Filas, besos, uniformes, nervios, mochilas y algunos llantos de los más pequeños han protagonizado hoy una vuelta al cole donde se respiraba, sobre todo, normalidad. Una imagen de normalidad que en los colegios se añoraba desde marzo de 2020. La última vuelta al cole sin medidas frente al Covid fue en septiembre de 2019.
Por fin estos días en toda España los niños, los padres y también los profesores viven un regreso a las aulas sin mascarillas, sin gel hidroalcohólico, sin grupos burbuja o distancias de seguridad. Aunque no se pueda olvidar lo que ha pasado y el virus no se haya ido del todo, la necesidad de retomar la vida como la habíamos dejado en marzo de 2020 se impone. «Los niños han sido unos campeones estos dos años y además hemos visto que las aulas no eran foco de contagio, así que ya tocaba igual que ha ido ocurriendo en otros sitios, eliminar todas las restricciones», afirma María Capellán, la presidenta de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnado (CEAPA).
La eliminación de las últimas restricciones llegaba hace menos de una semana. El día dos de septiembre la Comisión de Salud Pública del Ministerio de Sanidad eliminaba la necesidad de mantener «grupos de convivencia estable» o más conocidos como grupos burbuja. Desde este curso los niños de cualquier curso pueden volver a interactuar libremente con los demás «en cualquier situación y espacio físico».
También se pone fin a la necesidad de mantener distancia interpersonal en los comedores, donde hasta ahora se dejaba una silla libre o espacio entre los pequeños. Tampoco en las actividades de desayunos y meriendas.
Se permite que los Grupos de Convivencia Estable (GCE) en educación infantil, primaria y especial interactúen en cualquier situación y espacio físico. Estas eran de las últimas medidas que quedaban vigentes tras la eliminación de la mascarilla obligatoria en el aula para los niños el último trimestre del curso pasado.
La ventilación de las aulas sigue estando recomendada por Sanidad, aunque se dice que «mientras la situación epidemiológica lo permita, se elimina la necesidad de que sea permanente, y se recomienda ventilar varias veces al día, entre clases, adecuando el tiempo a las características del aula». Las obligaciones de la ventilación dejaron a muchos niños en aulas extremadamente frías y con el abrigo puesto durante todo el día.
Sanidad vuelve a las exigencias prepandemia sobre la limpieza, que se intensificó, y sigue recomendando la vacunación infantil, cuyas tasas en España están por debajo del 50% en los niños hasta 12 años, una tasa «muy baja» a juicio de los pediatras.
Los pediatras de atención primaria (AEPAP), además, se muestran cautos sobre la evolución de los virus durante el curso, según afirma el vicepresidente tercero de la sociedad, Pedro Gorrotxategi, en un comunicado: “La incidencia de Covid-19 está a la baja, pero no sabemos qué pasará cuando vuelva el frío, a lo que se unen las informaciones sobre nuevos virus emergentes y brotes epidémicos, como el de la viruela del mono, que se ha extendido rápidamente por Europa. Esto aumenta la incertidumbre”.
Recomendaciones de los pediatras para el nuevo curso
Aunque le digamos adiós a la distancia, las mascarillas y la distancia, los pediatras de Atención Primaria subrayan las medidas que creen deberían quedarse para ayudar a evitar la propagación de virus en las aulas este otoño e invierno.
- Lavado de manos, ya sea con agua y jabón o con gel hidroalcohólico.
- Taparse la boca con un pañuelo desechable o con el codo al toser y estornudar, para evitar que las manos se conviertan en un vehículo de transmisión de infecciones.
- Hacer más actividades en exterior, siempre que el clima lo permite.
- Mantener una ventilación adecuada.
- Mantener en casa a los menores enfermos y/o que hayan tenido fiebre el día anterior, o a que desaparezcan los síntomas.
- Que los niños de seis o más años con síntomas catarrales leves utilicen mascarilla en el colegio y en casa hasta que sus síntomas mejores, para proteger a abuelos y personas especialmente vulnerables.
- La AEPAP aconseja también, como recomendación general frente a las infecciones, la lactancia materna y no consumir tabaco en hogares con niños.
Además, la asociación recomienda mantener al día el calendario de vacunación y subraya que el riesgo de que la viruela del mono se propague entre los niños es «realmente muy bajo». «El aislamiento de los enfermos en sus domicilios, hasta que los síntomas desaparecen, es la medida necesaria, y que hace que la actividad en las escuelas no sean un entorno de riesgo especial para esta enfermedad. No debe ser un motivo de preocupación importante en los colegios», concluye Gorrotxategi.
Un ojo puesto en la salud mental de los pequeños
Esta vuelta al cole avanza tras la pandemia, pero padres y pediatras no quieren olvidar un problema que ha aumentado tras la pandemia. La salud mental de los más pequeños, especialmente los adolescentes, se ha visto mermada consecuencia de la pandemia. Así lo recuerda la presidenta de CEAPA, que cree que «ahora muchos adolescentes acostumbrados a la mascarilla o la restricciones pueden tener miedos y complejos, hay que prestar atención y poner foco en esto».
Así, Ana Espliego, psiquiatra infantil y de la adolescencia en el Hospital Gregorio Marañón, afirma en un vídeo difundido por el hospital que es recomendable «retomar gradualmente las rutinas previas, con unos horarios más parecidos a los que va a tener el menor durante el año escolar. También favorecer un espacio familiar para poder hablar de las cosas que les puedan preocupar a los niños y adolescentes, una buena idea puede ser planificar juntos horarios para buscar el equilibrio entre las tareas y las actividades lúdicas. Y, para fomentar esa comunicación tan necesaria, es importante que las familias estén disponibles para atender las necesidades particulares de cada niño, y que escuchen cómo se sienten de una forma tranquila, dando ejemplo de hábitos de vida sana con una visión positiva de la vuelta al colegio».