En sus primeras declaraciones tras su ruptura con Íñigo Onieva, Tamara Falcó aseguraba que el trabajo es uno de los pilares de su vida y que, pese al durísimo varapalo que ha supuesto la deslealtad del que era su prometido, no dejaría que sus problemas personales influyesen en sus compromisos profesionales.
Y, buena prueba de ello es que el pasado viernes la marquesa de Griñón ponía rumbo a México para participar en el ‘Congreso Mundial de las Familias 2022‘, donde ha ejercido de ponente en la conferencia ‘Familia y Entretenimiento’ antes de mantener un encuentro con jóvenes asistentes a este evento religioso que busca destacar la importancia de la familia como fundamento natual de la sociedad.
Una charla en la que, como no podía ser de otra manera, se ha sincerado sobre su ruptura con Íñigo, confesando que aunque tiene una «mezcla de sentimientos», está viviendo «un despertar espantoso».
Todos los que están perdidos en las sombras merecen conocer la verdad y el amor de Dios»
Tamara Falcó
«No lo entiendo. No me cabe en la cabeza lo que ha sucedido – ha afirmado, haciendo referecia a la infidelidad del que era su prometido – pero creo que también él y todos los que están perdidos en las sombras merecen conocer la verdad y el amor de Dios«.
«Creo en el perdón pero es algo en lo que actualmente tengo que trabajar» ha admitido, dejando entrever que por el momento es incapaz de perdonar a Íñigo, sobre quien se ha sincerado confesando que «no siento odio ni aberración hacia él». «Me da pena, me da pena que con todas las cosas maravillosas que hay en la vida, considere que esas son las cosas por las que vive» explica.
«Rogué muy fuerte que si mi novio de aquel entonces era para mí, que se realizara, que llegáramos al matrimonio y que, si no, que por favor lo apartara», ha desvelado, recordando que durante su peregrinación a Medjugorje el pasado mes de agosto pidió a la Virgen una señal divina para saber si Onieva era o no el hombre de su vida.
Un ruego que no tardó en tener respuesta, como la propia Tamara ha admitido emocionada: «Estaba muy ilusionada con que el proyecto de Dios estaba ahí. Claro que todo eso cambió radicalmente ya no cuando salen las imágenes de mi novio en aquel entonces siendo infiel, no solamente eso. Cuando empecé a mirar hacia atrás había muchas llamadas de atención que iban más allá de la infidelidad». «Se cayeron muchas más cosas, fue un dominó. Me di cuenta de que tenía que dibujar a una persona que para mí no existía» ha confesado.
Sin embargo, y pese a lo reciente de su ruptura, la hija de Isabel Preysler no pierde la fé en el amor verdadero y asegura que sigue convencida de que «mi vocación es el matrimonio» aunque Íñigo ya no tiene cabida en su vida: «Esa no es una persona con la que formar una familia» ha sentenciado.