Acaba de cumplirse el 22 de mayo una efeméride importante en Italia: los 150 años de la muerte del magno escritor Alessandro Manzoni. A pesar de ser un evento que no centró el foco más importante por los destrozos de las tormentas e inundaciones en Emilia-Romaña, la conmemoración pública presidida por el presidente de Italia, Sergio Mattarella, dejó tras de sí un largo discurso que fue más allá de la cuestión literaria. Manzoni, además de escritor, fue un prolífico político que defendió la unificación de Italia, e incluso al ser un firme católico, se ganó la crítica de sectores eclesiásticos.
Mattarella recordó que no hay nada más nefasto que aquellas teorías que sacrifican los derechos de los hombres por la razón de Estado
En la segunda parte de su discurso, donde se exaltó las ideas del prolífico escritor, Mattarella recordó que no hay nada más nefasto que aquellas teorías que sacrifican los derechos de los hombres por la razón de Estado. Y que la fraternidad debe guiar a que prevalezca la verdad sobre la falsedad, la tolerancia sobre el odio, la misericordia sobre la violencia y la moralidad sobre la conveniencia. En pleno debate sobre la cuestión migratoria, no deja de ser un toque de atención a la derecha italiana desde la Presidencia de la República. Y es que el discurso de Mattarella fue un recordatorio de los valores que fundaron Italia, y posteriormente la República Italiana.
Por un lado, recordó que los valores de libertad, justicia, igualdad y solidaridad de Manzoni establecieron la base de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, y por otro lado, el ser humano, como sujeto de derechos, sin concepciones de supremacía basadas en la raza o permanencia, ni en el predominio del más fuerte, que fueron los que sentaron la base la Constitución republicana.
El presidente Mattarella mencionó que Manzoni también habló en su obra de la diferencia entre poder y opinión pública, entre justicia y sentimientos, y los peligros que corren las sociedades democráticas ante la desinformación en las redes sociales, y que el electoralismo frenaba construir políticas de gran alcance.
Giorgia Meloni, la jefa del gobierno, ahora tiene dos cruzadas sobre la mesa, la primera es que la Unión Europea compre su discurso sobre la gestión de las personas migrantes. El segundo es hacer la reforma constitucional para cambiar la Constitución republicana de 1948.
El papel de Italia está siendo importante a nivel empresarial en la cuestión energética con África, no tanto así el peso político del mismo, pues España e Italia, a pesar de la reacción argelina por lo de Marruecos, es más o menos igual a nivel de provisionamiento energético. Y de allí que el discurso de Mattarella tuvo una precisión milimétrica, porque los actuales debates políticos giran en torno a cambiar la Constitución republicana para mutar el sistema político de parlamentario a presidencialista y suprimir el bicameralismo perfecto, el uso de las redes sociales para campañas de desinformación, como también utilizar la razón de Estado para todo.
A pesar de que la popularidad de Meloni está por las nubes, lo cierto es que ningún primer ministro ha salido victorioso al enfrentarse a los entresijos republicanos. Matteo Renzi también era muy popular en 2016, y el referéndum de reforma constitucional que puso sobre la mesa obtuvo un 59% en contra. Aquí hay un hecho curioso, y es que quien se posicionó en contra de la reforma de Renzi ahora quiere hacer lo mismo, y veremos si consiguen aprobarlo.
Las cuestiones que abordó Mattarella en el discurso a la muerte de Manzoni son las que marcarán, una vez iniciada la reconstrucción de Emilia-Romaña, los ejes de la política italiana. Es decir, constitucionalismo, cuestiones de libertades públicas, reformas judiciales, el rol de la desinformación que ya es un asunto comunitario, hasta qué punto el electoralismo frena la obra de gobierno, y la cuestión de la solidaridad entre Estados. Recordemos que Meloni es una firme defensora de ayudar a Ucrania, y de incorporar el país a la Unión Europea, pero tiene una piedra en el zapato que son sus socios de coalición. Recordemos el posicionamiento de Forza Italia o la Lega contra la invasión rusa de Ucrania.
En conclusión, el aniversario de la muerte de Manzoni puede marcar el inicio de un nuevo ciclo político en Italia. A pesar de que fuera discreto por la tragedia de las inundaciones, es en la discreción entre bambalinas burocráticas donde se ha gestado la política italiana de los últimos 75 años. La reconstrucción de Emilia-Romaña es la cuestión más importante, no solo para Italia, sino también para Europa porque no deja de ser ejemplo, el uso de fondos europeos, de la solidaridad interestatal. Pero las reconstrucciones siempre abren cuestiones políticas que llevaban tiempo sin abrirse, o sin plantearse. Tendremos que seguir atentos a los asuntos romanos.
Guillem Pursals es doctorando en Derecho, máster en Seguridad, especialista en conflictos, seguridad pública y Teoría del Estado. Puede leer aquí sus artículos en www.elindependiente.com