Los incendios han cambiado, su naturaleza ha evolucionado por el aumento de las temperaturas y los cambios sociodemográficos que han conducido al abandono de lo rural. A España han llegado los incendios de sexta generación, lo vivimos, por ejemplo, el verano pasado en Sierra Bermeja (Málaga).
Los llamamos incendios de sexta generación desde que el inspector jefe del Grupo de Actuaciones Forestales (GRAF) de los Bomberos de la Generalitat de Cataluña, Marc Castellnou, acuñó ese término después de constatar su existencia en la Península con el gran incendio que en Portugal mató a 62 personas en 2017. Aquel dramático suceso puso a Castellnou sobre aviso de la llegada a España de estos incendios ingobernables. Era cuestión de tiempo que nuestro país probara el cóctel de estos incendios de sexta generación.
La sequía y las altas temperaturas que han borrado del mapa la primavera con sus precipitaciones dejan un panorama en los bosques españoles que preocupa. Los mapas de riesgo de incendio que distribuye la Aemet parecen de un mes de julio, con zonas en peligro de incendio por todos los rincones de la península. Castellnou es contundente sobre el futuro: “Hay que hacer políticas de gestión del paisaje para ayudar a nuestros bosques a adaptarse al clima, si no hacemos eso la situación de grandes incendios va a durar hasta que alguien gane. Y van a ganar los incendios”.
P: El riesgo de incendio es muy alto y estamos en mayo. ¿Qué podemos encontrarnos este verano?
R: Si se confirma que la sequía sigue esperamos el verano más intenso de incendios del siglo por la sequía que tenemos. Si el año pasado ya tuvimos el segundo verano de más incendios de toda Europa Occidental pues este año podemos superarlo, si las cosas no mejoran.
P: ¿En el futuro todos los incendios van a ser sexta generación?
R: En el futuro van a ser incendios más grandes, más intensos y más rápidos. Que sean o no de sexta generación depende de si tienen capacidad de acoplarse con la atmósfera no va asociado a la sequía sino a las condiciones atmosféricas de ese día. Evidentemente los incendios van más en esa dirección, pero lo que estamos viviendo es una oleada de incendios que van a cambiar nuestro ecosistema. Los bosques no están adaptados al clima que tenemos ahora, están mucho más estresados, no están sanos, por eso arden. Pero los bosques que nacen después de los incendios ya estarán adaptados a este clima que ha cambiado. Está oleada de incendios va a durar las próximas décadas, es un proceso que hay que pasar porque el clima ha cambiado y los bosques nacieron con otro clima.
P: ¿Los bosques que tenemos ahora serán diferentes en el futuro?
R: Los bosques que tenemos ahora van a cambiar, los que tenemos ahora tendrán que subir de cota para mantenerse y el espacio que ocupaban ellos lo ocuparán bosques que históricamente eran de cotas más bajas. Se está moviendo todo.
P: ¿Los bomberos y la extinción se están adaptando al cambio climático y a los nuevos incendios?
R: Se están adaptando y se está aprendiendo de estos cambios. El sistema de extinción ya se ha adaptado a varios cambios, los primeros fueron los años 80 y 90 En los primeros años del siglo XXI ya se adaptan a sistemas de incendios con más intensidad y velocidad. Y desde 2015 estamos adaptándonos a los nuevos incendios con sistemas de información y tipologías de respuesta adaptadas a los nuevos incendios. En lo que no se está haciendo nada es en la de gestión del territorio, del paisaje y en crear una economía circular para mantener un mosaico forestal y mantener un paisaje vivo.
P: ¿Por qué se necesita ese mosaico?
Está oleada de incendios va a durar las próximas décadas, es un proceso que hay que pasar porque el clima ha cambiado
Marc Castellnou
P: Se necesita un paisaje en mosaico para garantizar que pueda hacerse la extinción. En las industrias, en las casas se ha legislado para que se den unos mínimos a nivel de materiales y de condiciones para garantizar la extinción en caso de incendio y en nuestro paisaje hay que garantizar la capacidad de extinción. Si no invertimos en nuestro paisaje es muy difícil tener capacidad de extinción y esto lo estamos viendo en todas partes, no sólo en el Mediterráneo, sino también en el Atlántico y en los países escandinavos. En estos países tienen zonas donde con una continuidad del paisaje espectacular y ahora tienen que crear ese mosaico porque si no lo hacen no van a poder extinguir los incendios.
No existe ya esa campaña de incendios solo de verano, eso ya hace tiempo que se terminó
Marc Castellnou
Esto es como la Salud Pública tú no puedes invertir en un sistema sanitario solo en la sala de urgencias tienes que crear programas de Salud Pública. Todo esto hay que estructurarlo no podemos solo mirar las las urgencias que son los sistemas de extinción. Es una política a largo plazo y lo que estamos viendo ahora con el cambio climático en los incendios es algo que se empezó a gestar en los años 90, con lo cual hay que tener perspectiva.
P: ¿Cómo está preparada España en materia de extinción?
R: Es uno de los países mejor preparados. En los sistemas de extinción España se ha aprendido mucho y deprisa del tema de incendios y tiene la ventaja que, a diferencia de otros países, tiene diferentes regiones con diferentes ecosistemas. Los incendios en el Cantábrico no tienen nada que ver con los de los gallegos, los de Castilla y León y los del Mediterráneo. Toda esta diversidad de regímenes climáticos y de vegetación y de incendios hace que España ha aprendido más deprisa porque está más expuesta, así que en el tema incendios España es una potencia de exportación de conocimientos y de materiales
P: ¿Se tiene que alargar la campaña de incendios?
R: La temporada de incendios ya está cambiando, ya es más larga. Si antes empezaban a mediados de junio ahora empiezan en mayo, pero este año se ha alargado muchísimo más, desde marzo. Pero ya tenemos todos claro que la campaña de incendios es anual. No existe ya esa campaña de incendios solo de verano, eso ya hace tiempo que se terminó y un año como este lo hace muy evidente. La temporada de incendios ya es anual, todas las comunidades mantienen recursos de extinción en invierno. De hecho, hay países del norte europeo que han empezado a hacerlo.
P: ¿Había “terroristas» en los incendios de Asturias y Cantabria este año?
R: Han vivido un episodio muy intenso con incendios de 10.000 hectáreas, es un crecimiento exponencial en la línea del crecimiento que hemos visto en Cataluña, en Aragón, en Valencia y en Andalucía. En Asturias hay una serie de incendios antrópicos, hay un régimen complejo en el que se produce un choque entre la economía rural y la economía urbana, no podemos achacarlo a una cuestión de intencionalidad. En Asturias el problema estructural es evidente a nivel de clima, a nivel de estrés y a nivel de bosques no sanos y tiene un problema con su sociedad rural que se está envejeciendo y que no tienen un territorio estructurado como lo solía tener.
P: ¿Tiene sentido que los ciudadanos hagan autodefensa contra incendios?
R: Tiene sentido preparar tu casa para que no arda, preparar el jardín alrededor de tu casa para que no prenda, eso tiene más sentido. Pero ponerse sistemas de aspersores de protección tiene todo el sentido porque mejora esa autoprotección.