Si hay un enclave que tendrá el foco durante la noche electoral, ese será la Comunidad Valenciana [también Castilla-La Mancha o Aragón]. La derrota o la victoria de la izquierda con el PSPV-PSOE del presidente Ximo Puig a la cabeza y la posible reentrada de la derecha a la Generalitat serán uno de los termómetros clave para comprobar el clima al que apunta el devenir de los acontecimientos electorales hacia la campaña de comicios generales. Para comprobar si Pedro Sánchez impone su ‘manual’ de resistencia ante la corriente adversa de las encuestas, o bien la caída de sus barones en feudos clásicos de la derecha confirman una senda encaminada para Génova y su candidato Alberto Núñez Feijóo.
Precisamente esas encuestas vislumbran un escenario muy apretado que una buena planificación de cierre, en pleno ecuador de la campaña, puede ratificar e incluso ampliar, pero también frustrar. La media de las diez encuestas publicadas por distintas ‘casas’ demoscópicas a un mes de las elecciones y a lo largo del mes de mayo [al cierre de la edición de este sábado 20] dan la victoria al PP de Carlos Mazón, algo que se viene advirtiendo puntualmente desde abril de 2021 [dos años después de las elecciones autonómicas y con Metroscopia como primera demoscópica en percibirlo] y de manera intercalada con otras ‘victorias’ de los socialistas. Desde septiembre del año pasado, salvo el CIS y el tracking de los socialistas recibido en la sede de la carrer de l’Hospital, más de una veintena de estudios han percibido ganador al PP valenciano en la comunidad.
Mazón, que ha reforzado su espacio a costa de Ciudadanos con incorporaciones como la de la ex síndica naranja en las Cortes Ruth Merino al equipo económico, conseguiría 35 diputados autonómicos y el 31,74% de apoyo en las urnas el próximo 28-M. Este resultado, haría gozar a los populares de un incremento de 16 representantes parlamentarios y trece puntos de voto, así como recuperar la primera posición perdida hace cuatro años. A diferencia de las estimaciones hechas de otros barones, como Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid, Mazón no tiene opciones de doblar la representación de toda la izquierda y buscar con ello una abstención de Vox para gobernar en solitario.
Al candidato valenciano solo le vale un pacto de legislatura, y de acuerdo la distancia que separa al PP de la absoluta y que la valenciana es una de las plazas electorales que más importa a Santiago Abascal, todo apunta que la demanda será la de un ejecutivo de coalición a modelo del de Castilla y León. Con el catedrático de Derecho Constitucional Carlos Flores Juberías al frente, la fuerza ultra añade cinco a sus actuales diez representantes autonómicos (15,03%) y pasan a ocupar la cuarta plaza tras el descalabro de Ciudadanos.
Al igual que se estima en once de las comunidades y las dos ciudades autónomas que renuevan parlamentos, salvo en Aragón donde se estima la resistencia de un representante, el declive será generalizado. Y como ya ocurrió en Andalucía hace algo menos de un año y en la Comunidad de Madrid hace dos, los liberales abandonarán su papel de tercera fuerza para convertirse en partido extraparlamentario. La media de encuestas atribuyen a la candidatura de Mamen Peris solo un 2,93% de sufragio de los cinco puntos necesarios para la entrada en la cámara regional. Actualmente cuentan con trece parlamentarios [consiguieron 18, pero cinco abandonaron el grupo durante la legislatura hacia el Mixto]. Sin los naranjas, la suma del bloque de derecha recibe los 50 escaños necesarios para la mayoría absoluta de los 99 que se reparten.
