Los grupos que sostienen el Gobierno de coalición han vuelto a votar divididos una semana después de discrepar con la reforma de la ley del ‘solo sí es sí’ impulsada por el Grupo Socialista. Ante la toma en consideración de una proposición de ley conjunta presentada por Esquerra Republicana (ERC) y EH Bildu, con el apoyo del BNG, que abogaba [no ha sido aceptada para iniciar el trámite], tan solo un mes después de solicitar lo mismo en pleno, por modificar el Estatuto de los Trabajadores y ampliar, nuevamente, la indemnización por despido improcedente de los 33 a los 45 días. Una manera, en definitiva de ampliar la reforma laboral de Yolanda Díaz.
Mientras que Unidas Podemos se ha abstenido firmemente frente a la iniciativa, a diferencia del ‘sí’ que dio en febrero, el PSOE ha votado en contra junto al PP, Vox, Ciudadanos y el resto de grupos del bloque conservador y el Mixto. En total, se han contabilizado 30 ‘síes’, 275 votos en contra y 30 abstenciones. Es conocido que los morados, en palabras de la ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda, consideran que el despido en España «es demasiado barato». Ese fue el posicionamiento de Díaz en el anterior pleno del mes pasado, algo que ha virado por entenderse «poco ambiciosa» la propuesta de los socios independentistas. La negativa del PSOE radicaría en que este cambio, supondría poner punto y final a la reforma laboral del PP en 2012, algo que, mediante pacto con los agentes sociales, quedó al margen de la última modificación.
La progresión de la cuantía de días por despido improcedente ha variado desde la instauración de la democracia. Y ello, hacia la baja. En 1977, estaban establecidos 60 días por año con un máximo de 60 mensualidades, es decir, cinco años. En los ochenta, el Estatuto de los Trabajadores, que regula las relaciones laborales, redujo a 45 días esa compensación y con un tope de 42 mensualidades. Se mantuvo intacto hasta 2012. En un marco de crisis económica, el PP, con mayoría absoluta, redujo esa proporción a 33 días y 24 mensualidades. Esta cantidad se ha mantenido con el actual Ejecutivo, pese a la disconformidad del Ministerio de Trabajo y Unidas Podemos.
En el turno de fijación de posturas, EH Bildu ha abierto el debate apelando a que es una demanda que no solo se hace para los territorios de origen de los partidos proponentes. «Es para el conjunto del Estado, y es una palabra dada desde» la reforma del PP, ha dicho el portavoz abertzale Oskar Matute. Por su parte, ERC ha incidido en que la anterior reforma de febrero de 2022, a la que se opusieron junto a EH Bildu, fue propulsada por «real decreto ley» e «impidió el debate, la ponencia, las enmiendas, o la votación en pleno». «Uno de los motivos por lo que se presenta esta proposición de ley es para que todos los grupos decidan, y no solo el Gobierno con la patronal», ha dicho el diputado Jordi Salvador. También considera troncal que se hable de la «equiparación salarial o de las deslocalizaciones». «Nunca aceptaremos que no se pueda tocar una coma; no debemos ceñirnos solo al marco de la CEOE», ha estimado.
La derecha, por su parte, ha hecho mella en «el sectarismo» de la proposición de ley o el retroceso a un estadio anterior que en este momento no casa con las circunstancias actuales. Es el caso de María Muñoz, de Ciudadanos, que ha reprochado a EH Bildu y ERC proponer un modelo de reforma «anacrónico» y «querer el mercado laboral de 2010» en lugar de avanzar a uno «más flexible»; de no ser «una reforma ambiciosa».
El PSOE pone en duda el compromiso de Podemos con la reforma laboral
Aina Vidal, de Unidas Podemos, ha anunciado con anterioridad durante el debate de la PL que su grupo votaría ‘abstención’ a la vez que ha reprochado el posicionamiento en contra de EH Bildu y ERC, «con la derecha», en la votación de la reforma laboral de febrero 2022. Vidal también ha criticado que republicanos y independentistas vascos «deformen los datos oficiales» con tal de no acreditar que «se equivocaron» en la votación del año pasado. Ello, con una defensa férrea de «los cambios rápidos» fomentados en «el mercado laboral». Como Ciudadanos, la portavoz de Podemos ha considerado que sus socios de investidura pretenden que «volvamos a 2012 de un plumazo».
De seguido, la diputada socialista María Dolores Narváez ha afeado a Podemos que se posicionen en la abstención ante lo que ha definido «una enmienda a la totalidad» a la reforma que ambos partidos apoyaron y consensuaron. «No entiendo su abstención, los socialistas estamos orgullosos», ha señalado. A EH Bildu y ERC les ha dicho que «hoy vienen a enmendar» el error de la reforma, porque «los datos son positivos y los trabajadores merecen moverse en un sistema de garantía jurídica». «Ya fue posible recuperar en 2022 los derechos de los trabajadores y rebajar los efectos lesivos de la reforma [del PP]. Dejamos atrás contratos basura o el desprecio a los sindicatos, en política se tiende a olvidar las cosas pronto», ha lamentado.