Un lunes rojo para las bolsas europeas. El Ibex 35 pierde los 8.000 puntos (barrera psicológica) porque cae un 1,2% tras el aviso de la Reserva Federal de EEUU sobre la inflación y la economía. El pasado viernes, la Fed celebró su tradicional simposio de política monetaria en Jackson Hole (Wyoming). En el acto, el presidente de la Fed, Jerome Powell, avisó de que si no se logra poner freno a la inflación habrá “mucho más dolor”.
Powell reconoció que “restaurar la estabilidad de precios llevará algo de tiempo y necesita que usemos nuestras herramientas con fuerza para llevar a un mejor equilibrio a la demanda y la oferta». Además, aseguró que reducir la inflación supondrá, “probablemente”, un periodo de crecimiento por debajo de la tendencia y “una relajación de las condiciones del mercado laboral”, que tal y como indicó “infligirán algo de dolor a hogares y empresas”. Por lo que deja claro que seguirán con la subida de tipos.
Tras el discurso contundente del presidente de la Fed, las bolsas de todo el mundo han caído con fuerza, ya que ha dejado claro que la lucha contra la inflación es una prioridad absoluta (también para el Banco Central Europeo) aunque signifique una recesión económica.
Wall Street cerró con fuertes caídas de entre el 3 y el 4%. Y este lunes es el turno de las bolsas del Viejo Continente. El Dax alemán cae un 1,5%; el Cac 40 francés se deja un 1,8% y el FTSE MIB de Milán, un 1%. De vuelta al Ibex, Solaria, Meliá Hotels y Aena son los tres valores que registran las mayores pérdidas, superiores al 3%. Por su parte los bancos cotizan con signo mixto: Santander y BBVA caen más de un 1%; CaixaBank, un 0,5%, mientras que Bankinter y Banco Sabadell suben discretamente un 0,1% y un 0,3%, respectivamente.
En otros mercados, el precio del barril de petróleo de calidad Brent, referencia para el Viejo Continente, se situaba casi en los 100 dólares (99,87), un 0,87% más. Por su parte, el Texas, referencia en EEUU, cotiza a 93,81 dólares, tras revalorizarse un 0,9%.
En el mercado de divisas, el euro cotiza por debajo de la paridad con el dólar al intercambiarse a 0,9978 ‘billetes verdes’, mientras que en el mercado de deuda la rentabilidad del bono español a 10 años escalaba hasta el 2,67%.