la venta de gallinas y cerdos. Afirma que a medida que aumentaban el número de animales y, por ende, la necesidad de piensos, él y su socio, David Sala, decidieron hacerlos ellos mismos y ahorrar entre un 10% y un 20%. Con el paso del tiempo, la sociedad se diversificó hasta crear una gran red de tiendas, restaurantes y estaciones de servicios.
El grupo BonÁrea Corporación, con sede en Guissona (Lleida), cerró 2021, sus últimos resultados públicos, con 2.250 millones de facturación, 65 millones de beneficios y con la mayor cifra de inversión de su historia, 130 millones.