El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha defendido el reconocimiento de una Cataluña independiente en el marco federal de unos «Estados Unidos de Europa». Lo ha hecho en París, en el encuentro anual celebrado por la patronal francesa Mouvement des Entreprises de France (MEDEF), junto al presidente del gobierno regional de Córcega, Gilles Simeoni, el ex primer ministro francés Bernard Cazeneuve, y la vicepresidenta de Guadalupe, Marie-Luce Penchard.
En plena polémica con sus socios de Junts por la falta de empeño de su gobierno en defensa de la independencia, Aragonès ha defendido su propuesta independentista en el debate «Autonome ou indépendant. Mais Européens avant tout!» (Autónomo o independiente. Pero europeos ante todo), ante uno de los públicos menos proclives al discurso independentista.
En la mesa debía participar también el actual ministro de Interior del Gobierno de Macron, Gérald Darmain, una presencia que desde el Govern había destacado insistentemente la portavoz, Patricia Plaja. Pero un «asunto privado» -según la organización- lo ha impedido.
Europa federal
En una intervención en catalán Aragonès ha defendido el europeísmo del independentismo catalán y reclamado un referéndum pactado que permita a Cataluña acceder al estatus de estado «dentro de una Europa federal».
El líder republicano ha argumentado que «la sociedad catalana tiene aspectos diferentes a la sociedad española» para explicar el empeño independentista. En el contexto de crisis actual Aragonès ha asegurado que «la cooperación entre estados europeos es fundamental» y «el pueblo catalán quiere hacerlo con voz propia como un estado de la Unión Europea».
De hecho, Aragonès ha asegurado que «sueña» con los «Estados Unidos de Europa» para ejemplificar la fe europeísta del movimiento independentista catalán, cuestionado en el marco europeo por los contactos de Carles Puigdemont y su entorno con el régimen de Vladimir Putin.
Ha dejado claro, eso sí, que «no pedimos» a Europa que solucione «el conflicto independentista» con España, un conflicto que debe solventarse por la vía del diálogo abierto en el marco de la mesa de diálogo entre Gobierno y Generalitat. Y que ha centrado en la consecución de la amnistía y ejercicio de la autodeterminación,
La cuestión corsa
Aragonès no ha ocultado, además, los lazos de solidaridad con el movimiento independentista corso, al que aseguran mirar «con respeto» desde los «lazos de amistad» con el movimiento y el presidente Simeoni. Pero ha señalado también las diferencias entre ambos procesos, apuntando a una supuesta traición al pacto constitucional tras la caída del franquismo para explicar el secesionismo catalán.
El presidente corso, por su parte, ha expresado su «solidaridad» con Cataluña, aunque ha señalado también las diferencias entre ambos territorios, tanto en términos económicos como demográficos. «Estamos lejos de tener un estatuto de autonomía» ha lamentado Simeoni, que ha reclamado el reconocimiento de las «naciones sin estado» en el marco de la constitución francesa.
Una reivindicación respondida por el ex primer ministro Cazeneuve, quien ha dejado claro que «solo existe un pueblo francés». Cazeneuve ha advertido además contra un nacionalismo que «alimenta la guerra» recordando que la UE nació tras «sucesos trágicos» y la violencia terrorista que alimentó el independentismo en Córcega o el País Vasco. Ningún diálogo no puede pasar por la violencia, ha advertido.