La Policía ucraniana ha desplegado a unos 200 policías en la ciudad de Jersón y alrededores para recabar pruebas sobre la posible comisión de crímenes de guerra rusos durante los ocho meses que ha estado bajo control de Moscú, antes de la retirada de sus efectivos esta semana tras el avance ucraniano.
El jefe de la Policía Nacional, Igor Klimenko, ha indicado que estos agentes establecerán puestos de control mientras recopilan pruebas, antes de indicar que poco a poco intentarán reconstruir la estructura perdida.
Asimismo, el jefe de la Policía ha confirmado la presencia en la ciudad de equipos especializados en la «identificación y neutralización de artefactos explosivos sin detonar que puedan encontrarse en la ciudad y sus alrededores».
Klimenko, de hecho, ha confirmado en su canal de Telegram que un militar ucranio ha resultado herido mientras participaba en estas tareas dentro de un edificio residencial.