El nombre de Carlos Alcaraz ya luce con letras de oro en la historia del tenis mundial. El tenista murciano se ha proclamado campeón del US Open por 6-4 / 2-6 / 7-6 / 6-3 en 3 horas y 22 minutos. La victoria no solo le incluye en el selecto club de ganadores de Gran Slam, sino que le aúpa al número 1 del ránking ATP y le convierte el jugador más joven de la historia en conseguirlo. Se trata del sexto español que domina el tenis mundial después de Arantxa Sánchez Vicario, Carlos Moyá, Juan Carlos Ferrero, Garbiñe Muguruza y Rafael Nadal.
Carlitos, como a él le gusta ser reconocido pese a que ya es dueño y señor del circuito, arrancó sin dudas, y a los dos juegos rompió el servicio del noruego. Ferrero, entrenador y padre tenístico de Alcaraz que en 2003 perdió está final cuando su pupilo vestía pañales, le invitaba a no especular. «Convéncete», indicaba desde la grada. Y así lo hizo, 6-4 sin fisuras.
El segundo set fue otra historia. El noruego también hizo valer su condición de candidato al cetro tenístico y desarboló a Alcaraz con puntos de videojuego. Sus piernas y su calidad pusieron las tablas. Después de 1 hora y 30 minutos el partido volvía a la casilla de salida, 1-1. Los dos aspirantes al trono ya habían logrado su primer set en una final de Gran Slam. La batalla seguía.
El «apagón» de Alcaraz duró los 49 minutos de vida del segundo set. El ciborg murciano encaró la tercera manga con otro aire: la bola corría y el break a su favor abría el marcador. Sin embargo, Ruud no se inmutó. Ni frío ni calor, ni triste ni contento, lo único que trasmitía era dureza. El noruego era una roca, y de rondar un 3-0 en contra colocó el 4-3 a su favor. Después de dos horas de fuego, la lucha superaba el plano tenístico y tomaba un gran sentido táctico. No todo es disfrutar, y para ser campeón del US Open y número 1 del mundo hasta los más grandes han de ponerse el mono de trabajo y saber sufrir. Con 19 años -casi los justitos para sacar el carné de conducir o entrar a una discoteca- Alcaraz también sabe hacer eso. El ‘saque red’ fue su mejor aliado en un juego eterno en el que levantó dos bolas de set en contra y que le condujo a tie break. Ruud no se repuso al golpe moral de Alcaraz y el murciano bordó el desempate: siete puntos consecutivos y 7-1 para arrebatarle otro metro a la gloria. 2 horas y 44 minutos y dos sets a uno para Carlos, «solo» quedaba cerrar la gesta.
La máquina era imparable. A dos golpes, a diez o a 20. Carlos Alcaraz aporreaba como un martillo pilón el muro escandinavo, que se tambaleaba ante las embestidas del joven prodigio. La derecha de Alcaraz hostigaba a Ruud, condenado a morir ante la dictadura de un golpe letal apuntalado con un servicio incontestable. El pasar de los juegos y el rodillo murciano hicieron el resto. Victoria histórica. Campeón del US Open y el número 1 más joven de la historia con 19 años 4 meses y 6 días.