La hipótesis de Biden es que los objetos estaban vinculados “a empresas privadas o instituciones científicas”
El Gobierno de Estados Unidos no sabe qué eran los tres objetos que su Fuerza Aérea derribó entre el domingo y el martes sobre su territorio y el de Canadá, pero cree que “no hay nada por ahora que sugiera que tengan ninguna relación con el programa de globos-espía de China o que fueran vehículos de reconocimiento de otros países“.
Así lo ha declarado el presidente, Joe Biden, en una breve rueda de prensa en la que ha añadido que “lo más probable es que estos tres globos estuvieran vinculados a empresas privadas, a actividades lúdicas, o instituciones científicas, y que estuvieran dedicados al estudio del clima o a otras actividades científicas”.
Biden añadió que ha pedido a la comunidad de inteligencia estadounidense que lleve a cabo un análisis de la situación en los cielos del país, donde al parecer existe una considerable cantidad de objetos volantes “que no están vinculados a actividades ilegales sino a investigación”. En todo caso, queda la cuestión de por qué, que se sepa, ninguna universidad, centro de estudios, o empresa privada, ha reclamado la propiedad de los globos. Tampoco ninguna asociación dedicada al lanzamiento de estos aerostatos ha dado señales de que las cosas abatidas sean cuyas. Por el momento, las 17 agencias de inteligencia estadounidenses, que consumen un presupuesto equivalente a cinco veces todo el gasto de España en Defensa, siguen investigando el misterio.
Otra cosa es el caso del globo-espía derribado por Estados Unidos el pasado día 4 sobre el Océano Atlántico. Ahí no hay duda de que se trataba de un aparato de reconocimiento. Pero el examen de los restos, caídos en un área de apenas unos pocos metros de profundidad en la costa de Carolina del Sur parece estar poniendo de manifiesto que el ingenio no tenía sistemas de espionaje muy sofisticados. Al menos, ésa es la versión oficial transmitida por el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, el almirante John Kirby, que también ha informado de que Estados Unidos cree haber recuperado la mayor parte de los componentes electrónicos del aerostato.
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