Tamara Falcó ha vivido las dos semanas más intensas de su vida. Primero pregonaba por redes sociales su compromiso matrimonial con Íñigo Onieva, días después confirmaba su ruptura sentimental y la cancelación de su boda tras la filtración de un vídeo en el que el susodicho le era infiel. La hija de Isabel Preysler ponía tierra de por medio y, días más tarde, se marchaba a México para asistir al Congreso Mundial de las Familias.
Ahora, la marquesa de griñón será la pregonera de la Jornada Mundial de las Misiones, conocida como ‘Domund’, día en el que la Iglesia invita a rezar por los misioneros y recauda fondos para las misiones. Un pregón que se llevará a cabo el 19 de octubre en la colegiata de San Isidro de Madrid, coincidiendo con el 400 aniversario de la canonización del patrón de los madrileños.
Se trata por tanto del próximo evento laboral en el que veremos a Tamara Falcó después de todas las polémicas que ha habido en su vida en las últimas semanas, las más convulsas que ha podido tener en su vida ya que el ritmo de los sucesos ha sido de lo más rápido posible.
Aunque asegura ante los medios de comunicación que se encuentra bien, el pasado fin de semana Tamara aseguraba que el ‘despertar’ había sido muy duro. Y es que la influencer ha abierto los ojos respecto a su pareja de manera forzada, algo que ha sido muy doloroso y para lo que se ha refugiado en casa de su madre recibiendo la visita de amigos y familiares que no han dejado de preocuparse por ella.