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PSOE y Podemos exhiben su tensión interna en el arranque del atracón legislativo de fin de año

Comisión de Igualdad del Congreso. Sala Sagasta. Era el escenario que este lunes mejor transparentaba las tensiones dentro la coalición gubernamental. El órgano, presidido por la exvicepresidenta Carmen Calvo, discutía el texto de la Ley Trans, caballo de batalla de los dos socios desde el arranque de legislatura. Las fricciones eran visibles para cualquier espectador: los parlamentarios del PSOE charlaban entre ellos en los recesos, las de Unidas Podemos también, y de vez en cuando salían a la sala anexa las jefas de los dos grupos, Andrea Fernández e Isa Serra, para hacer un aparte y charlar, pero el pulso se mantenía vivo hasta el final. Los socialistas defendieron sus enmiendas para reforzar la «seguridad jurídica de los menores trans«, y los morados no las aceptaron ni transaccionaron para acercar posturas.

Ellos ganaron la partida: ningún grupo apoyó al PSOE —ni tan siquiera el PP, que como buen jugador mantuvo el suspense hasta el final— y quedó derrotado. En Unidas Podemos, a la salida de la comisión, no podían disimular su satisfacción absoluta. El tanto era suyo. Los socialistas asumieron que habían perdido, se felicitaron de que el debate se desarrollara con «normalidad» y ya dejaron la duda de si mantendrían o no sus enmiendas vivas sobre la autodeterminación en menores hasta el pleno. Hace una semana, la dirección sí era partidaria de hacerlo. Ahora, esa posición ya no era tan firme.

En estas dos semanas, Sánchez quiere liquidar los temas conflictivos, aunque aún quedarán vivienda o ‘mordaza’

Pero el carrusel de lo vivido en esa comisión también servía para resumir este superlunes en la Cámara baja. El día 1 del arreón legislativo que Pedro Sánchez ha previsto hasta final de año. Dos semanas en las que los socialistas esperan liquidar todos los temas conflictivos, aunque les suponga dejarse, dicen en Ferraz, «pelos en la gatera». La orden del presidente, recordaban en la cúpula, es clarísima: «Hay que ir cerrando temas«. «Y este lunes nos hemos quitado de encima la Ley Trans», añadían con alivio. Es cierto que le queda el trámite en el pleno del Congreso, el 22 de diciembre, y en el Senado, pero el foco, previsiblemente, decaerá. Y esta semana ya se culminará el trámite en la Cámara baja de la reforma de la sedición y la malversación y se dejará lista la ley de bienestar animal, cuya enmienda clave, la exclusión de los perros de caza, sí saldrá, en principio, con los votos del PP. En estas dos normas, los dos socios de la coalición también visibilizaron sus diferencias este lunes.

Tensiones que, no obstante, en absoluto anticipan la ruptura del Ejecutivo ni el agotamiento de la alianza, como suponen los populares, porque socialistas y morados están determinados a mantener su entente, aunque acumule innumerables heridas de batalla. Otro ejemplo: la ley de familias, otra legislación bandera de UP y objeto de choques entre los socios, «va encauzándose» en el Gabinete, según avisan en Ferraz. Pero aún faltaría desatascar la ley de la vivienda y (más difícil) la derogación de la ley mordaza.

Unidas Podemos se descolgó a primera hora de la mañana denunciando el bloqueo en la ley de bienestar animal, que este lunes pasaba por ponencia, y desmarcándose del «acuerdo» que los socialistas habían tejido con ERC en torno a la controvertida rebaja del delito de malversación, pensada para beneficiar a los dirigentes del procés. Les generaba «dudas» la redacción de la transaccional, por el riesgo de la interpretación que puedan hacer los jueces. Los morados señalaron que no firmarían la transaccional, aunque sí pudieran apoyarla.

Hacer pedagogía

La noticia del descuelgue de UP respecto a la malversación pilló a la ejecutiva federal del PSOE reunida. Después, en rueda de prensa, la portavoz, Pilar Alegría, manifestó su «sorpresa» por la posición de los morados: «He conocido esta información esta mañana, y solo les puedo decir que nos sorprende ese sí, pero no firmo lo que voto«. La ministra no iba a más, pero dejaba patente el malestar de la cúpula, que cree que el giro de los morados obedece más a sus «mundos interiores», a las divisiones dentro del espacio.

