El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, recibió este domingo una sonora pitada a su llegada a los actos por la festividad de la Guardia Civil, que se han celebrado estos días en León.
Nada más bajar del coche oficial, Marlaska ha encontrado pitos de manera general, mientras por megafonía se pedía que cesaran.
El ministro del Interior acudía a León para un desfile y parada que incluía a más de 500 efectivos pertenecientes a las diferentes unidades y especialidades de la Guardia Civil, a pie, a caballo y motorizadas, que han desfilado por la avenida de la Cruz Roja.
Estaba prevista también la asistencia al acto del presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco; la delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones; el alcalde de León, José Antonio Díez; el presidente de la Diputación, Eduardo Morán; y la directora general de la Guardia Civil, María Gámez.