El escaso misterio que rodeaba su intento de regresar al Despacho Oval se ha despejado a última hora de este martes. Donald Trump ha hecho pública su intención de aspirar de nuevo a la Casa Blanca en 2024 a pesar de los malos resultados de los republicanos en las elecciones legislativas de medio mandato y entre declaraciones de altos cargos republicanos culpando a su influencia sobre el partido de que finalmente la «ola roja» no se haya producido.
Entre las razones de su anuncio, inusualmente temprano para la política estadounidense, figura la creencia de que una candidatura formal podría ayudarle a protegerse de las múltiples investigaciones sobre sus intentos de aferrarse al poder tras su derrota en 2020.
«Con la victoria, volveremos a construir la mayor economía de la historia», ha declarado Trump en su tono habitual. «Tendrá lugar rápidamente», ha prometido desde su club privado de Mar-a-Lago, en Florida, durante un largo discurso. Quien fuera su vicepresidente, Mike Pence, había declarado poco antes que habría «mejores opciones» que Trump para las elecciones de 2024.
Desde la cumbre del G20 en Bali, el presidente estadounidense Joe Biden le ha respondido minutos después acusándole de haber fracasado durante una presidencia marcada por una alarmante polarización, que concluyó con las escenas insólitas del asalto al Capitolio a manos de sus partidarios en enero de 2021. «Donald Trump le falló a América», ha indicado.
Trump ha resistido así las presiones para que retrasara el anuncio. En un mitin en Sioux City, Iowa, el pasado jueves 3 de noviembre, manifestó: «Me presenté dos veces, gané dos veces. Y lo hice mejor la segunda vez que la primera, y con más votos que cualquier presidente en ejercicio en la historia de nuestro país. Y ahora, para que nuestro país sea exitoso y glorioso, muy, muy, probablemente lo haga de nuevo, ¿de acuerdo?».
Una semana después de las elecciones, cuando todavía sigue el recuento, la Cámara de Representantes se inclina ligeramente hacia los republicanos, donde podrían tener una ajustada mayoría, lejos de los 40 con los que contaban. Y el Senado repetirá mayoría demócrata, lo que ha proporcionado un gran alivio a Joe Biden, ya que sus nombramientos en el poder judicial podrán salir adelante.
Donald Trump sigue instalado en la farsa de que ganó en 2020, aunque quedó claro, a pesar de las presiones que ejerció a las autoridades estatales, que no fue así. ¿Puede el Partido Republicano desembarazarse de Donald Trump? Ya lo intentaron en 2015 pero controla las bases. Y más allá. Según Juan Luis Manfredi, catedrático Princesa de Asturias en la Universidad de Georgetown, «el trumpismo ha colonizado el Partido Republicano. Ocupa esferas de poder como las finanzas, la selección de candidatos, la organización interna del partido. No será fácil desentenderse de él como candidato ni del trumpismo«.
Hay alternativas
A Trump, otrora incontestable, le están surgiendo competidores. Trump lo sabe y por eso arremete contra Ron DeSantis, el gobernador reelecto de Florida, que comparte ideología con el ex presidente pero es un buen padre de familia, con experiencia de gobierno, y con un patrimonio modesto.
Trump ya le ha puesto mote, lo que quiere decir que lo ve como amenaza: «Ron, el Santurrón o el Meapilas«. Y, como apunta Manfredi, también está Brian Kemp, gobernador de Georgia, o Marco Rubio, que puede volver a intentarlo, incluso DJ Vance, senador electo por Ohio. «Hay una generación de políticos jóvenes entre los republicanos que pueden ser la alternativa a Trump», añade Manfredi.