La dirección cerró filas con el líder. El texto transaccional con ERC ha templado las críticas internas, pero esta semana darán su opinión Lambán y Page

Y es que ya bastante difícil de asimilar está siendo para el PSOE la modificación de la malversación, que nunca antes anticipó el presidente hasta que destapó su disposición hace menos de un mes en una entrevista en La Vanguardia. Este lunes, en la corta reunión de la ejecutiva, a puerta cerrada, apenas hubo debate, según indicaron distintos miembros consultados. Sánchez enhebró una intervención para hacer pedagogía y calmar a su partido, reiterando los argumentos que había expuesto la víspera en su mitin en Barcelona: que es consciente de que está adoptando decisiones «arriesgadas«, pero «no hay otra«, porque la apuesta del Ejecutivo por la «convivencia» y el «reencuentro», por sacar la política «de los juzgados» es firme, para no volver a 2017, cuando estalló el procés. «Todos unidos con él«, indicaron dos cargos de la dirección a este medio.

Alegría, ante los periodistas, intentó contrarrestar el mensaje lanzado por la derecha de que el Gobierno alivia las condenas a los corruptos subrayando que «no hay ninguna rebaja [de pena], lo que hay es una diferencia entre lo que es la corrupción y el desvío presupuestario irregular». Este último es el nuevo tipo delictivo que introduce la transaccional socialista aceptada por ERC que reduce el castigo por malversación a un máximo de cuatro años (e inhabilitación de dos a seis años) y que la Moncloa cree que se ajusta a las conductas del procés.

El texto ha templado algunas críticas internas, pero no todas: este martes dará su opinión el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page —y será «muy claro», anticipan en su entorno— y a lo largo de la semana lo hará el jefe del Ejecutivo de Aragón, Javier Lambán. En el filo contrario, el president valenciano, Ximo Puig: la reforma es «el camino correcto» porque «parece que está garantizado» que «los corruptos no se pueden ver mejorados por esta situación». Él era uno de los que había mostrado previamente más reticencias a este cambio legal.

Lo cierto es que el PSOE ha puesto el turbo en este último tramo del año y quiere correr al máximo, y como sea, con la reforma de la sedición y la malversación, consciente del poder corrosivo que tiene si se enquista en el debate público. Aunque, oficialmente, la excusa para una tramitación ultrarrápida es otra: «Toda prisa es poca» cuando se trata de «seguir luchando por la transparencia, la higiene democrática y contra la corrupción», justificó Alegría.

«Toda prisa es poca» cuando se trata de «seguir luchando por la transparencia y contra la corrupción», dice Alegría, que niega rebaja de condenas

La ponencia para la modificación del Código Penal se reunió por la tarde. Duró escasamente una hora y salió todo como se esperaba: con el acuerdo ya sí trenzado y público entre socialistas y republicanos. Y Unidas Podemos, que se había desligado de él por la mañana, acabó votándolo horas más tarde. No hubo declaraciones públicas ni del PSOE, ni de ERC, ni de los morados. Los diputados huyeron de la prensa. Sus palabras y argumentos se exhiben este martes en la Comisión de Justicia, el último paso antes del pleno del Congreso del jueves.

La estrategia del PP

En la Ley Trans, el PSOE fue el que salió derrotado. Y era lo que se esperaba. La Comisión de Igualdad rechazó su propuesta para que sea un juez el que autorice un cambio de sexo registral para los menores de 16 años. Unidas Podemos —que no admitía «retrocesos» en la norma y se negaba a cambios— votó en contra, igual que hicieron los socios habituales de investidura. También el PP dio la espalda a esa enmienda, pese a que no destapó sus cartas hasta el final: la diputada Carmen Navarro subrayó que el PSOE nunca les contactó para acercar posturas, ni «pidió apoyo», pero en cualquier caso era «maquillaje» para una ley que los conservadores rechazan de plano.

En la Ley Trans, la carta la tenía el PP, que rechazó la enmienda de menores del PSOE. Ferraz ya no asegura que la dejará viva hasta el pleno del jueves 22

La expectación era máxima a lo largo de toda la tarde, porque no había transaccionales entre PSOE y Unidas Podemos sobre los menores trans y porque los populares no eran claros. «Todo está en manos de lo que haga el PP», expresaban varios diputados socialistas con cierta inquietud. «Pero casi mejor que no nos apoyen, porque nos facilitan las cosas dentro de la coalición«, agregaba en privado un parlamentario. Y es que si el PP hubiera apoyado al PSOE la norma corría peligro porque los morados, con la ministra Irene Montero a la cabeza, no estaban dispuestos a ceder ni un milímetro.

