¿Sabía que el Tour de la manada nunca existió, que nadie organizó un tour con la intención real de conducir curiosos por los puntos donde la víctima de la terrible violación perpetrada por el grupo hombres autodenominado La manada? Pero a que, si hace memoria, recuerda que, efectivamente, para llevar a cabo la violación en grupo La Manada condujo a su víctima por varios puntos de Pamplona. Lo sabe porque los medios de comunicación se lo enseñamos. Le dijimos dónde, cuándo y cómo ocurrió todo, con recorridos realizados por televisiones y con mapas en la prensa.
Los periodistas nos agarramos al interés informativo de un suceso como este para contarlo todo. Se nos critica mucho por ello, se nos califica de amarillistas, carroñeros y lindezas varias. Anónimo García, líder de Homo Velamine un grupo autodenominado ultraracionalista, decidió criticar el amarillismo de los medios creando un falso Tour de la Manada.
Ellos esperaban que la reacción de los medios fuera como lo que ocurrió, que les condenarán los tertulianos públicamente para después ellos desmentir su veracidad. Los medios cayeron, una vez más, en una trampa de Homo Velamine. Pero, al final, Anónimo García fue víctima de su propia trampa, los medios dieron siempre por bueno el tour, pese a que se desmintió y pese a que había pruebas más que sobradas de la trayectoria de este grupo de ultraracionalistas. Siguió dándose por bueno lo que era una mentira.
La víctima de la Manada denunció y Anónimo García fue condenado a un año y medio de cárcel. Su caso está ahora en el Constitucional, nunca antes en España se había condenado penalmente a alguien por una publicación irónica. “Es la primera vez que para un asunto de libertad de expresión se aplica el artículo 173.1 del Código Penal que es trato degradante a la víctima. Toda la jurisprudencia anterior son casos de tortura en los que un padre no le ha cambiado los pañales a un niño en tres meses o un tío tiene una mujer en silla de ruedas en su casa y le rapa la cabeza y la humilla y le da baños fríos”, explica a El Independiente Juan Soto Ivars, que acaba de publicar el libro Nadie se va a reír (Debate), sobre el caso del falso Tour de la manada del que dimos cuenta en este diario. “Esos son los casos que cita la juez que condena a Anónimo García. En el juicio hay un informe de parte de la víctima de la manada que prueba el daño psicológico pero claro, eso deja el asunto de la sátira y de la crítica política y de la crítica social en un término de ambigüedad y arbitrariedad”, añade Soto Ivars.
Vídeo: Antecedentes de Anónimo García
Es la forma de proceder de Homo Velamine, “se dedican a poner patas arriba debates que están muy estancados. Ellos hacen una acción extraña y estrambótica, ponen una duda en medio de la autocomplacencia”, explica Soto Ivars. Se filtraron de curas que apoyaban a Podemos en Vistalegre -una acción a la que les acompañamos en El Independiente-, se convirtieron en Hipsters que apoyaban a Rajoy, se hicieron pasar por españoles que apoyaban la independencia de Cataluña y fueron portada de The Guardian.
Colgaron una bandera española que defendía el feminismo español al paso de una manifestación del 8M y hubo a quien no le pareció bien y agredió a Anónimo García.
Juicio y condena social
Anónimo García, lo primero que hizo en el juicio fue pedir disculpas a la víctima, no era ella el objeto de sus acciones, pero la abogada defensora convenció a los jueces que sí que el fin del falso Tour de la Manada era atacar a la víctima, obviando los antecedentes de Homo Velamine de engaños a medios de comunicación.
“Los humoristas siempre están metiéndose en líos que terminan en juicios por lo civil. Pero es que esto es por lo penal, esta es la clave. Si se le hubiera pasado como a Mongolia que un caricaturista o una persona que se ve salpicada por sus sátiras, el caso de Ortega Cano por ejemplo, les denuncia por lo civil y les pide una indemnización por daños a la imagen y tal. Anónimo García esto lo hubiera entendido, nos hemos pasado de frenada, ¿le ha molestado esta persona? No era nuestra intención. Le pedimos disculpas. No las acepta, pues a juicio y ya está. Y si hay que pagar, se paga. Pero es que él está condenado a la cárcel. Es que lo grave de esto es que es penal”, insiste Soto Ivars.
Se ha quedado solo y ha sido víctima de un proceso judicial que es surrealista. Ha sido víctima de una injusticia
Juan Soto Ivars
Para el escritor y periodista Anónimo García es víctima de una “manipulación mediática y de una cobardía mediática sin igual. Se da la casualidad de que el caso del Tour es ya condena cuando se está protestando toda España por Pablo Hasél, que es otro caso muy jodido y muy para protestar, pero que es una acumulación de condenas que tiene Pablo Hasél no sólo por versos, por más cosas, tuits, etcétera”.
