Samarcanda, en Uzbekistn, presume de ser una de las ciudades ms antiguas y con ms historia de Asia Central. Fue conquistada por Alejandro Magno y destruida por los mongoles liderados por el seor de la guerra Gengis Kan. Ms tarde, se convirti en la capital del poderoso imperio timrida. Plaza central de la antigua Ruta de la Seda que sala de China, acab absorbida por la Unin Sovitica. Una encrucijada de civilizaciones que esta semana acoge una cumbre euroasitica donde el principal atractivo ha sido el mano a mano entre Xi Jinping y Vladimir Putin.
En su primera reunin en persona desde que comenz el ataque de las fuerzas rusas a Ucrania (dos charlas tuvieron por telfono, una a finales de febrero y otra en junio), Putin, segn la lectura rusa de la conversacin, ha criticado los “intentos de crear un mundo unipolar” -en una clara referencia a Estados Unidos- y le ha dicho a su homlogo chino que “comprende las preocupaciones de China sobre el tema ucraniano” y que agradeca su “posicin equilibrada” sobre Ucrania.
Xi, por su parte, le ha tendido la mano al asegurar que China estaba dispuesta a colaborar con Rusia para “servir de ejemplo como grandes potencias mundiales y jugar un papel de liderazgo para conducir ese mundo rpidamente cambiante a una trayectoria de desarrollo estable y positivo”. El comunicado de la parte china, que no menciona a Ucrania en ningn momento, ha reiterado que Xi y Putin estn dispuestos a “brindarse un fuerte apoyo mutuo en asuntos relacionados con los intereses fundamentales de cada uno”.
Antes de que trascendieran las primeras palabras del presidente chino, desde el Kremlin se han adelantado haciendo pblica una declaracin atribuida a Putin: “El tndem de poltica exterior de Mosc y Pekn desempea un papel clave para garantizar la estabilidad mundial y regional. Defendemos conjuntamente la formacin de un orden mundial justo, democrtico y multipolar basado en las normas internacionales y en el papel central de la ONU”.
El lder ruso ha llegado a Samarcanda en horas bajas tras su derrota militar en el frente norte de Ucrania y el ruido de sables que le ha estallado dentro de casa. Cada vez ms aislado de Occidente, Putin pretenda dar un impulso a su giro asitico durante la cumbre de la Organizacin de Cooperacin de Shanghi (OCS), una agrupacin econmica y de seguridad regional. Especialmente hacia la vecina China, a la que necesita ms que nunca, buscando un apoyo ms firme de su colega Xi.
Algo que no habra logrado en vista a las declaraciones que se han hecho pblicas del presidente chino, cuyo respaldo tcito no sale de la lnea seguida por Pekn durante los siete meses de guerra en Ucrania: nada de apoyo militar o econmico directo a Mosc, pero los brazos siempre abiertos para fortalecer un frente comn contra el gran rival que comparten en comn, Estados Unidos.
El encuentro entre los lderes de Rusia y China llega apenas unos das despus de que el principal diplomtico chino, Yang Jiechi, dijera que ambos pases pretendan “llevar el orden global en una direccin ms justa y razonable”. En una visita reciente a Rusia, Li Zhanshu, jefe del mximo rgano legislativo de China y tercera figura poltica ms importante de la potencia asitica, asegur que Pekn “apoya plenamente los intereses fundamentales y las preocupaciones de seguridad” de Mosc.
En la cumbre de la OCS se concentra el grupo que representa 44% de la poblacin mundial y el 30% del PIB mundial. Adems de Xi y Putin, por Samarcanda han pasado otros actores importantes regionales como los lderes de India, Pakistn e Irn, pas que se convertir en el noveno miembro de la agrupacin fundada por China, Rusia, Kazajstn, Kirguistn, Tayikistn y Uzbekistn en 2001. Pero todos los ojos estaban puestos en ver si Xi se inclinaba ms hacia Putin.
Desde que comenz la guerra, en Pekn repiten una y otra vez que consideran legtimas las preocupaciones de seguridad de Rusia sobre la expansin de la OTAN hacia Europa del Este. Pero tambin han enfatizado en el respeto a la soberana de Ucrania, a la que han enviado ayuda humanitaria. No salen de esa contradiccin.
