La Generalitat ha decretado este martes la situación de excepcionalidad por sequía para las cuencas Ter-Llobregat y Muga-Fluviá, que alimentan básicamente las provincias de Barcelona y Girona y afectan a seis millones de personas. La consejera de Acción Climática de la Generalitat, Teresa Jordá, ha anunciado la medida atendiendo a una «situación de extrema gravedad» en las cuencas internas de Cataluña. La medida implica restricciones de agua para usos agrícolas e industriales y su prohibición para usos recreativos.
El Govern «actúa de forma contundente para paliar una sequía de 29 meses, once meses más que la sequía de 2008» ha destacado Jordá. La declaración del estado de excepcionalidad supone elevar la alarma al cuarto de los cinco niveles de emergencia hídrica que contempla la Generalitat.
«Hacemos un nuevo llamamiento a seis millones de habitantes para un aprovechamiento máximo del agua» ha advertido Jordà, quien ha asegurado que con estas medidas la Generalitat «se avanza y hacemos lo que está a nuestro alcance para asegurar agua a población».
Restricciones
La declaración del estado de excepcionalidad implica restricciones en el uso del agua de boca en todos los ámbitos. Supone la reducción del 40% del agua para usos agrícolas -hasta ahora se aplicaba una reducción del 25%-, otra reducción del 15% para usos industriales -desde el 5% actual- Además, se impone la prohibición de riego de zonas verdes y la reducción de agua para usos lúdicos.
El estado de excepcionalidad supone además limitar el cupo de agua por habitante a 230 litros diarios. El nivel de alerta aplicado hasta ahora fijaba ese límite en 250 litros diarios por persona, una cifra que según Jordà está «muy por encima de la media catalana de 117 litros por persona y día».
El Govern ha aprobado un Decreto de sequía que incluye la posibilidad de sanciones por el mal uso del agua. «El principal objetivo es garantizar el agua para población», ha explicado la consejera. Entre las medidas contempladas ha enumerado la recuperación de captaciones en desuso y la requisa temporal de derechos de uso, además de sanciones para gestores de suministro públicos y privados si no se facilitan datos de consumo, o incumplimiento de planes de emergencia de municipios de mas 20.000 habitantes.
El decreto «no tiene afán recaudatorio sino agilizar una respuesta administrativa para garantizar acceso de todos al agua» ha insistido Jordá. El Govern ha acordado también triplicar las ayudas para transporte de agua en cisternas, que alcanzarán los dos millones de euros, un crecimiento del 150% ante el aumento de municipios sin acceso al suministro de agua.
Vaciar el pantano de Sau
La Comisión Interdepartamental de Sequía ha acordado además vaciar el pantano de Sau para garantizar la conservación del agua que todavía acumula, derivándola al pantano de Sau. Se trata de una petición de la Agencia Catalana del Agua, que ha propuesto el vaciado del embalse de Sau para evitar así que empiece a degradarse por el bajo nivel que presenta actualmente, a un 17% de su capacidad.
El agua del pantano de Sau se mantiene por el momento con buena calidad debido al frío, pero cuando empiecen a subir las temperaturas podría deteriorarse y causar la muerte de los peces por falta de oxígeno, lo que la convertiría en «no apta» para ser potabilizada.
La peor sequía
En la peor sequía hasta el presente, la de 2008, se llegó al 20% de las reservas, una cifra que cada vez está más cerca, sin lluvias a la vista suficientemente intensas como para recuperar ciertos niveles.
Los embalses de la cuenca Ter-Llobregat, la que abastece a Barcelona y Girona, se encuentra al 28% y el último episodio de lluvias no ha servido para paliar la situación, puesto que las precipitaciones no han sido significativas en las cabeceras de los ríos.
La excepcionalidad es el tercer nivel de sequía, después del estado de prealerta y el de alerta, y es el previo al peor escenario, el de emergencia. Jordà ha defendido que las medidas adoptadas por el Govern han permitido alargar los plazos para evitar esta situación de excepcionalidad y ha explicado que la desalinización y regeneración de aguas residuales ha permitido incorporar al sistema el equivalente a la capacidad de los pantanos de Sau y San Ponç.