Hay muchos hombres (y mujeres) al piano, pero solo hay un verdadero hombre del piano, aquel al que cantó Ana Belén.
Su madre, al verlo acercarse al instrumento, lo dijo claro y en voz alta: «No he tenido un niño, he tenido un piano man«. ¿De qué piano hablamos? El primero fue uno vertical que de niño prendía fuego en las teclas al estilo Jerry Lee Lewis, una de las figuras más importantes de la historia de la música. Hoy cumple 74 años: Billy Joel.
He sido testigo de cómo William Martin Joel, al recorrer las calles que lo vieron crecer, firma autógrafos a los policías. En Oyster Bay, Long Island, uno de esos lugares bendecidos por ser «de película» pese a pertenecer al estado de Nueva York, creció un muchacho que sufrió acoso por amar la música. El destino quiso que su profesora de música también lo fuera de ballet. En el camino a sus clases, nuestro artista soportó todo tipo de burlas. Pero no dejó sus clases; al contrario, a menudo da gracias por el inmenso aplomo que le enseñaron y que nunca le abandonó. Le ayudó a sobrevivir cuando, con apenas 20 años, fue timado por su mánager y cayó en esa zona oscura de medicamentos y alcohol de la que habla su gran éxito. Como él siempre dijo, consiguió hacer «de la desesperación, inspiración». Compuso su gran himno, desgastado y deprimido, con apenas 24 años de edad. Es un tema que tiene ya medio siglo.
Es curioso saber que su gran éxito no es un tema que le guste especialmente. Asegura que es monótono y si lo sigue tocando es porque se lo piden. No es menos curioso saber que todos los protagonistas de esa canción son reales. En esas noches suyas de música, alcohol y depresión había efectivamente un marino, un vendedor, y él, en medio de todos ellos. El local se llamaba The Executive Room y estaba en Los Ángeles. 150 millones de discos después, el bar ya no existe porque fue demolido, pero él sigue tocando, ahora frente a decenas de miles de personas. Tanto es así que, en 2014, decidió despedirse de la mejor forma que puede hacerlo un músico: seguir tocando hasta que dejase de vender entradas para sus conciertos. Y lo que le paró no fue que se dejara de llenar, por ejemplo, el Madison Square Garden (llegó a tocar 73 veces más), sino lo que nos paró a todos: la pandemia. En su escenario podías encontrarte por sorpresa al Boss, Bruce Springsteen, o al mismísimo Brian Johnson, el cantante de ACDC.
Lo curioso es que el COVID le paró en cuanto a conciertos, pero ha sido la época más rentable de su vida en derechos de autor: durante el confinamiento, sus canciones inundaron TikTok de bailecitos. Se operó, perdió 23 kilos de peso, pero los ganó en dólares. Le supuso una gran sorpresa, entre otras cosas porque no lo comprendía.
En España, además de la canción del piano, irrumpió con fuerza en los 90 gracias a un tema que fue varias semanas consecutivas número uno en las listas: The River of Dreams de 1993. Hace ya 30 años de esto.
Su pasión por navegar se dejó escuchar en este tema, que dio nombre a un no menos fabuloso álbum. En él, por cierto, hay un excelente tema llamado All About Soul, que muestra sin reparos las disputas con su mánager y ex cuñado, Frank Weber.
Sí. Nunca ha tenido reparos a la hora de dejar que su vida personal impregnase sus canciones. Desde pequeño aprendió que debía «cantar de lo que supiera». Así, su relación con su primera mujer quedó retratada en ese temazo que habla de aceptación del que hizo versión hasta Barry White: Just The Way You Are.
Gracias al refinamiento de su segunda mujer, la supermodelo Christie Brinkley, llegó a ver la luz uno de sus temas más emblemáticos: Uptown Girl.
Un espíritu muy alegre y con buena carga de ironía como la que supo plasmar tras una conversación con Sean Lennon, el hijo de John, en We Didn’t Start the Fire.
En esa conversación, Sean se atrevió a echar en cara a Billy que era más difícil ser joven en los 80 que en los 50. Según el hijo del ex Beatle, en los 50 «no pasaba nada». En ese cruce transgeneracional nace esa cuidadosa selección de palabras que aparecen en la letra del tema, concienzudamente secuenciada cronológicamente.
Harry Truman, Doris Day, Red China, Johnnie Ray
South Pacific, Walter Winchell, Joe DiMaggio
Joe McCarthy, Richard Nixon, Studebaker, television
North Korea, South Korea, Marilyn Monroe…
Ahora es feliz tocando su piano, navegando con su barco y sobre dos ruedas. Posee más de cien motos. Esa es una afición que casi le cuesta la carrera en 1983 cuando tuvo un accidente y se rompió la muñeca. Pero su felicidad bien lo vale. Se siente afortunado y, cuando ve que todavía es capaz de llenar estadios, simplemente sonríe y dice bajito: «Elegí un buen trabajo».