Lidl está decidido a seguir creciendo en España. Y pese al desafío que supone el actual escenario de sobrecostes para su rentabilidad, el gigante alemán cuenta con cerrar el ejercicio con un crecimiento a doble dígito de sus ventas, superando los 5.000 millones de facturación.
La compañía es actualmente el tercer operador en España con una cuota de mercado del 5,9%, por detrás de Mercadona y Carrefour, que tienen un 25,3% y un 9,7% respectivamente. Se sitúa por delante de Dia, que acapara el 4,8% del mercado, según los últimos datos de la consultora Kantar.
Eso sí, desde la empresa no pierden de vista al operador alemán Aldi, que tampoco detiene su penetración el mercado español, con 380 tiendas y un 1,5% de cuota. «Como uno de los competidores, evidentemente no solo se le respeta sino que también se le vigila», aseguró este martes el director general corporativo de Lidl en España, Ferran Figueras, durante la presentación del informe sobre el impacto económico en España en 2021 elaborado por PWC.
Pero los cambios en el hábito del consumidor como consecuencia del escenario de inflación está impulsando su crecimiento, especialmente por su apuesta por las marcas blancas. Más de un 90% de su surtido pertenece a enseñas propias y según datos de la consultora NielsenIQ, este tipo de productos suponen la mitad del ticket medio en alimentación.
A la par que sus ventas, el parque de tiendas de Lidl tampoco para de crecer. Tras un proceso de reforma de sus establecimientos, la compañía alemana está ganando penetración en los núcleos urbanos con formatos más pequeños. Ahora mismo tiene más de 650 tiendas abiertas y pretende cerrar el ejercicio con 670, tras invertir 350 millones de euros.
De hecho, la compañía asegura ver potencial para operar algo más de 1.000 locales repartidos por todas las provincias en un futuro. «Vemos el horizonte, pero no nos marcamos ritmos de crecimiento para los próximos años», dijo Figueras. Eso sí, el efecto de la inflación en los costes de construcción les está obligando a pensar muy bien la estrategia de expansión. «Tenemos que ver si tiene sentido correr demasiado o esperar en algún caso concreto», detalló.
Donde más margen de recorrido ven es en las grandes capitales con mayor población, como Madrid o Barcelona. En la primera incluso creen que podrían abrir otro medio centenar de locales en los próximos años.
Desde la compañía también justifican el alza de ventas gracias no sólo al incremento del parque o al trasvase de clientes de otras cadenas de supermercados, sino a la recuperación de los extranjeros tras el fin de las restricciones impuestas durante la pandemia.
La fuerte implantación de Lidl en el mercado europeo les da un plus a la hora de captar clientes foráneos en zonas vacacionales de la costa o las islas, que no acuden a cadenas nacionales o regionales.
Con esta estrategia despliegan su particular carrera frente al gigante francés Carrefour. «Tenemos bastante recorrido para ir acercándonos. Algún día espero que llegue», confesó Figueras respecto al segundo operador por cuota. El crecimiento de tiendas y ventas le ha obligado también a hacer crecer su red logística. Está previsto que a las 11 plataformas actuales se sumen otras en Granada, Martorell o Parla.
Contra nuevos impuestos
Desde el gigante alemán de los supermercados evitan pronunciarse específicamente sobre las propuestas que maneja el Gobierno para intentar frenar el alza de los precios en la cesta de la compra. Sin embargo, lanzan un mensaje contra la posibilidad planteada por Unidas Podemos de gravar a las grandes compañías del sector un impuesto sobre los beneficios.
«Todo lo que afecte a la estructura de costes debería esperar. Tenemos suficiente presión en cuanto al incremento de materias primas como para ir incorporando nuevos impuestos. La imposición no hará más que empeorar nuestra estructura de costes», enfatizó Figueras.
Precisamente, en su informe sobre el impacto económico en España, la compañía detalla que ha pagado 480 millones de euros de impuestos en nuestro país durante el ejercicio de 2021. Esto supone un crecimiento del 16% con respecto a 2020. Esa contribución tributaria equivale al pago de 1,31 millones de euros al día o a 9 euros de impuestos por cada 100 euros de su cifra de negocio, según el socio responsable de Economics en Strategy en PwC, Jordi Esteve.
De ese montante total, 231 millones de euros (48%) han sido impuestos soportados, aquellos que representan un coste para la empresa, mientras que los 249 millones restantes (el 52%), eran impuestos recaudados por la realización de su actividad económica.
En términos de empleo, la firma alemana detalla que durante los últimos 7 años, ha incrementado un 76% el número de empleados, hasta situarse por encima de los 17.500 trabajadores. Se trata de 500 más que en 2020.
Asimismo, dicen que la cadena de supermercados ha logrado incrementar en un 50% su impacto en el PIB y el empleo en los últimos seis años. Las cinco provincias donde el impacto en el PIB ha sido mayor en términos absolutos son Madrid, Barcelona, Murcia, Valencia y Almería. En términos relativos, el impacto ha sido especialmente relevante en provincias como Almería (3,21%), Murcia (2,13%), Huelva (1,79%), Castellón (1,26%) y Palencia (1,25%).