Holanda y Argentina protagonizan la segunda prórroga del día en la pelea por las semifinales del Mundial de Qatar. Los de Van Gaal se ha repuesto al 0-2 que había colocado Messi gracias a una asistencia y a un gol de penalti y han logrado empatar con un doblete de Weghorst, el segundo de ellos en el descuento.
La tensión en Lusail, también escenario de la gran final, marcó una primera mitad en la que el juego se sucedía en todas las partes del campo menos las áreas.
Holanda y Argentina se tanteaban como dos pesos pesados, ya que un golpe en los cuartos de final de un Mundial puede ser definitivo, aunque se produzca a los cinco minutos del partido. La selección europea daba sensación de ser superior a los puntos, sin embargo, Argentina contaba con el comodín, capaz de sacar un directo a la manínbula que noqueara a la Orange. El derechazo no llegó de Messi, que «solo» se limitó a dar una asistencia mágica que Molina redondeó con calidad. Messi dribló a Aké con una finta de cintura, arrancó y cuanto el mundo pensaba en una apertura a la izquierda, el genio de Rosario puso un pase sútil a su derecha para la llegada de Molina, que con un gran control sorteó a Blind y finalizó con la puntera ante la salida de Noppert.
El estadio, abarrotado de argentinos, vibraba con el gol, y Molina, cuyas lágrimas escapaban de sus ojos, se lanzaba emocionado a los brazos de Messi, compañero e ídolo nacional.
El combinado holandés salió del vestuario dispuesto a resquebrajar el entramado táctico argentino, que parecía inquebrantable y con el paso de los minutos se mostraba cada vez más firme. El plan de los de Scaloni pasaba por aguantar y matar la eliminatoria en una salida a la contra. Y así -casi- fue. En una irrupción de Acuña por la izquierda Dumfries cayó en la trampa y cometió un penalti torpe, inapropiado de un encuentro de este calibre. Con 20 minutos por delante Messi no perdonó y batió a Nopper para poner el 0-2. Todo parecía hecho, pero Van Gaal agitó la coctelera y zarandeó a Argentina, algo que hasta ese momento no había sucedido.
La entrada de Weghorst y Luuk de Jong alteró el guion y los balones comenzaron a volar sobre el área del Dibu Martínez. Una de esas pelotas la cazó con suficiencia Weghorst, que cabeceó al fondo de la portería un centro de Berghuis. La mano de Van Gaal fue decisiva, ya que Weghorst pusó el 2-2 en el descuento gracias a una jugada de pizarra.