Anónimo García, había estado en contacto con Amnistía Internacional, organización con la que ha trabajado como trabajador de Greenpeace, estaban haciendo una campaña de apoyo al rapero y Anónimo les escribió pidiendo ayuda. Esta fue su respuesta:
“El hecho de que los hechos hayan afectado a una víctima de violencia sexual, hace efectivamente más complejo abordar la materia. No podemos considerar la pertinencia de realizar acciones y pronunciamientos públicos únicamente desde la perspectiva del derecho a la libertad de expresión, sino que también debemos tomar en consideración la afectación e impacto que ya ha sufrido y que podría sufrir esta persona”.
“Esa fue su respuesta, que había víctimas. Y Hasél decía ‘No me da pena tu tiro en la nuca, pepero’, ¿ahí no hay víctimas?”, se pregunta Soto Ivars. “Esta es la inmensa hipocresía de todo esto. Se ha quedado solo y ha sido víctima de un proceso judicial que es surrealista. Todos sus antecedentes no sirven de nada. Ha sido víctima de una injusticia, por eso he escrito el libro. Aunque entiendo que haya muchas personas que piensen que está mal lo que hizo, aún sabiendo que el tour es falso y conociendo todos los antecedentes. Eso lo entiendo, es muy razonable. Podríamos llegar a la conclusión de que la acción no está bien desde el punto de vista moral, yo no lo creo, pero lo acepto. Pero estando moralmente mal, le han condenado por lo penal”, se escandaliza.
Maestro de activistas
Que Anónimo García y Homo Velamine es bueno en trolear a los medios para llamar su atención da buena cuenta el hecho de que ha dado clases de activismo a los jóvenes ecologistas que como demuestran estos días son muy capaces de atraer la atención mediática. “Meses antes de su condena Anónimo participa en Greenpeace en unos campamentos para jóvenes activistas ecologistas que se han unido a Greenpeace a la estela de Greta Thumberg. Muchos chavales quieren ser activistas ecologistas y hay unos campamentos a los que Anónimo va y da una charla en la que habla de los actos que ha hecho con Homo Velamine”, explica Ivars. “La gente en Greenpeace sabe lo que hace en Homo Velamine, lo que hace está inspirado en la organización. Es una acción directa sobre la realidad para provocar una serie de reacciones de la gente, pensar, romper un poco ciertos debates y abrir otros. Es Greenpeace”, sostiene el autor.
“Anónimo disculpa mucho a Greenpeace y le tiene mucho amor a la causa y a la gente de allí”, subraya el autor, pero lo cierto es que contra el criterio de la mayoría de sus trabajadores es despedido. Cuenta Ivars que Anónimo es objeto de un proceso interno conocido como integrity que se hace en la organización desde un caso de acoso en la India. “Quien lleva este proceso habla con toda la gente que conoce a Anónimo dentro de Greenpeace para ver si es un machista malvado y todo el mundo dice que es un puto amor. En el Comité de Género de Greenpeace, que podemos entender que son las tías más feministas y más radicales en ese sentido, le defienden todas. Con todo, la ONG le echa. A mí ese despido me parece muy, muy grave, me parece que lo tendrían que volver a contratar, ya ha pasado un tiempo, volver a contratarlo ya está”, afirma el autor.
“Es una decisión típica de la cultura de la cancelación, al final lo único que pesa para el destino de una persona que acaba de tener una hija, es el posible daño reputacional. Se limpian la mancha antes de tenerla”, añade.
Pendientes del Constitucional
Mientras paga los pertinentes plazos de los 40.000 euros a los que fue condenado -15.000 euros de indemnización a la víctima y costas del juicio-, además de la pena de cárcel, su caso ha sido elevado al Tribunal Constitucional. “Si el Constitucional no le exonera, si el Constitucional no tira abajo la sentencia que le ha impuesto lo que está diciendo Constitucional es que el humor, la protesta sarcástica, el juego arriesgado con casos voz pópuli en los que haya víctimas ya no son legales, porque en caso de que una de las víctimas se moleste o le duela, puede iniciar un proceso por el que se condene al autor”, sostiene Soto Ivars.
“Se va a marcar un límite muy vaporoso, muy arbitrario, lo más peligroso de la censura es cuando se vuelve muy arbitraria y si el Constitucional no echa esto para atrás. Y esto me lo han dicho los jueces, tenemos un precedente. Tenemos más donde agarrarnos para censurar aquello que sea molesto. La abogada de la acusación no logra demostrar que Anónimo odia a las mujeres, pero logra convencer a la juez del dolo con el trato degradante a la víctima, pese a que no era su intención. Por eso es un caso importantísimo”, concluye.