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De la coalicin ms heterognea a la ms derechista de Israel

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Los dos bloques obtuvieron prcticamente la misma cantidad de votos, pero la falta de alianzas en el de Lapid y la divisin entre los partidos rabes dan al bloque de Benjamn Netanyahu 65 de 120 escaos

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Benjamn Netanyahu, en la sede del partido Likud durante las elecciones generales, este martes.RONEN ZVULUNREUTERS

Bibi ha vuelto. Tras cuatro intentos en las urnas desde 2019, el lder conservador Benjamn Netanyahu ha logrado la victoria ms importante en su carrera poltica lanzada como meteorito llegado de Estados Unidos en los 90. A sus 73 aos y arropado por un bloque reforzado tras ao y medio en la oposicin, iniciar su tercera etapa como primer ministro.

El encarnizado duelo en torno a Netanyahu que domin las ltimas cuatro elecciones se ha entrelazado con la batalla ideolgica y cultural entre los que priorizan el carcter judo e identitario de Israel y los que defienden su ADN liberal y universal. El mircoles, unos se despertaron aliviados y otros deseando no despertarse y creer que es solo una pesadilla.

Con el apoyo de 65 de los 120 escaos de la Knsset, el bloque integrado por el Likud, los dos partidos ultraortodoxos y la plataforma de tres pequeas formaciones ultranacionalistas (convertida en sorprendente tercera fuerza poltica) desplaza del poder a la coalicin de ocho partidos de izquierda, centro, derecha y el rabe Ra’am. En este frente liderado por el an primer ministro, el centrista Yair Lapid, la frustracin es enorme ya que la diferencia de votos es de apenas 4.000. Sin alianzas electorales en su bloque, el umbral necesario (3,25%) fue demasiado alto y quem una enorme cantidad de papeletas. Con las alianzas, el empate entre bloques estara asegurado.

Cuanto mayor es una crisis poltica, ms indita es la situacin que crea. As, las cuartas elecciones en 2021 dieron paso a la coalicin ms heterognea y por primera vez con un partido rabe como importante actor. El bloque rival reaccion al ao siguiente votando en masa para tener el Gobierno israel ms derechista en el que su exponente ms a la izquierda es Netanyahu, que deber gestionar las exigencias del ultraderechista Itamar Ben Gvir.

La presencia de este diputado que en el pasado incit al racismo y la creacin de un ejecutivo tan conservador provocan temor en el campo liberal interno y en Estados Unidos, Egipto, Jordania y EAU. Netanyahu lo sabe y por eso repiti varias veces palabras como “responsabilidad” y “experiencia” en su discurso ms pragmtico del ltimo ao. “No solo buscaremos la paz con nuestros vecinos sino internamente entre nosotros. Lideramos una poltica responsable y equilibrada. Formaremos un Gobierno nacional que se preocupe de todos los ciudadanos de Israel sin excepcin alguna”, proclam.

El auge de Ben Gvir ayud a Netanyahu pero ahora es su quebradero de cabeza, ya que puede complicar las relaciones con la Administracin Biden que, aunque no lo dice, hubiera preferido a Lapid o al menos un Gobierno de unidad. Por supuesto, que Ben Gvir no sea ministro.

Netanyahu dispona de cartas inmejorables para ganar la partida en un pas sociolgicamente de derechas debido a la demografa y a los atentados producto del conflicto con los palestinos. Si no fuera suficiente con ello, el centro izquierda sionista y el liderazgo rabe cometieron todos los errores polticos posibles causando un calamitoso reparto de los votos recibidos frente al ordenado bloque que rentabiliz cada papeleta.

El triunfo de Netanyahu no se produjo el 1 de noviembre, sino el 15 de septiembre con el cierre de la presentacin de listas definitivas. Entonces, los partidos rabes JadashTaal y Balad se registraron por separado. Balad no ha entrado en la Knsset quemando 130.000 de votos.

La lder laborista Merav Michaeli tambin hizo un regalo a Bibi al decidir no unirse con el izquierdista Meretz. Lapid presion para que ninguna de las dos listas estuviera en peligro y, de paso, absorber votos de la izquierda y ser ms fuerte ante Netanyahu. Michaeli ve ahora cmo su formacin pasa de 7 a 4 escaos. Meretz? A falta del recuento final, est fuera de la Knsset por primera vez en su historia. Quiz lo estara si el nuevo partido antivacunas Ometz no hubiera recibido 15.000 votos con el objetivo de golpear al ministro de Sanidad y dirigente de Meretz, Nitzan Horowitz.

Este campo sufri un severo castigo que le enva a la oposicin en la Knsset y en algn caso a la calle. Lapid est en el punto de mira por llevar a cabo una campaa demasiado institucional y no ser ms determinante para organizar su bloque. “La diferencia es que Netanyahu organiz su bloque y no tiene lneas rojas para hacerlo”, opina el activista poltico Yariv Oppenheimer que se declara “afectado por el dursimo golpe de tener un gobierno tan derechista” y acusa al liderazgo de su campo: “Su irresponsable actuacin evita que la izquierda tenga la representacin de sus votos”.

Ms all de que se ofreca como el nico capaz de formar un Gobierno que rompiese la interminable cadena de comicios, Netanyahu vuelve al poder gracias a la vieja frmula identitaria de su asesor Arthur Finkelstein. Es decir, alentar el ADN de los miembros del bloque que primero se definen como judos y luego israeles. Un sentimiento que sirvi de motor movilizador a las urnas tras un ao de Gobierno con clara nfasis laica y un partido rabe. Los “judos” han ganado a los “israeles”.

Bibi ha vuelto, pero Ben Gvir ha llegado. El que hace apenas dos aos no atrajo suficientes votos para ser diputado ser un importante ministro. El provocador que daba trabajo a la polica en el pasado podra ser el titular de la cartera responsable de la polica. “Trabajar para todos los que me aman y los que me odian”, afirma el radical ms famoso del pas.

En el Likud envian un mensaje de calma: “Han demonizado la figura de Ben Gvir. A fin de cuentas nosotros seremos los que marquemos el paso del Gobierno y ocupemos los principales ministerios como Defensa, Exteriores y Finanzas”.

Ben Gvir es el dirigente ms temido en el centro izquierda pero al mismo tiempo casi el nico capaz de captar votos en feudos del bloque rival. All ms que un voto ideolgico fue de protesta contra la “inseguridad y la ingobernabilidad”. Por ejemplo, a raz de los robos que sufren, granjeros no identificados con la derecha, le votaron por sus promesas de “ley y orden”.

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