El Parlament reunirá este jueves a la Mesa y la Junta de Portavoces para debatir la petición de reconsideración planteada por JxCat a la suspensión de Laura Borràs como diputada. Es el último intento de Junts para que su líder recupere la presidencia de la Generalitat. Un intento que ha ido acompañado esta semana por una amenaza poco velada a la estabilidad del Govern.
Esquerra, sin embargo, asegura que no ha cambiado de opinión sobre la suspensión de Borràs y mantendrá su voto en la reunión que debe celebrarse esta mañana. También lo hará el PSC, que presiona además a Esquerra para que mueva ficha para nombrar a un nuevo presidente de la cámara.
Ultimátum en septiembre
Tanto los socialistas como los comunes -con los que el Govern confía contar para aprobar los próximos presupuestos- presionan a Esquerra en este sentido. Reclaman a los republicanos que presionen a Junts para sustituir a Borràs y ponen como fecha límite el 15 de septiembre. Los plenos se reemprenderán el 27 de este mes, con el debate de política general que sirve para que el presidente de la Generalitat fije el rumbo político del curso.
Esa es la fecha que se ha puesto Junts, por su parte, para volver a examinar el cumplimiento del pacto de coalición con ERC. Los de Puigdemont han pospuesto hasta entonces la amenaza de someter a la militancia el balance del acuerdo, para decidir si el partido debe seguir, o no, apoyando al Govern Aragonès.
En este contexto, Esquerra no dará un paso atrás. Pero tampoco tensará más la cuerda. Los republicanos confían en que Junts no ejecute su amenaza por los costes que esa decisión podría tener para el partido a unos meses de las elecciones municipales. JxCat ha hecho un esfuerzo ingente para recuperar a alcaldes de CDC que en su momento abandonaron el proyecto de Puigdemont, a los que podrían perder si abandonan el Govern y las ventajas que eso les concede de cara al próximo mandato.
La CUP también da portazo a Borràs
El tercer partido con representación en la Mesa, la CUP, ha dejado clara también su postura, criticando además abiertamente a Borràs. La portavoz de la CUP, Eulalia Reguant, advirtió a principios de semana que la postura de Borràs “perjudica a los represaliados” de la causa independentista.
La estrategia de Borràs, intentado asimiliar su caso -una causa judicial por presunta corrupción- a los procesados por el 1-O y causas posteriores por desobediencia parece haber agotado la paciencia de los antisistema.
«El hecho de que haya habido un ensañamiento porque es quien es, y es independentista, no puede tapar que esta causa no tiene un origen político», consideró en una entrevista a la agencia ACN. «Tocaba que Borràs se apartara y, si no era así, por higiene democrática y responsabilidad, suspenderla de funciones», zanjó Reguant.