Los 49 restantes los copa el tripartito de izquierdas que actualmente gobierna y confluye en el Palacio de la Generalitat integrado en el llamado Pacto del Botánico. Es la reedición del firmado en el jardín botánico de la Universidad de Valencia en 2015, que parece tener pocas opciones de sumar una tercera rúbrica de socios. En base a esta media de sondeos, el PSPV-PSOE de Puig lograría mejorar su ratio electoral, pero perdería la primera posición. Frente a los 27 escaños (24,2%) de 2019, el líder del gobierno se haría ahora con 29 (26,74%). Mejora a costa del desgaste de su segundo y tercer aliado: Compromís y Unidas Podemos. Ahora, con Joan Baldoví como cabeza de cartel de Compromís, los nacionalistas valencianos bajarían dos diputados (16,7%) para quedar en 15 (15,76%). La sustitución de la candidatura se produce tras la imputación judicial de la exvicepresidenta Mónica Oltra que le llevó a salir del Consell , y la tras breve suplencia de Aitana Mas.
Uno de los elementos fundamentales para Puig con el que pugnar de nuevo por la presidencia era que Unidas Podemos mantuviera sus aspiraciones de continuar en las Cortes, sobre pasando la barrera mínima electoral. Ninguna de las diez encuestas de manera particular bajan a los morados de ese cinco porciento como sí sucede en la Comunidad de Madrid, ahora bien, el descenso de ocho a cinco escaños que sufren los de Héctor Illueca (5,65%) perjudican la suma global de la izquierda. Junto a Compromís, son cinco escaños los que se pierden y solo dos los que se transfieren al PSPV-PSOE. Tres escaños clave que separan a Puig de la actual mayoría de 52.
Las encuestas empleadas para esta media son SigmaDos para Antena 3 [26 de abril]; dos ElectoPanel para El Plural [6 y 13 de mayo]; Simple Lógica para eldiario.es [7 de mayo]; 40dB para Prisa [8 de mayo]; Demoscopia y Servicios para ESdiario [9 de mayo]; GAD3 para ABC [12 de mayo]; SigmaDos para Las Provincias y SocioMétrica, del que se ha hecho eco Vozpópuli [18 de mayo]; y DYM para Henneo [19 de mayo]. Solo Simple Lógica y 40dB dan posibilidades a la izquierda de seguir gobernando. De manera independiente, los resultados que esbozan el CIS preelectoral publicado el 11 de mayo dan ganador al PP 33-34 (30,7%) escaños, seguido del PSPV-PSOE con 32 (29%), Compromís 17 (18,5%), Vox 10 (10,2%) y Unidas Podemos 3-4 (6%). Ciudadanos obtiene peor valoración que el global calculado, con un 2,3%.
Valencia capital, otro peligro para la izquierda
La misma situación, de diferencia de un escaño, se da en el ámbito autonómico, donde los socios de izquierda perderían el poder en base a las cuatro encuestas publicadas en los días previos al inicio de la campaña electoral. Estas son Data10 para OkDiario [13 de mayo]; SocioMétrica igualmente reflejado en Vozpópuli y un sondeo promovido por la Universidad de Valencia-GIPEyOP [18 de mayo]; y DYM para Henneo [19 de mayo]. Es más, aquí Unidas Podemos no tendría presencia política, al no poder entrar tampoco en esta ocasión. Incluso los morados restan ligeramente su respaldo en las urnas: del 4,17% al 3,9%. El alcalde Joan Ribó no podría iniciar, por tanto, su tercer mandato y PP y Vox tendrían la mayoría exacta de 17 de los 33 concejales necesarios para la gestión municipal autónoma.
Frente a los diez concejales logrados por Compromís (27,44%) en 2019 y los siete del PSPV-PSOE (19,24%) que animaron la coalición de izquierdas, el PP recuperaría la primera plaza en una de sus principales joyas políticas históricas. María José Catalá obtendría trece representantes (34,02%) en comparación con los ocho conseguidos (21,75%) anteriormente. Necesitará de Vox como Mazón según la media de sondeos, que dobla su peso de los dos (7,25%) a los cuatro cargos (12,1%). Los socialistas salvan los muebles con los mismos siete electos de hace cuatro años (19,24%), aunque aspira a ampliar margen hasta los ocho (21,3%) en una horquilla muy corta. Compromís bajaría a los ocho o nueve (23,35%). Ciudadanos (2,86%) queda igualmente como fuerza extraparlamentaria local, perdiendo sus seis escaños y el 17,6% de voto.