Moscú, San Petersburgo y otras ciudades rusas están siendo escenario este miércoles de protestas numerosas contra la guerra y la movilización anunciada por Vladimir Putin, que amenaza con enviar a cientos de miles de reservistas a luchar en Ucrania. La plataforma opositora Vesna ha convocado estas marchas, que ya se produjeron tras el inicio de la invasión en febrero. Las concentraciones se han saldado con multitud de detenciones antes incluso de ganar fuerza.
En Moscú, unidades antidisturbios de la Policía han actuado contra los manifestantes que gritaban eslóganes como ‘No a la guerra’ y ‘No a la movilización’. Los policías se han introducido entre los manifestantes y han detenido a multitud de ciudadanos a los que sacaban de la marcha en volandas entre dos o cuatro agentes.
Las protestas se están llevando a cabo en zonas céntricas de las ciudades y el Kremlin está actuando con contundencia para contenerlas, mientras los manifestantes intentan formar cordones que dificulten las detenciones, sin mucho éxito.
En San Petersburgo, vídeos publicados por medios locales muestran el fuerte despliegue policial para evitar concentraciones junto a la catedral de San Isaac, donde también se han producido detenciones.
El esfuerzo por contener la contestación interna a Putin se da por todo el país, incluso deteniendo a personas que protestan prácticamente a título individual, como se aprecia en el vídeo de detención de una joven en Ekaterimburgo mientras gritaba, ella sola, el ‘No a la guerra’ en mitad de una plaza.
La movilización, denuncian los promotores de las protestas, Vesna, «significa que miles de hombres rusos -nuestros padres, hermanos y maridos- serán enviados al picadero de carne de la guerra». «¿Para qué van a morir? ¿Por qué llorarán madres y niños? ¿Por el palacio de Putin?», se pregunta la organización, que insiste: «Ahora la guerra llegará de verdad a cada casa y a cada familia».
El llamamiento de Vesna hace alusión a las mentiras del Kremlin a la población desde el inicio de la invasión de Ucrania: «Las autoridades decían que sólo lucharían profesionales, y que ganarían. Resultó que no lo haría, y comenzaron a reclutar prisioneros para enviarlos al frente. Y ahora se anuncia la movilización».
Nuestros hombres, denuncia Vesna, «deben morir para arreglar los desmanes del régimen de Putin, que ha hundido a Rusia en una carnicería horrible, en el aislamiento y en la pobreza». «Los diputados y cargos que gritaban todos los días para llamar a la movilización se quedarán en sus calientes asientos, vivos y tranquilos», proclama la organización, que reclama que «son ellos quienes deberían ser movilizados y enviados a Ucrania para morir por sus propias fantasías enfermas».