El mercado del automóvil sigue sumido en una profunda crisis de ventas. A la escasez de microchips y falta de componentes se une la incertidumbre que genera la coyuntura económica en los hogares. De hecho, las ventas en el canal de particulares caen un 4,3% respecto al mismo mes del año anterior.
Agosto ha cerrado con un repunte de turismos vendidos, pero la cifra se explica sólo por el dinamismo que muestra la demanda del canal de empresas. Con un repunte del 23%, ha impulsado unas ventas que, sin embargo, permanecen un 9,4% por debajo de los ocho primeros meses del año anterior, con algo más de medio millón de unidades.
Pese al repunte tras cinco meses de continuas caídas, en el acumulado anual, las ventas a los hogares son un 1,4% inferiores con respecto a 2021 y las empresas compraron un 4% más de turismos. De hecho, tras la falta de oferta que ha dejado la crisis de suministros, los vehículos disponibles no han ido a parar al canal de particulares sino al de las compañías de alquiler y renting. Aunque las compras no han sido suficientes para completar sus flotas para esta campaña de verano, sí les ha permitido amortiguar nueve meses de bajadas a doble dígito.
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El mes pasado el canal alquilador también cerró en positivo con una subida del 37% hasta las 5.244 unidades. Sin embargo, este canal cae un 44,6% en lo que va de año hasta las 75.292 matriculaciones, siendo el que más sufre la escasez de semiconductores.
«El sector continúa acusando la crisis de los microchips agravada por el complicado escenario geopolítico internacional que genera incertidumbre en la situación económica con una inflación elevada y el precio del dinero al alza», explica Félix García, director de Comunicación de Anfac. «Las ventas a particulares, que son las que marcan la salud del mercado, completan en agosto un trimestre a la baja debido, en buena medida, a que el clima de incertidumbre económico actual no invita a la compra», añade Tania Puche, directora de Comunicación de Ganvam.
Lo cierto es que uno de los sectores estratégicos dentro de la industria española, el de la producción de vehículos, lleva ya muchos meses viéndose afectado por la falta de componentes. Los paros en las fábricas se siguen sucediendo y el panorama no es nada halagüeño en el corto plazo.
A nivel de concensionario, «el bajísimo número de vehículos vendidos nos sigue hablando de un mercado raquítico y deprimido que, impactado por un contexto totalmente desfavorable (incremento de precios, alto coste de los combustibles o desconfianza de las familias a la hora de consumir) no está siendo capaz de cambiar de dinámica para acercarse a unos registros más razonables», añade Raúl Morales, director de Comunicación de Faconauto.
Desde el sector aseguran estar viendo poca predisposición por parte del Gobierno central para atajar un problema que puede derivar en serias consecuencias para el empleo. «No ayudan de cara a la decisión de compra para los usuarios algunos mensajes en contra del uso del coche privado, aunque este sea un vehículo nuevo y electrificado”, se queja García.
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