Fue un proyecto que alimentó las esperanzas de la expansión internacional de Paradores, pero ha terminado quedando en agua de borrajas. El sultanato de Omán, emplazado en una de las esquinas de la península Arábiga, firmó un acuerdo con la empresa pública española para exportar su modelo de negocio a un país con varios cientos de castillos y fortalezas, legado de su pasado como puerto estratégico en la ruta hacia Asia.
El acuerdo no ha terminado materializándose, tal y como reconocen ambas partes en declaraciones a El Independiente. “Yo mismo me desplacé a Madrid para estudiar la posibilidad de aprovechar la experiencia de Paradores”, explica a este diario Salim bin Mohammed Al Mahrouqi, ministro de Patrimonio y Turismo de Omán. “El tipo de monumentos que tenemos aquí en Omán, realmente difieren de los que existen en España y Europa en muchos aspectos”, agrega.
El acuerdo hoy reducido a papel mojado se inició del modo más peculiar posible: un alto cargo omaní se alojó en el establecimiento que Paradores tiene en los confines de la Alhambra de Granada y quedó maravillado. En 2010 el país árabe rubricó un acuerdo con la compañía española, de titularidad pública, en virtud del cual en 2014 un equipo se desplazó desde Madrid para preparar un proyecto que perseguía establecer una marca hotelera basada en la recuperación del patrimonio, a imagen y semejanza de la española.
De momento y aunque el proyecto tenía mucho recorrido, no se ha avanzado
Desde Paradores reconocen ahora a este diario que “el acuerdo consistió únicamente en el estudio de diversos edificios históricos seleccionados por el sultanato para analizar su viabilidad conforme al modelo de Paradores”. “De momento y aunque el proyecto tenía mucho recorrido, no se ha avanzado en siguientes fases por distintos motivos aunque, por supuesto, nos encantaría retomarlo porque, de acuerdo con las recomendaciones y propuestas realizadas sobre las localizaciones visitadas, tenía mucho potencial”, agregan.
Descartado en Mascate
Unas aspiraciones que se descartan totalmente en Mascate, la capital de Omán. “Somos reacios a transformar fortalezas y castillos en instalaciones de alojamiento por la naturaleza de la fragilidad de esos monumentos y el tipo de impacto que puede conllevar este tipo de proyecto”, alega el ministro. “Es una de las razones por las que no se ha avanzado en el proyecto, aunque valoramos la experiencia de Paradores”.
Omán, con 5,2 millones de habitantes, presume de ser un remanso de paz, “libre de ataques terroristas”, precisan desde el ministerio de Turismo. El país, que mantiene buenas relaciones con Irán y ha sido mediador habitual entre la República de los Ayatolás y Estados Unidos, se halla en plena transformación tras el óbito hace dos años del sultán Qaboos, que durante medio siglo modernizó el país y lo dotó de las infraestructuras actuales.
Omán aspira a un turismo de calidad, con la meta de alcanzar los 11 millones de turistas en 2040
El turismo es una de sus bazas, con uno de los paisajes más diversos y vírgenes del golfo Pérsico. Los planes estatales buscan un turismo de calidad, con la meta de alcanzar los 11 millones de turistas en 2040 y una aportación al PIB de entre el 6 y el 10 por ciento, doblando en la horquilla más baja la contribución actual. “Queremos visitantes medio y alto standing porque aspiramos a que el turismo que llegue tenga un impacto en la población local”, insiste el ministro.
A su juicio, “el turismo de aventura es una de nuestras principales apuestas”. Sus principales clientes proceden en la actualidad del Reino Unido, Alemania, Francia e Italia. Más de un centenar de nacionalidades, incluida la española, pueden acceder gratuitamente al país. “La nuestra es una visión complementaria a la de nuestros países vecinos”, de Arabia Saudí a Emiratos Árabes Unidos, apuntan desde el ministerio.
Una compañía pública en entredicho
En tal estrategia, marcada seriamente por la propagación del coronavirus, la opción de Paradores surgía como una oportunidad para el desarrollo de una empresa envuelta en la polémica por la composición de su consejo de administración y su falta de compromiso con la empresa. En 2020, como informó este diario, Paradores abonó dietas a integrantes de su consejo de administración por reuniones a las que no asistieron. El importe de estos pagos ascendió a 15.265,04 euros, de los que sólo 1.090,36 euros terminaron en el Tesoro Público.
En 2021 la empresa volvió a los números rojos tras registrar un beneficio neto de tres millones de euros, muy lejos de las pérdidas de 63,9 millones con que saldó 2020 por el desplome de la actividad provocado por la pandemia.
En 2021 la empresa volvió a los números rojos
Inicialmente el proyecto de Paradores con el sultanato se centró en 13 edificios históricos. “Omán tiene un potencial enorme. Tiene un contexto económico y político parecido al marco en el que se inició nuestra cadena en los años 20 y 30 y cuentan con patrimonio, muchos kilómetros de playa y capital humano”, explican desde la empresa española.
Desde Mascate reconocen, además, las dificultades para acomodar el proyecto. Los castillos y fuertes están a menudo rodeados por tierras de cultivo que pertenecen a las comunidades locales, lo que imponía negociar. Durante el proceso de asesoría, las autoridades del país árabe llegaron incluso a plantear a Paradores que asumieran la gestión directa de los nuevos establecimientos, con personal llegado de España y con un modelo que podría oscilar entre la franquicia o la gestión directa.
La vía omaní, ya descartada, habría sido el primer peldaño en la expansión internacional de la compañía. En la década de 1960 Manuel Fraga visitó Egipto e Irak a raíz del interés mostrado por ambos gobiernos. Paradores ha firmado un acuerdo similar con México y Arabia Saudí.