El presidente del pas latinoamericano jura el cargo en un pas crispado y entre fuertes medidas de seguridad por el temor a disturbios
Luiz Incio Lula da Silva inici sus cuatro aos de gobierno buscando la cuadratura del crculo: declam la unin de los brasileos y prometi buscar la pacificacin, pero lo hizo al mismo tiempo que lanzaba un demoledor y minucioso ataque a los cuatro aos de Jair Bolsonaro, a los que defini como una “era de oscurantismo”.
“Lo que hemos recibido del gobierno anterior es espantoso”, sintetiz Lula tras jurar el cargo ante el pleno del Congreso e iniciar su tercer perodo como presidente tras gobernar consecutivamente entre 2003 y 2011. Una hora ms tarde, ya ante los ciudadanos congregados frente al Palacio del Planalto, fue un tanto ms componedor: “Voy a gobernar para los 215 millones de brasileos y brasileas, y no solamente para los que me votaron (…) No existen dos Brasil, somos un nico pueblo”.
El veterano lder de izquierdas, de 77 aos, no ahorr calificativos para resumir lo hecho por Bolsonaro. Trminos como devastacin, desmantelamiento y destruccin formaron parte de su discurso, en el que se refiri a un “genocidio” para definir la respuesta sanitaria ante la pandemia del Covid-19. “Criminal, oscurantista, negacionista e insensible a la vida”, aadi.
El proyecto de Bolsonaro fue “la negacin de la poltica”, una aproximacin “individualista” comprometida con “la destruccin del Estado en nombre de supuestas libertades individuales”, aadi Lula en una ceremonia que fue seguida por mandatarios de todo el mundo, entre ellos el rey Felipe VI.
Mientras Lula hablaba en Brasilia, Bolsonaro estaba en Kissimmee, un suburbio de la ciudad estadounidense de Orlando, conocida por el parque temtico Disney. Alojado en la casa de un ex campen brasileo de Artes Marciales Mixtas (MMA), se dedic a saludar a seguidores sin emitir declaraciones polticas. Bolsonaro, que nunca reconoci pblicamente su derrota en las elecciones ni felicit a su rival, abandon Brasil en el avin presidencial el viernes, dos das antes de la finalizacin de su mandato.
Las diferencias entre Lula y Bolsonaro y entre sus simpatizantes y los bolsonaristas son un insondable abismo. Quizs por eso el nuevo presidente tendi escasos puentes con aquellos que no lo votaron en una eleccin definida por 50,9 a 49,1%.
“No tenemos ningn nimo de revancha contra quienes intentaron someter a la nacin a sus designios personales e ideolgicos, pero garantizaremos el Estado de derecho. Los que se equivocaron respondern de sus errores, con amplios derechos de defensa, dentro del debido proceso legal”.
“El mandato que recibimos, frente a adversarios inspirados en el fascismo, ser defendido con los poderes que la Constitucin confiere a la democracia. Al odio, responderemos con amor. A la mentira, con la verdad. Al terror y la violencia, responderemos con la ley y sus ms duras consecuencias”.
El primer gran anuncio de Lula fue el de un cambio radical en al poltica de armas impulsada por Bolsonaro. Entre 2018 y 2021, la cantidad de ciudadanos registrados como portadores de armas creci un 474%. El pas, la cuarta democracia del mundo en nmero de votantes, siempre se ha mirado ms en el espejo de la tercera, Estados Unidos, que en el europeo. Lula no quiere el ejemplo estadounidense.
“Estamos revocando los decretos para ampliar el acceso a armas y municiones, que tanta inseguridad y tanto dao han causado a las familias brasileas. Brasil no quiere ms armas; quiere paz y seguridad para su pueblo“. Tambin prometi luchar contra el hambre y la pobreza y “desmontes cero” en el Amazonas.
Las ceremonias de asuncin en Brasil son una notable coreografa en el marco del impactante escenario de la Explanada de los Ministerios, el eje monumental de la Brasilia ideada por Lucio Costa y con la impronta arquitectnica de Oscar Niemeyer. Lula, el vicepresidente Geraldo Alckmin y sus respectivas esposas se trasladaron en un Rolls Royce descapotable.
El nuevo presidente llevaba, presumiblemente, un chaleco antibalas. Apostados estratgicamente, francotiradores y efectivos de seguridad con armas anti dron: nada era demasiado tras las amenazas y los estallidos de violencia de las ltimas semanas en Brasilia y en muchas otras ciudades del pas.
Al llegar a la rampa del Palacio del Planalto, la sede del gobierno, Lula recibi, ante la ausencia de Bolsonaro, la banda presidencial “de las manos del pueblo brasileo”.
Ese “pueblo brasileo” estuvo representado por un nio, un indgena, un negro, una mujer, un trabajador y una persona con discapacidad. El acto tuvo lugar en la rampa del Palacio de Planalto, despus de que el Presidente jurase su cargo ante el Congreso, y cont tambin con la presencia de un perro, “Resistencia”, al que encontraron ante la crcel de Curitiba en la que Lula estuvo 581 das preso por corrupcin.
La ceremonia, en una tarde de fuerte calor y humedad, le eriz la piel a los presentes. Tambin al veterano presidente, que en un momento de su discurso se quebr y revel con toda crudeza lo que pasa por su mente de cara a cuatro aos que sern mucho ms duros que sus primeros ocho en la Presidencia.
“Por favor, aydenme!”. Y rompi en llanto.
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