El Banco de España ha constatado que hay un menor dinamismo en nueva financiación tanto a hogares como a empresas durante la segunda parte del año como consecuencia del endurecimiento de las condiciones de financiación, según se recoge en un artículo publicado este viernes y titulado ‘Evolución reciente de la financiación y del crédito bancario al sector privado no financiero. Segundo semestre de 2022’.
En un contexto de subidas de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE), el organismo señala que el coste de financiación del sector privado ha continuado elevándose durante los últimos meses. En concreto, el coste de la financiación empresarial mediante la emisión de valores de renta fija a largo plazo se ha elevado en algo más de 50 puntos básicos entre junio y diciembre de 2022, y se ha situado en el 4,4%.
También ha aumentado el tipo de interés del nuevo crédito bancario para la compra de vivienda, en este caso, 95 puntos básicos entre junio y noviembre (último dato disponible), y el del crédito para consumo lo ha hecho en unos 65 puntos básicos, mientras que el incremento del coste de la nueva financiación bancaria concedida a las actividades productivas ha sido más intenso: entre los 120 puntos básicos en los préstamos a empresarios individuales y los 155 puntos básicos en las nuevas operaciones de crédito concedido a las sociedades no financieras por importe superior al millón de euros.
A este endurecimiento de las condiciones de financiación se sumaría también la percepción, por parte del sector bancario, de un descenso de la demanda de crédito por parte de hogares y empresas, de tal manera que durante los últimos meses, el Banco de España ha observado una moderación de los volúmenes de nueva financiación captada por los hogares y las empresas en la mayoría de los segmentos, en términos de flujos desestacionalizados acumulados de tres meses.
Así, el volumen de las nuevas operaciones de crédito concedido a los hogares para la compra de vivienda evidencia un cierto descenso, que se ha intensificado desde octubre. El importe de los nuevos préstamos concedidos a las familias para fines distintos de la compra de vivienda y el consumo también ha retrocedido. En cambio, el flujo de nuevo crédito bancario para consumo ha seguido aumentando en los últimos meses, si bien en noviembre todavía era un 13% inferior a los niveles anteriores a la crisis del Covid-19.
Respecto a la nueva financiación bancaria destinada a las actividades productivas, el Banco de España señala que también habría retrocedido de forma generalizada durante los últimos meses del pasado año, según la información disponible hasta noviembre.
Sin embargo, resalta que la captación de fondos en los mercados de capitales mediante la emisiones de renta fija entre junio y noviembre de 2022 se situó en niveles elevados, evolución que ha estado condicionada por el «abultado volumen» de emisiones a corto plazo.
Stock de crédito bancario
El Banco de España también recoge que el saldo vivo del crédito al sector privado residente en España se situó en septiembre de 2022 en los 1.172 millones de euros, tras descender un 0,9% en términos intertrimestrales.
No obstante, este descenso fue «significativamente menor» que la contracción media típica que se suele observar en el tercer trimestre del año, tanto en los años previos a la pandemia, con una caída media del 1,6% en el periodo 2014-2019, como en los inmediatamente posteriores al inicio de esta, con un descenso medio del 1,6% también en 2020-2021, una situación que se debe, fundamentalmente, al comportamiento del stock de crédito a actividades empresariales.
Así, el crecimiento interanual nominal recuperó un valor positivo, al incrementarse un 0,6%, frente al descenso interanual del 0,1% en junio de 2022. Sin embargo, el supervisor afirma que los datos disponibles del cuarto trimestre de 2022 anticipan una corrección de esta expansión.
Préstamos dudosos y en vigilancia especial
El artículo también analiza la evolución de los créditos dudosos (stage 3) y en vigilancia especial (2). Los dudosos continuaron descendiendo y se situaron en septiembre en los 43.400 millones de euros, tras caer un 3,5% en el tercer trimestre del año y un 13,2% de forma acumulada en los últimos 12 meses. Además, desde diciembre de 2019, los préstamos dudosos acumulan un descenso del 20%.
Por su parte, los créditos en vigilancia especial descendieron un 3,3% en el tercer trimestre de 2022, acumulando un descenso interanual del 13,1%, hasta situarse en 81.900 millones de euros.
Pese a esta corrección, el Banco de España señala que el volumen de crédito en vigilancia especial es todavía un 22,9% superior al de antes de la pandemia, por lo que el supervisor indica que «persisten riesgos latentes» para la calidad crediticia, a pesar del buen comportamiento del conjunto de los créditos dudosos.
Asimismo, los préstamos refinanciados o reestructurados, que también suelen identificarse con un mayor riesgo –un 50,2% de ellos estaban clasificados como dudosos en septiembre de 2022-, descendieron también en el tercer trimestre de 2022, un 3,6% hasta los 52.600 millones de euros, lo que supone un descenso interanual del 12,4%.
«Estos préstamos crecieron significativamente durante 2021, debido a las consecuencias de la crisis sanitaria, pero se han reducido, hasta situarse en septiembre de 2022 un 7,3% por debajo de la cifra observada en diciembre de 2019», indica el supervisor.
Créditos ICO
El Banco de España ha observado el mayor deterioro relativo en los créditos concedidos con aval ICO, cuya ratio de dudosos se sitúa cerca del 6% en septiembre de 2022, frente a niveles de esta ratio del 3,5% y del 0,5% en diciembre de 2021 y de 2020. Además, el 21,2% de estos préstamos con garantía del ICO están clasificados como en situación de vigilancia especial en septiembre de 2022, 0,9 puntos porcentuales más que en diciembre de 2021.
El artículo señala que el final de la mayor parte de las carencias de los préstamos del ICO durante el segundo trimestre de 2022 podría hacer crecer, aún más, sus ratios de activos problemáticos en el futuro, si bien todavía no habría evidencia hasta el momento de este efecto negativo.
Los sectores más afectados, como hostelería y restauración o transportes, continuaban presentando en septiembre de 2022 una mayor proporción de activos problemáticos, si bien también mostraba una tendencia descendente como el resto de los sectores.