Pero ese escenario no se produjo. «Era muy relevante que los derechos de las infancias trans estuvieran garantizados en esta ley y lo van a estar«, se felicitó la secretaria de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez Pam, que acudió como espectadora a la sesión en la Cámara baja. El dictamen recoge, por tanto, lo que en ese punto decía el texto que salió del Consejo de Ministros: que tendrán que acudir al juez los niños y niñas de 12 a 14 años, pero a los de 14 a 16 les bastará el consentimiento de sus padres o tutores para cambiar de sexo en el registro.

A la salida de la comisión, su presidenta, Carmen Calvo, aseguró que los socialistas mantendrían vivas sus enmiendas hasta el pleno del jueves 22 de diciembre. Algo que no garantizó la secretaria de Igualdad de la dirección, Andrea Fernández. Es más, la diputada intentó cerrar grietas con los socios, pese a la tensión evidente de los instantes previos: «Ahora lo que toca es la unidad y la defensa de una ley que es patrimonio de todos y de todas en la relación con Unidas Podemos y el PSOE. La ley no peligra y nunca ha peligrado. Es una ley también del PSOE y vamos a trabajarla y celebrarla». En la cúpula ya no creen que tenga mucho sentido mantener las enmiendas sobre autodeterminación de menores, porque la consigna es «cerrar» conflictos, y no hurgar en la herida, pero la decisión se tomará en los próximos días.

Ahora lo que toca es la unidad y la defensa de una ley que es patrimonio de todos y de todas» en la coalición, dice Andrea Fernández

«Teníamos una duda sobre la seguridad de los menores, lo llevamos al Congreso y el Congreso habló. Punto», indicaban en el cuartel general, donde se felicitaron de que sí hubiera salido de la norma el concepto de violencia intragénero (la que se da en las parejas LGTBI), para que no se pudiera equiparar con la violencia machista. Tampoco prosperó su enmienda sobre la reversibilidad del cambio registral. Sí salieron adelante otros cambios como la promoción de medidas para erradicar el sexilio (la necesidad de algunas personas LGTBI de abandonar sus pueblos o ciudades por discriminación), la integración de personas mayores LGTBI o los programas de promoción de la igualdad LGTBI en las empresas.

¿Escenario inverso en bienestar animal?

Lo que ocurrió en la Ley Trans quiere el PSOE que, a la inversa, se produzca en otra norma muy simbólica, la de bienestar animal. El Ministerio de Derechos Sociales, que lidera Ione Belarra, secretaria general de Podemos, plantea una redacción que importa de la ley autonómica de Castilla-La Mancha, por la que los perros de caza quedan excluidos de la regulación durante la actividad cinegética. La fórmula Page no convence a los socialistas, que entienden que el ministerio no ha cerrado ningún acuerdo con el sector —como sí tenía el presidente castellanomanchego— ni tampoco copia todos los elementos de la norma regional.

El PSOE pacta con PP y PNV una transaccional para excluir de la ley animal a los perros de caza. Ahora apela a UP a aceptar el cambio

El choque seguía este lunes en la ponencia, que se reanuda este martes. Pero el PSOE, al menos en ese aspecto, se ha impuesto sobre los morados: ha firmado una enmienda transaccional con PP y PNV para excluir a los perros de caza del proyecto de ley. Enmienda que es muy semejante a la que en septiembre registraron los socialistas en la Cámara baja. Ese cambio, por tanto, ya tiene los votos para salir adelante. La duda es si Unidas Podemos hará descarrilar el conjunto de la norma al incorporarse un añadido con el que discrepa. Pero en Ferraz esperan que sean ahora sus socios los que acepten, igual que ellos asumieron su derrota en la Ley Trans «con deportividad«. Les apelan a que garanticen aprobar el articulado.

«Dejar todo pulido» antes de que acabe el año, admiten en la dirección del PSOE, tiene su coste, y es el de visibilizar las tensiones con el socio, pero entienden que no hay alternativa. Porque el presidente quiere centrarse en 2023 en la contienda electoral y en la gestión económica, dado que será la clave de las municipales y autonómicas y las generales: «La gente cada vez vota más por sus intereses que por las tripas», alegan. Bajo esta premisa se espera en Ferraz que el coste electoral de la rebaja de la malversación sea limitado. Pero eso no está hoy por hoy claro. Dependerá de lo que ocurra en las siguientes semanas y semanas, y será «un problema», asumen, si hay un goteo de revisiones a la baja o de excarcelaciones de políticos corruptos. Por eso la prioridad ahora mismo es correr, correr, correr. Para pasar página cuanto antes.

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