Hace un año, el seis de abril de 2022, un grupo de activistas y científicos protestó en las escalinatas del Congreso de los Diputados coincidiendo con la publicación del sexto informe del IPCC en una acción coordinada internacionalmente por el colectivo Scientific Rebellion -en España Rebelión Científica- y en la que participaron científicos de renombre como Peter Kalmus, la autora del IPCC Julia Steinberger o Fernando Valladares, entre otros.
Vertieron pintura roja en la fachada principal de la cámara baja hecha con una base de remolacha y fueron detenidos y acusados de interrumpir el pleno que se celebraba en ese momento y de dañar el patrimonio histórico. La acusación de irrumpir el pleno no prosperó porque la fiscalía comprobó con el Congreso que no hubo parón alguno en la sesión, pero el supuesto daño al edificio histórico sigue adelante. Han terminado de testificar los acusados y el juicio sigue su curso, pero sobre la mesa tienen seis años de cárcel por pedir acción al Gobierno por la crisis climática con su protesta.
“Nos acusan por daños y hemos demostrado mil veces que no dañamos la fachada del Congreso, la pintura se borró al instante con un equipo de limpieza”, recuerda el investigador de Biología de 25 años Javier de la Casa, miembro de Rebelión Científica. “No tengo carnet de socio, no va así. Es un movimiento al que te adhieres y que sientes”, matiza.
En Rebelión Científica creen que la respuesta judicial y policial hacia su movimiento es desmesurada. “Creemos que tiene la intención de amedrentar y de asustar a cualquier persona que quiera ejercer su derecho a la protesta. Si quieren que haya juicio, pues habrá juicio pero ganará el sentido común”, asevera.
La porosidad existente entre los grupos de activistas climáticos que hace que muchos de sus miembros participen indistintamente en Extinction Rebellion, Rebelión Científica o Futuro Vegetal fue aprovechada por una policía secreta para introducirse en distintos colectivos hasta que fue descubierta. Este hecho junto con el juicio a los científicos ha reactivado al colectivo de Rebelión Científica que en las últimas semanas ha multiplicado sus acciones de protesta. Futuro Vegetal se sumó a Rebelión Científica el pasado 30 de marzo en una protesta que replicaba la realizada el 6 de abril de 2022, justo el día en que se tomaban las primeras declaraciones a los acusados.
Rebelión Científica ha anunciado que coincidiendo con el mes de elecciones intensificarán sus movilizaciones en mayo. Aseguran que pondrán el foco “en el negacionismo y retardismo climático presente en la política española. En el contexto político actual, aproximadamente a 7 años de cruzar el límite de seguridad planetaria, la peligrosa proliferación de candidatos negacionistas de las evidencias más básicas con respecto a la crisis climática pone en grave riesgo la posibilidad de tomar las medidas necesarias para garantizar la protección de nuestra población”, han manifestado en un comunicado.
Como De la Casa también ha pasado por los juzgados Fernando Prieto, ecólogo y director del Observatorio de sostenibilidad. “Lo que hemos defendido en el juzgado es que en base a nuestra experiencia profesional creemos que es muy importante actuar contra la emergencia climática porque creemos que el Gobierno, la sociedad y las empresas no se estaban tomando suficientemente en serio el tema de la crisis climática”, explica Prieto.
Prieto cree que el tiempo les va a dar la razón. “Todo el mundo se va a tomar esto mucho más en serio. Realmente se tendrán que tomar las decisiones oportunas, porque no queda más remedio. Sobre todo en tema de adaptación al cambio climático”, asegura. “La sociedad entera está tomándose cada vez más en serio el cambio climático. Sobre todo después del año 2022 con las olas de calor. La gente está siendo cada vez más consciente y lo que tienen que hacer las administraciones y las empresas es empezar a tomar estas medidas urgentes para reducir las emisiones”, añade.