De cara a la galera internacional, Pekn defiende una posicin neutral para evitar que le reboten las sanciones occidentales impuestas a Rusia. Aunque la realidad es que esa posicin no tiene nada tiene que ver con la narrativa que lanzan los medios estatales chinos, que se inclinan claramente a favor de su socio ruso.
En privado, los diplomticos chinos reconocen que la guerra en Ucrania les incomoda, algo que no ha impedido que la utilicen para cargar contra un sistema dominado por Estados Unidos que consideran que est en quiebra y aprovechar la distraccin para seguir expandiendo su influencia, en este momento por Asia Central, donde tradicionalmente ha pujado silenciosamente con Rusia por ser la fuerza predominante en la regin.
La ltima vez que ambos lderes se estrecharon la mano fue el pasado 4 de febrero, durante la jornada de apertura de los Juegos Olmpicos de Invierno de Pekn. Aquella reunin acab con la firma de lo que llamaron una “coordinacin estratgica sin lmites”: una declaracin conjunta donde expusieron que el mundo se encaminaba hacia la “transformacin de la arquitectura de gobernanza global y el orden mundial”.
Xi respald entonces a Putin en sus quejas sobre que la OTAN se estaba expandiendo en Europa del Este. En ese momento, las tropas rusas se concentraban en la frontera con Ucrania. Los Juegos bajaron el teln 20 das despus. No pasaron ni 24 horas cuando Putin anunci que reconoca la independencia de las autoproclamadas repblicas separatistas de Donetsk y Lugansk.
China, Rusia y su objetivo de dibujar un nuevo orden mundial. Ese concepto lo ha repetido mucho este ao el presidente estadounidense Joe Biden. Tambin, desde Bruselas, Josep Borrell. “Pekn y Mosc quieren redefinir el orden mundial, quieren volver al mundo del siglo XIX, con grandes imperios definiendo el orden mundial con esferas de influencia“, dijo el alto comisionado de la Unin Europea durante la conferencia de seguridad de Mnich.
La misma lnea sigui la declaracin de la OTAN tras la pasada cumbre en Madrid: “China ansa subvertir el orden mundial. Su alianza profundamente estratgica con la Federacin Rusa y sus intentos de refuerzo mutuos intentan esquivar las reglas internacionales en contraposicin con sus valores e intereses”.
China lleva todo el ao esquivando convertirse, a ojos de Occidente, en un paraguas para Rusia ante la lluvia de sanciones. Algunas empresas chinas cortaron los lazos con Mosc y limitaron las operaciones con los bancos rusos sancionados. Pero Pekn no oculta su predisposicin a sacar beneficio de la debilidad de su aislado vecino a sabiendas de que el Kremlin es el socio menor en una relacin desigual.
Mosc depende mucho ms de Pekn, una economa 10 veces ms grande, que a la inversa. “China ciertamente persigue solo sus propios intereses en las relaciones con Rusia. Pero en muchos sentidos, estos intereses coinciden con los rusos”, opina Alexander Gabuev, analista del Fondo Carnegie para la Paz Internacional, un ‘think tank’ de Washington.
Desde el gigante asitico se han lanzado a comprar ms gas y crudo de los Urales con descuento. En los primeros ocho meses de 2022, el comercio de China con Rusia aument un 31% interanual. Solo en agosto, China gast en productos rusos un 60 % que un ao atrs. Y desde Gazprom, el monopolio energtico de Rusia, han dicho que tienen un acuerdo con las empresas chinas para comenzar a pagar los crecientes suministros de gas a Pekn en yuanes y rublos en lugar de dlares.
Las cifras no engaan: Mosc y Pekn llevan meses estrechando su relacin comercial, que no militar. El ejrcito chino cruz hasta Rusia a principios de septiembre para realizar maniobras de guerra conjuntas. Pero, desde el Gobierno chino, preocupa que les pueda rebotar las sanciones internacionales, manifiestan que se han negado a enviar cualquier ayuda militar a su socio ruso para atacar a Ucrania.
Justo antes de la reunin entre Xi y Putin en Samarcanda, desde el Kremlin anunciaban que las armadas de China y Rusia estaban ejecutando patrullas conjuntas en el Pacfico.
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