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De vender tablas en el maletero de un Seat 133 a templo del ‘skate’

Hay familias en las que una profesin, un negocio o una aficin pasan de una generacin a otra. En otras, esa herencia va un poco ms all y, as, se transmite una forma de entender la vida.

ste el caso de los Muoz y su pasin por el skate y los deportes de desplazamiento. Todos en esta familia tienen las cuatro ruedas, los ejes y la tabla impresos en su ADN. Desde Endika y Alba, los ms pequeos, hasta el abuelo Jos Mara, ms conocido como Doc, y alma mter de Caribbean, primera tienda de este deporte en Espaa.

Su primer contacto con las ruedas fue a los ocho aos. Mi padre iba a patinar con sus roller extensibles al Retiro y me los dej, cuenta Jos Mara, que tambin practic hockey patines en el colegio. Pero no sera hasta aos despus, durante unas vacaciones en Biarritz, cuando vio su primer monopatn. El veneno por las cuatro ruedas ya estaba inoculado, pero el bolsillo no permita comprar uno: Eran muy caros.

Al poco tiempo consigui comprar su primer monopatn. Lo compr en Deportes Todo, era un Sancheski [marca icnica espaola] y me cost cerca de 200 pesetas del ao 1968, rememora. Hasta ese momento, mataba el gusanillo con sus amigos fabricando carrilanas, un vehculo con tres o cuatro ruedas, con rodamientos de motor de camin que compraban en el Rastro.

Ya en los 70, y con cientos de kilmetros en las piernas, Doc, como le conocen tras disfrazarse en 2010 del personaje de Regreso al futuro, puso rumbo a California para estudiar. Nada ms llegar vi a un tipo con un patn enorme y silencioso y alucin, cuenta. Localiz la tienda donde lo vendan e invirti el dinero de su manutencin en dos skate. Me alimentaba de los desayunos de la Universidad, en fiestas, barbacoas, etc, recuerda.

A su vuelta a Espaa, sus dos monopatines eran la sensacin de la zona de Nuevas Ministerios, en construccin por aquella poca, y por donde rodaba con sus amigos. Una idea rondaba por su cabeza y contact por carta con los vendedores americanos. Al poco tiempo estaba vendiendo patines en el maletero de un Seat 133 que haba comprado a plazos. Venan los padres a comprarlos para sus hijos; era el Top Seat, dice entre risas.

La cultura del skate y el deporte californiano era inexistente en Espaa, pero Doc no poda sacrsela de la cabeza. Decidi apostar todo por la tabla donde pasaba decenas de horas, a pesar del nulo apoyo paterno. Pidi en la desaparecida Cimarra Sport un hueco para vender sus productos, lo que hoy se conoce como un corner en un centro comercial, explica.

Su apuesta funcion y pas de abrir algunos das a la semana a tener que atender todos los das. Tuvo que implicar como vendedora a Beln, su novia y actual mujer. Vena gente muy joven con su padre o los que ya tenan una paga, recuerda.

Cuando Cimarra Sports cerr, Doc se qued la parte del local que ocupaban las costureras. Eran mediados de los 70 y la tienda naca de forma independiente, convirtindose en la primera en tener este tipo de productos en Espaa. No tena ni un duro, mi padre no me ayudaba, recuerda, y hasta tena que vender en el suelo porque no tena mostrador.

Los 80 fueron aos dorados para Caribbean, que venda todo lo relacionado con la cultura skate y californiana. Haba das con mucha cola en la calle, pero yo no cerraba hasta que haba atendido a todos, explica.

Con la crisis del skate en EEUU, el negocio se resinti, pero logr sobrevivir gracias al surf, otro de sus pilares, el textil y la venta de otros productos. Fui el primer importador de zapatillas Vans, recuerda. Pero insiste en algo: “No invent nada, yo traa lo que vea en mis viajes a EEUU”.

No sera el nico bache que tuvo que sortear la familia Muoz. Doc todava recuerda cmo le afect la Guerra del Golfo. “Durante esa poca fue la primera vez en la que un da no factur ni una peseta; no vend nada”, recuerda.

Borja y su padre Jos
Borja y su padre Jos Mara con algunas de sus primeras tablas.Antonio Heredia

Hoy, el skate sigue evolucionando y la tienda se adapta a los vaivenes de la moda y el mercado. En el ao 2013 se traslad a su actual ubicacin en la calle Ayala. Un local mucho ms grande con cientos de tablas de distintas modalidades, todo tipo de accesorios, repuestos y ropa, mucha de ella vintage. Han venido hasta los de Cuntame a comprar, aade su hijo Borja.

El relevo en la familia est asegurado. Sus hijos Borja y Nacho viven prcticamente subidos a una tabla. Borja, afincado en Madrid, es el encargado de la escuela. Tenemos desde nios de 3 y 4 aos hasta una mujer de 61, explica mientras coloca algunos ejes en el escaparate. Tambin organizan eventos como el Solitary Cruising, donde aprovechan el vaco de las calles de Madrid el 1 de enero para salir a rodar.

A sus 69 aos, Doc sigue patinando, tanto en la propia tienda como en las calles de medio mundo, donde es el ms veterano de Europa de la categora amateur. Y no hay visos de que se vaya a bajar de la tabla: Seguir subido mientras pueda.

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