Los museos de arte están más vivos que nunca y una de las claves de este rejuvenecimiento está en su capacidad de adaptación a esa gran aldea global que es internet. Las grandes galerías han sabido utilizar el potencial de la era digital. Primero fueron las exposiciones virtuales, permitiendo a los visitantes pasear por sus salas desde la comodidad de sus casas, después llegó la posibilidad de profundizar en sus obras con mayor precisión que al natural y ahora ha llegado la viralización en las redes sociales.
Internet ha favorecido enormemente a la difusión de la cultura universal y los grandes expositores y conservadores de esta, los museos, han aprovechado para compartir sus tesoros con todo el mundo, dejando a un lado cualquier limitación espacial. Y en este artístico mundo digital, el papel de plataformas como Instagram o TikTok, donde la imagen manda, está siendo fundamental para compartir el interés por algunos de los tesoros más cotizados de la historia del arte.
El Museo del Prado, pionero y modelo en TikTok
La web del Museo del Prado, al igual que sus pasillos, es una de las más completas en cuanto a su capacidad para mostrar obras maestras de todo tipo. Cuenta con un apartado llamado «Colección» para comentar cada cuadro y cada obra de arte del museo. Una simple búsqueda es capaz de poner a tu disposición a cientos de autores de todos los tiempo y ver al detalle cada pincelada de sus lienzos gracias a un potente zoom.
Pero donde realmente ha conseguido marcar las diferencias la más importante pinacoteca de nuestro país y posiblemente del mundo, es en la red social de moda, TikTok. Actualmente el Museo del Prado tiene más de 473.000 seguidores y lidera el ranking de grandes museos en la red social de los Z, donde la edad media de sus usuarios oscila entre los 16 y los 25 años.
De esta forma, El Prado ha sido capaz de llegar a un público joven e internacional. El 53% de sus seguidores son extranjeros, siendo México, Colombia, Argentina y Chile los países más activos después de España. De todos ellos el 55% son mujeres y el 45% hombres. Y el 67% tiene menos de 35 años. En su cuenta, la pinacoteca madrileña consigue una mezcla entre enseñar y entretener, aprovechando su relevancia internacional. Por ejemplo, uno de los últimos vídeos virales fue el de Brian Cox, protagonista de la serie de HBO Succession, señalando el Saturno devorando a su hijo de Goya.
El Thyssen busca talento a través de Instagram
Por su parte, el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza ha encontrado la forma de que su presencia en redes sociales sirva además para encontrar nuevos talentos con la excusa de versionar cuadros de su colección.
Desde que empezaron en 2019, llevan ya 15 ediciones más de 10.000 participaciones, y esta semana anunciaron la próxima, que será también la primera del año. En colaboración con la Comunidad de Madrid y Uniqlo, #VersionaThyssen, propone un concurso que invita a jóvenes de entre 16 y 35 años a reinterpretar algunas de las obras de la colección.
Una forma de interactuar con sus seguidores en Instagram de manera que además consigan crear arte y también de conocer a artista jóvenes y emergentes. Hasta el 7 de mayo, quien desee participar puede compartir su creación en Instagram bajo el hashtag #VersionaThyssen, y optar así a uno de los seis premios de entre 500 y 1.000 euros. Además, tras la celebración de todas las convocatorias del año, se otorgan dos premios especiales: un cheque de 3.000 euros y una residencia artística de uno a tres meses, preferentemente en Berlín o Barcelona, financiada por PRIOR Art Space.
A finales del año 2020 la iniciativa fue galardonada a nivel europeo, recibiendo el segundo premio Art Explora – Académie des Beaux Arts, que recoge el valor de #VersionaThyssen como espacio de creación que acerca y vincula el arte a nuevas audiencias, y permite con su apoyo explorar nuevas vías de desarrollo.
En esta convocatoria las seis obras propuestas para versionar son: Retrato de una dama hilando (hacia 1531), de Maerten van Heemskerck; El columpio (hacia 1750-1752), de Jean-Honoré Fragonard; Autorretrato con gorra y dos cadenas (hacia 1642 – 1643), de Rembrandt Harmensz van Rijn; Toms River (1905), de John Frederick Peto; Ninfa en una fuente (reverso: Pan persiguiendo a una ninfa) (1855), de Arnold Böcklin, y Muchacha sentada (Poldi Lodzinsky) (hacia 1910), de Egon Schiele.