Unidos.News
Sin categoría

‘The Last of Us’: el último apocalipsis que podría ser verdad

Actualizado

La nueva serie de HBO, basada en el videojuego, recrea una distopía perturbadora por sus semejanzas con la pandemia, y en la que no falta el paralelismo con ‘La carretera’ o ‘The Walking Dead’

Pedro Pascal y Bella Ramsey, en una de las escenas de la  serie como Joel y Ellie.
Pedro Pascal y Bella Ramsey, en una de las escenas de la serie como Joel y Ellie.E.M.

Año 1968. Entrevista a dos científicos en la televisión. El tema de debate, una hipotética infección masiva por hongos que toman el control del cerebro humano. ¿Podría pasar? Sin cura, sin tratamiento de prevención, millones de personas se contagiarían. Broma del presentador y carcajadas del público. Al fin y al cabo, ese hongo letal necesitaría temperaturas mucho más elevadas para sobrevivir. Pero… Sí, aquí añadimos que en 2023 venimos de sufrir la pandemia que nunca imaginamos y el cambio climático es una amenaza que va en serio. Se acabaron las risas.

Este es el punto de arranque de la serie que estrena este domingo HBO y que está llamada a ser uno de los grandes lanzamientos del año: The Last of Us, la adaptación a la ficción televisiva del famoso videojuego que desarrolló hace una década Naughty Dog. En realidad, nada en el planteamiento de The Last of Us es nuevo. Escenario apocalíptico tras una epidemia en el que los pocos seres humanos que quedan sin contagiarse luchan por sobrevivir y mantenerse a salvo de los infectados, que en este caso asumen el papel de los clásicos zombies. ¿Por qué no? Ahora sabemos que podría pasar.

Al margen de si se conoce o no el videojuego, es inevitable releer la nueva serie de HBO con ojos postpandémicos. Si la Covid fue una distopía que vivimos en primera persona (qué fue si no el encierro de la humanidad en sus casas, las colas en los supermercados del primer mundo o la curva de muertes y contagios), lo perturbador de The Last of Us no son sus monstruos. Es cómo enfrentan al espectador con el dilema de un colapso creíble Craig Mazin (Chernobyl) y Neil Druckmann, uno de los creadores del videojuego.

Por entendernos, aquí no hay zombies que resuciten de entre los muertos -sobra decir que lo han hecho solo en la ficción-, sino contagiados que bien podrían ser los del coronavirus. Que nos ataquen bajo la forma de seres mutantes ya es una licencia del género de terror. Aun así, la historia que monopolizan casi en exclusiva Joel y Ellie se aleja bastante de este registro. Igual, por cierto, que The Walking Dead, donde los zombies forman parte del attrezzo. El verdadero enemigo somos nosotros.

En este sentido, hay un paralelismo entre The Last of Us y The Walking Dead, como lo hay entre la serie de HBO y la película Contagio. En 2011, Steven Soderbergh se basó en la pandemia de gripe A, pero el filme nos volvió a poner en 2020 ante un espejo como mínimo terrorífico por su semejanza con la realidad. Y si en The Last of Us los actores de Juego de Tronos Pedro Pascal y Bella Ramsey emprenden una huida por un Estados Unidos devastado (mención aparte merece la actuación de la veinteañera, que sin duda dará que hablar), algo de eso habíamos leído ya en la novela postapocalíptica de Cormac McCarthy, La carretera. Llevada también al cine, relata el viaje de un padre y un hijo por un mundo cuya civilización ha quedado prácticamente aniquilada.

Esta vez, Joel es el padre traumatizado encargado de sacar a Ellie de la zona de cuarentena, en una travesía -también de introspección- que les pondrá a prueba: frente a ellos mismos y frente a los infectados, a los que van encontrando en parajes y escenas de estética totalmente de videojuego.

El camino deja entrever en el subsuelo una reflexión sobre las distintas formas de organización humana. Dicho de otro modo, qué sistema político sería más válido en una sociedad distópica y bunkerizada, construida sobre los pilares del dolor y el miedo, donde hay que empatizar hasta con la violencia. De la dictadura fascista al comunismo -desde el punto de vista norteamericano-, pasando por una secta. Eso sí, no falta la referencia al añorado capitalismo que representa un centro comercial en ruinas. Al fin y al cabo, cuando todo a tu alrededor se derrumba, el mayor momento de felicidad puede ser subirse al caballito de un tiovivo destartalado. Eso es la libertad. Pero si ya no hay esperanza, por qué seguir adelante, le pregunta Ellie a Joel. «Porque no has visto el mundo».

Conforme a los criterios de

The Trust Project

Saber más

Enlace a la fuente

Notas relacionadas

El año en el que el INE afrontó la sombra de la politización

Unidos News

EEUU ayudar a Tailandia a desarrollar pequeos reactores nucleares

Unidos News

Korean language Wedding Tradition

Unidos News
Cargando....

Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia. Suponemos que está de acuerdo con esto, pero puede excluirse si lo desea. Aceptar Leer más

Política de privacidad y cookies